Imaginen por un momento que ustedes no saben si sus familiares están muertos en un subterráneo, dentro de un coche y ya han pasado cinco días; si ustedes han perdido su comercio por la gota fría y, además, una banda de impresentables les roban lo poco que ha quedado; si ustedes tienen la casa llena de barro, sin agua, sin luz y sin nada; si ustedes ven cómo todas las personas están echando una mano y por allí no aparece nadie enviado por los gobiernos; si ustedes observan que en vez de tomar decisiones la casta política se pasa la pelota para no quedar señalados como incompetentes, inútiles o culpables de una gran desgracia; si ustedes no han podido comer y dormir en condiciones mínimas desde hace días, normal que estallen con toda la rabia del mundo.
Quiénes han tenido la idea de llevar a Paiporta, uno de los lugares donde las ayudas han tardado en llegar, a Felipe de Borbón con la compañía de los presidentes Pedro Sánchez y Carlos Mazón deberían ser destituidos hoy mismo. ¿En qué momento (y qué mentes enfermas) se ha pensado que era buena idea hacer el paripé en mitad de la desgracia y con los dos gazmoños que tienen la culpa de todo? El postureo, algo que manejan infinitamente bien estos inútiles, no es para tiempos de catástrofes. Es normal que el monarca quiera tener información de primera mano porque, viendo cómo informan PP y PSOE, no le deben decir mucho. Seguramente le llegue información de las tropas de la Guardia Real que mandó a Valencia nada más ver la magnitud de la catástrofe, pero de los gobiernos no se puede fiar. Pero esto no pasa por acudir cortando la llegada de materiales e instrumentos necesarios para seguir bregando con el destrozo.
El hombre de hierro, apodo que dicen le pusieron cuando era jefe de gabinete del Alto Comisionado de la ONU en Yugoslavia, salió de najas en cuanto vio el panorama. El sanchismo y los medios afines (subvencionados por el gobierno central) han salido a decir que había recibido un palazo (con una pala), a decir que le han lanzado un palo de escoba o que se había marchado porque estaba dañado por los lanzamientos de barro o de lo que se les ocurra en cualquier momento (provocados, como pueden suponer, por la extrema derecha). Nada de eso es verdad, Ni le han metido con una pala, ni el palo volador que se ha visto en las televisiones ha impactado en el presidente, ni el coche con las lunas destrozadas es el del presidente. Ha salido huyendo como un perro con el rabo entre las piernas.
Encerrado en su torre de marfil monclovita debe pensar que el pueblo español le ama salvo los cuatro extremistas, total en el PSOE, salvo el fascista Emiliano García-Page, nadie le replica y todos le dan la razón (como a los tontos cabría añadir), no ha podido soportar la realidad, ni es amado, ni nada por el estilo. Como tiene al PSOE sometido a una dictadura estalinista, cualquier congreso del Partido Comunista de Bulgaría es más democrático que el que se va a celebrar en Sevilla, piensa que España es igual… Vamos que debe estar sometida a su persona y caprichos.
La verdad es que tiene a su esposa imputada por aprovechar el cargo del marido para sus negocios, los sanchistas más sanchistas están de corrupción hasta las cejas y, además, se ha visto que se ha achantado ante la crisis valenciana por puro cálculo político. Mazón es culpable de muchas más cosas (toda la desgracia recae sobre sus espaldas) pero no ha huido al menos. Ni ha pedido cancelar la visita de Borbón y Letizia Ortiz por miedo a que pase algo, no a los monarcas sino a él.
Alberto Núñez Feijoo apareció por allí el primer día para dar asco e intentar politizar la desgracia cuando no habían llegado la mayoría de apoyos externos. Santiago Abascal, que no ha ido a Valencia no vaya a ser que le den una pala y tenga que ponerse a trabajar por primera vez en su vida, lanzando escupitajos por las redes sociales. Sumar y demás escondidos debajo de las sustancias de Íñigo Errejón. El Ardillas intentando meter mierda, aunque como buen cochino en el fango está feliz. Toda la clase política dando asco, pero mucho a la mayoría de españoles que no están enfermos de división. Porque el asco que producen se reparte igual entre personas de izquierdas y de derechas. El virus infeccioso del proceso agonístico de la clase política, por suerte, no está demasiado extendido. Pero las personas están hasta los dídimos.
Cierto que ultraderechistas, liberalios y gubernamentalistas están llenando las redes sociales de ponzoña intentando culpar a hunos y hotros, intentando deslegitimar al Estado y buscando culpables hasta debajo de las piedras para señalar y deshumanizar al contrario. Buscan, aquellos que tienen las manos naranjas de comer Cheetos delante del ordenador en su casa, a cualquier persona que sea ultraderecha para elevar el nivel de división, cuando es normal que se encuentre gente de Revuelta, Hacer Nación o Falange porque, por mucho asco que puedan dar sus ideas, al día siguiente de la catástrofe estaban reuniendo material y alimentos y a los dos estaban en la calles metiendo paladas junto a otros jóvenes que posiblemente sean de izquierdas. Pasa como con los ultraderechistas de sofá y moqueta que solo aparecen para enmierdar pero que huyen como la peste del trabajo duro.
Felipe de Borbón tenía razón cuando decía que había muchas personas interesadas en crear un caos y desinformación. Y no, no busquen en cuentas extrañas de las redes sociales sino en los propios medios de comunicación que luego van de dignos. Ahí es donde está la máxima putrefacción de la profesión informativa. Del “palazo a Sánchez” hasta el “informe del PP” que dice cosas, hay un enorme muestrario de intereses creados y comprados por subvenciones publicitarias. Si a ello suman todos los columnistas que viven no de la razón sino de echar porquería sobre el otro, es normal que la desinformación caliente aún más a las personas normales y corrientes (las otras ni normales, ni corrientes). Y de esa furia contenida por ver que no te quedan fuerzas de sacar barro y cadáveres viene el jarabe de palo.
Si lo piensan bien, poco ha pasado para el cabreo generalizado que tiene la población española, sin distingos ideológicos, y que ha acabado por concentrarse en la ignominiosa gestión de la catástrofe valenciana. Algunos aparecen diciendo que la violencia no es el camino… en situaciones normales cabría matizar. Si no comes, no bebes agua, pasas frío porque hunos y hotros están a sus politiqueos y no a lo importante, la violencia es en muchas ocasiones la única salida a la rabia contenida. Y bueno que principalmente han lanzado barro y alguna cosa más contundente. Los posturetas han recibido jarabe de palo y nadie puede extrañarse de ello. Victimismo de papel cuché porque hoy ya estarán a sus mierdas de políticos fuera de la realidad. Sean dignos y, en cuanto se termine de estabilizar las consecuencias de la catástrofe y los ciudadanos hayan podido llorar a sus muertos, váyanse. Muy lejos. Los hunos y los hotros.