No ha habido una reunión para decirles que les apoyarían. No ha habido contactos con los grandes directivos del Ibex-35 para sentar las bases de una competencia virtuosa. Ni las ha habido, ni las han querido realmente en Más País, pero eso no impide para que el errejonismo cuente con el apoyo de la clase dominante para acabar de una vez por todas con Pablo Iglesias. Quieren, por así decirlo, una especie de “Podemos amable” y por ello ponen todo su empeño en ensalzar hasta la nimiedad más absoluta de lo que hacen en el errejonismo. Todo es perfecto y hermoso en Más País a ojos de los escritores del sistema, lanzando siempre y en todos y cada uno de los artículos que publican la referencia negativa hacia la formación morada.
El método es sibilino porque no hacen referencia directamente a Iglesias o Podemos, pero siempre cuelan la coletilla “como no pasaba en su anterior partido”. Se intenta de esta forma dañar la imagen de Iglesias de tal forma que quede en el inconsciente de la persona que lee esas informaciones lo positivo de Íñigo Errejón y lo negativo de Iglesias. Sin citar a Podemos suelen hablar de expulsiones (que no se han producido), de centralismo democrático, de verdaderos izquierdistas adaptados al sistema (lo que supone que en Podemos no están adaptados al sistema, ni son buenos izquierdistas) y todo ello sin un programa que llevarse a las manos. ¿Por qué? Porque da igual el programa que presenten, que ya se sabe será una copia, con una redacción llena de palabras extrañas, de lo sistémico del PSOE y lo social de Podemos más cosas verdes (vendidas con anglicismos tipo Green New Deal). Y si no presentasen programa daría igual porque el apoyo de la clase dominante ya lo tienen.
Conocedores del terreno de juego en el que se disputan los votos de Podemos (profesionales principalmente y algo de clase trabajadora), los medios de comunicación no tienen ningún problema en presentan al errejonismo como lo que son. Artículos alabando las raíces nada obreristas de los máximos dirigentes pero con la clara pretensión de dañar a Podemos en ese estrato social muy urbano. Justamente en los lugares donde Más País se va a presentar. Todo muy pensado para acabar con Iglesias y Podemos a los que ven como el mal absoluto. Mucho más ahora que se presentan, no tanto como populistas, sino como socialdemócratas radicales (o neocomunistas, según a quien se lea). Los plumillas de la clase dominante son perfectamente conscientes del trabajo que hay que hacer desde esas columnas de análisis o reportajes, siempre bien colocadas para que las personas las vean y lean.
A todo esto hay que contar que este tipo de acciones pueden llevarse a cabo gracias a las redes del PSOE, que ávidas de acabar con Iglesias, mueven esos artículos sin percatarse de la paradoja que encierra su propia acción: el errejonismo puede dañar al PSOE lo suficiente para que “su” partido no aumente el número de escaños. Porque las encuestas muestran que ganan escaños de uno y otro partido y no provocan que la formación morada desaparezca, como desean en la clase dominante. No quieren que haya un partido que señale con el dedo de la verdad a quienes ejercen la dominación en España y pongan en primer plano los problemas reales de las personas. De esos españoles y esas españolas a las que hoy se dirigen todos los partidos cuando en sus lemas de campaña sitúan la palabra España en el centro. Un eufemismo que siempre se ha utilizado para ocultar los problemas reales y poner como prioritarios aquellos de la clase dominante. Por eso molesta Iglesias y les quita el sueño a algunos. Más país es la valeriana del sistema para tener una izquierda tan dividida como la derecha y así llegar a la Gran Coalición.
Acabar con Iglesias al precio que sea, incluso potenciando a un partido parido de las entrañas del propio sistema. Son hijos e hijas de los guardianes del sistema y como tales no permitirán cambio alguno en la correlación de fuerzas. Detrás de la utilización de Gramsci está la ideología dominante marcando el camino recto. El ecocapitalismo está ahí para asumir las demandas verdes. El gaycapitalismo para hacer lo propio con temas de la diversidad. Pero las clases populares siguen viendo como sus demandas siguen quedando en el limbo. Jugar a preocupación por España, al final, tiene el resultado de siempre: preocupación por los dineros de la clase dominante; preocupación por la situación financiera de los bancos; pero nunca preocupación de los Sin-Parte.
Iglesias no ha hecho muchas cosas bien seguramente. Cada afín al partido morado tendrá un motivo de crítica, pero al menos ha expuesto con claridad los problemas reales de las personas. La precariedad, el desempleo de los mayores de 40 años, la ley mordaza, etc. Y esto no gusta porque señala a los poderosos. Ahora con Más País van a intentar cambiar el “Podemos de las personas” por el “Podemos amable”. Es algo que se repite a lo largo y ancho de la historia. Cuando no han conseguido cambiar la ideología de un partido, han hecho todo lo posible para acabar con él o ellos. Lo hicieron con los partidos socialdemócratas (que hoy languidecen como liberales con sentimientos), lo hicieron con los partidos comunistas (llevándoles a renunciar a sus principios) y lo seguirán haciendo con todos aquellos que pongan en duda su dominación. Hoy, aquí, utilizan a Errejón para acabar con Iglesias. Lo malo para la clase dominante es que parece que no cuela.
[…] aparecido un poco más de lo habitual en las televisiones y radios (el establishment le apoya para acabar con Pablo Iglesias), el ser interior de Íñigo Errejón ha salido a la palestra. Ese espíritu de clase, de pequeño […]
[…] aparecido un poco más de lo habitual en las televisiones y radios (el establishment le apoya para acabar con Pablo Iglesias), el ser interior de Íñigo Errejón ha salido a la palestra. Ese espíritu de clase escondido […]