Las circunstancias en las que se está desarrollando la instrucción del Caso Banco Popular, la lentitud del juez, que ha sido cuestionada por otros jueces y magistrados, está desesperando a las más de 305.000 familias arruinadas que ven cómo pasa el tiempo y ni siquiera han sido llamados a declarar los imputados o los testigos. Evidentemente, la pregunta surge a cualquier persona razonable, sea o no afectado: ¿es Fernando Andreu el juez idóneo para instruir esta causa? ¿A quién podría interesar que sea este juez el instructor y no otro?
Hace unos meses se presentó un libro en Madrid, Se vende banco por un euro del abogado, Manuel Medina, quien estuvo acompañado por Alberto Núñez Feijoo, presidente de la Xunta de Galicia y por Ángel Corcóstegui, el mismo que se llevó del Santander 108 millones de euros tras la fusión con el Banco Central. En esa presentación de un libro pro-Santander estaba Fernando Andreu sentado en la primera fila junto a Baltasar Garzón. Hay que recordar que éste fue acusado de prevaricación después de archivar una demanda contra el Santander, referida a un presunto fraude de Banesto, y, a los pocos meses, dar cursos y conferencias en Estados Unidos pagados por el banco entonces presidido por Emilio Botín. También es reseñable recordar aquel artículo firmado por el juez Garzón titulado «Querido Emilio» y que estaba dedicado al padre de la actual presidenta de la entidad cántabra. El pasado de Andreu tampoco parece que esté muy limpio respecto al Santander dado que fue quien archivó la causa contra la familia Botín por haber tenido ocultos en Suiza a la Hacienda española más de 2.000 millones de euros desde el año 1936. Los Botín pagaron a Hacienda la correspondiente multa y Andreu archivó el caso en el que se incluían delitos fiscales que, según la Ley, no deberían redimirse con una simple multa.
Con este currículum, ¿es idóneo este juez para un proceso en el que el Santander esta demandado, entre otras cosas, por enriquecerse ilícitamente a costa de los accionistas del Popular?
Andreu justificó a Diario16 su presencia en la presentación del libro pro-Santander en su amistad con el abogado Manuel Medina. No obstante, antes de acudir a la misma, antes de sentarse en la primera fila, debió pensar en la falta absoluta de ética que supone ese protagonismo estando instruyendo el Caso Banco Popular. Si es por amistad, pudo asistir perfectamente y sentarse en las últimas filas para intentar pasar desapercibido o, directamente, haber hablado con su amigo Medina y excusar su presencia por los sumarios que tiene en su mano, es decir, por ética y por respeto a quienes lo perdieron todo el 7 de junio de 2.017. El propio Andreu ya solicitó durante la instrucción del Caso Emperador ser separado del mismo por su amistad con uno de los imputados, el comisario Salamanca, algo que no ocurrió y, posteriormente, la causa contra este mando policial y otros fue sobreseído por el propio Andreu.
La ruina de más de un millón de seres humanos no es ningún juego. Habrá ya muchos afectados del Banco Popular que empiecen a pensar que la elección de este juez no fue casual, sobre todo después de que una persona tan significada e identificada con Ana Patricia Botín como la ex vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría se interesara a través de distintos canales por el proceso judicial del Popular.
Un magistrado no puede tener ni un ápice de sospecha sobre su parcialidad o imparcialidad en un proceso porque puede, en cualquier momento, ser reprobado como lo fue en su momento Concepción Espejel por sospechas de parcialidad respecto al PP en el Caso Gürtel. La lentitud en la instrucción, el aplazamiento de decisiones fundamentales para el Caso Banco Popular como, por ejemplo, la orden de una peritación caligráfica de la firma de Saracho o la adopción de medidas cautelares como la imposición al Santander de una fianza, a otros momentos procesales, el archivo provisional de los recursos contencioso administrativo en espera de que la Justicia europea se pronuncie respecto a los mismos o la falta de órdenes de registro en las sedes de las instituciones que se están negando a aportar la documentación reclamada por la Audiencia Nacional, unido al currículum de Andreu respecto al Santander, podría ser causa de que algún despacho de abogados que representa a algunos de los afectados esté planteándose seriamente la recusación del juez.
No es cuestión de afirmar desde estas páginas que Andreu sea o no idóneo para continuar instruyendo el Caso Banco Popular. Siempre fue catalogado como un juez independiente. Sin embargo, los hechos presentes y pasados están ahí. Nadie puede rebatirlos.