Nada más comenzar el mes de abril, las trabajadoras de limpieza del Carrefour de Leganés se encuentran en huelga tanto por el despido de las trabajadoras, el hipermercado se hará cargo de forma interna de la limpieza, como por los impagos de la empresa subcontratada para llevar a cabo el servicio, Servimil. La empresa Carrefour, ante esta huelga, ha decidido que sea el propio personal del supermecado, esto es, reponedores, cajeras y demás personal el que se encargue de la limpieza, algo que ha sido denunciado por Comisiones Obreras (CCOO) en el juzgado y ante la Inspección de Trabajo. De esta forma, se vulnera el derecho a la huelga de las trabajadoras de limpieza.
Tan sólo solicitan las trabajadoras ser incorporadas a la plantilla de Carrefour y que Servimil les abone el dinero que las deben. Pero lo peor se produjo en la madrugada del 4 al 5 de abril, cuando las trabajadoras fueron, junto al comité de huelga, que realmente se iba todo el personal antes de comenzar el “horario de limpieza”. En ese momento, y ante la insistencia del supermercado (la empresa) de que se fuesen de allí (curiosamente deberían dejarlas estar pues era su horario de trabajo), decidieron realizar una sentada en el lugar. Como narran, llegaron el director, la jefa de alimentación seca, un reponedor y un hombre al que no reconocían como miembro de la empresa para echarlas de allí y decidieron sentarse para ver si limpiaban o no. En esas, la policía fue llamada para expulsar a las trabajadoras en huelga, tomándoles los datos para denunciarlas por ejercer su derecho a la huelga.
Es en esta situación en la que Izquierda Unida, el único partido que ha comunicado su repulsa frente a una flagrante vulneración de los derechos de la clase trabajadora, ha denunciado la situación. Sol Sánchez, coportavoz de IU en Madrid, ha denunciado que “mientras la atención mediática se centra en másteres y extradiciones, diez trabajadoras de la limpieza del Carrefour de Leganés serán despedidas, víctimas de la reforma laboral”. Por su parte las trabajadoras piensan seguir con las reivindicaciones.
Las trabajadoras están sin comunicación directa ni por parte de Carrefour, cuyo Comité de Empresa se solidariza con ellas, ni de su empresa Servimil, que se encuentra en concurso de acreedores, entre otros motivos por el exiguo contrato de servicios ofrecido por la multinacional francesa. El único conocimiento que tienen es que su contrato finaliza el día 15 de abril. Y todo mediante una comunicación por whatsapp. Ni las formas guardan ya los capitalistas. IU por ello solicita a Carrefour que “si pretende internalizar el servicio de limpieza, lo mejor es contratar a estas diez trabajadoras”. Como dice Mari Ángeles, una de las trabajadoras de limpieza: “Servimil tiene que cerrar sus puertas, mientras Carrefour dice que no tienen la culpa de nada, pero dan la oportunidad a otra empresa de que sean subrogadas, y menos de contratarnos”.