El presidente del PP se muestra muy crecido haciendo de la política internacional una herramienta más de sus ataques contra Pedro Sánchez. Mientras está sentado en su sofá, calentito y viendo la televisión (nada cultural seguramente), acusa de cobardía al presidente del Gobierno alejado del peligro y de la lucha que se está llevando a nivel internacional por el tema de Venezuela o por otros temas igualmente peliagudos. Es fácil escribir en Twitter algo como: “Es lamentable que tengamos un presidente del Gobierno cobarde que no apoya la libertad en Venezuela. España debería liderar la acción de Europa frente a Maduro. Pero sus jefes de Podemos no le dejan. Solo arremete contra dictadores muertos, pero no hace nada contra tiranos vivos”. Lo dicho, desde el sofá de casa.
Mientras la Unión Europea, si es que se cree en ella realmente para algo más que la Europa de los Mercaderes (que es la Europa de Casado y otros que tanto hablan), cerraba una posición común que no haga genuflexión del Imperio, desde España los dirigentes del trifachito se lanzaban a ser más papistas que el Papa y reconocer a un señor que se esconde en una embajada y se ha autoproclamado presidente de un país en medio de una manifestación. Lo que se dice un acto de mucha valentía. En vez de enfrentar al tirano, lo mejor irse al refugio del ultraderechista Iván Duque, en cuyo país se asesina continuamente a activistas por los derechos humanos y poco o nada hace desde el gobierno. Ni todos son buenos, ni todos malos en el plano internacional.
Volviendo a la cobardía o no. Casado se desentiende de la Unión Europea para ponerse en fila detrás del Imperio de los EEUU. Sus razones tiene como hemos contado en estas mismas páginas. Oscuros intereses económicos más que políticos, como los de su amigo de pillerías Albert Rivera. Lo curioso es que ataca a Sánchez por hacer lo que debe hacer un presidente del Gobierno, lo primero mantener la calma y lo segundo activar la diplomacia y la acción internacional conjunta. Por mucho que reconozca al autoproclamado presidente sigue en un régimen dictatorial donde las armas las tiene el tirano. Salvo que se quiera, como es lo que suele hacer EEUU como potencia imperial, provocar un conflicto armado y una intervención militar. Algo que todos los presidentes estadounidenses utilizan como máscara en sus estadías en la Casa Blanca. La Guerra como arma económica. ¿Cambia algo reconocer a un señor presidente de un país no teniendo los aparatos represivos del Estado? No. Pero esto le da igual a Casado porque el dispara con la pólvora del rey, esto es, para él es gratis decir lo que sea porque está cómodamente en su casa viendo el fútbol. Si fuese valiente habría tomado un avión a Caracas a enfrentar al tirano, pero es demasiado cobarde para eso.
El tema no tiene más recorrido en sí, pero muestra a las claras dos cuestiones que sí son importantes. Una, que el PP vuelve a la mentira y la difamación de la época aznarista. Y dos las derechas españolas no son demócratas. Sobre el primer tema ya se habló en estas mismas páginas. Respecto al segundo cabe decir que el consenso sobre dejar actuar antes al Gobierno de criticarle no existe. Se inventa que es Podemos quien ejerce presión sobre Sánchez para apoyar a Maduro. ¿Se refiere Casado a ese Podemos que está a hostias y con una división interna que le está destrozando hasta los tuétanos? No parece que muy lógico que Pablo Iglesias le diga a Sánchez qué política exterior seguir cuando no sabe si sus propios diputados le apoyan o no. Igual la tardanza de la UE y del propio presidente del Gobierno tiene que ver con cuestiones que afectan a la economía del país. Imaginemos por un momento, tras el apoyo a Maduro de Vladimir Putin, que la UE y España en particular están en negociaciones para volver a abrir las fronteras de Rusia para los productos españoles que han sido boicoteados (lo que supone pérdidas millonarias para productores agrícolas de Andalucía, por ejemplo) y hay que saber medir los tiempos. Mariano Rajoy y su equipo permitió que España fuese perjudicada en Rusia y, tal vez, hoy se está camino de resolver el conflicto. Como Casado es un necio prefiere unirse al Imperio perjudicando a sus compatriotas. Sólo es cuestión de informarse (por cierto EEUU ha puesto aranceles contra productos españoles y Casado no ha dicho nada).
El problema es que la vida política de Pablo Casado se ha construido sobre una mentira que es la que acaba señalando su propia cobardía. O sus cobardías porque son varias las que jalonan el expediente político del niño de Esperanza Aguirre. Aquí dejamos unas cuantas cobardías, algunas vistas desde su propia perspectiva moral:
- No haberse enfrentado a la dirección madrileña, que le estaba dando de comer, cuando dentro del PP se sabía lo de la financiación autonómica.
- No haberse enfrentado a Mariano Rajoy cuando el presidente del Gobierno abría la operación diálogo con el gobierno de Cataluña. Si tan claro tenía que a los independentistas catalanes hay que darles caña, quitarles el poder y ponerles en la cárcel ¿por qué se calló siendo uno de los dirigentes principales?
- No pedir que España lanzase una invasión para sacar a Maduro del gobierno en unión a EEUU cuando el PP gobernaba. Si tan valiente es ahora ¿por qué no propuso eso hace un año?
- Es un cobarde porque no se atreve a reconocer que su apuesta política es en favor de los ricos, del establishment, que es quien le fija el programa y la agenda. Si no fuese un cobarde diría la verdad, pero debe mentir porque no les votaría nadie.
- Siempre actúa con colchón mediático detrás. Si analizan todas las intervenciones del dirigente del PP, no son propuestas lanzadas por sí mismo sino continuación de algo que han sacado en la Caverna.
- Habla de las víctimas del pueblo venezolano pero niega a las víctimas del dictador español. Y encima tiene la cara dura de recordarle en sus críticas a Sánchez.
- Habla de libertad para Venezuela, pero él votó en favor de la Ley Mordaza. Cuando las cosas son lejos nada mejor que proclamar libertades, en casa mejor que no haya ninguna.
- No ha sido valiente para establecer un cordón sanitario al neofascismo, sino que rápidamente se ha lanzado al pacto y su blanqueamiento mientras acusa al Gobierno y al resto de la izquierda de ser un peligro para la democracia. Más peligro que lo que representa Casado es casi imposible.
- Esta no es cobardía en sí, pero refleja la jeta que se puede tener cuando la clase dominante y sus aparatos de control mediático te protegen. Decir que el presidente del gobierno es un okupa y pedir la presidencia para alguien que no ha sido elegido es una paradoja aberrante que muestra claramente el valor que dan a la democracia estos reaccionarios. Niega carácter democrático a Sánchez, cuando las personas le votaron en la lista de Madrid del PSOE, y utilizó la constitución para arrebatar el poder a la derecha, y busca un resquicio legalista en una dictadura, según él, para que un señor sea declarado presidente en una formalidad que no sirve para algo más que generar aún más violencia. Jugar con las vidas de otras personas sin pensar.