Los testimonios de varios niños palestinos a la Comisión de Asuntos de los Presos muestran que fueron sometidos a palizas y torturas sistemáticas durante y después del arresto de las fuerzas israelíes, dijo la comisión el martes.
La abogada de la Comisión, Hiba Ighbarieh, documentó los testimonios de tres niños detenidos en la prisión de Majido sobre lo que sufrieron durante y después del arresto.
Munir Dari, de 16 años, del barrio de Issawiyeh, en la Jerusalén Este ocupada, afirmó que varios miembros de las fuerzas de seguridad israelíes lo golpearon tras su detención en su barrio. También fue objeto de golpizas y humillaciones en el centro de detención en Jerusalén Oeste para que confesara los cargos que se le imputaban.
Fahd Qeisieh, de 17 años, también de Jerusalén Este, fue golpeado tras haber sido detenido durante los enfrentamientos con las fuerzas israelíes en su vecindario. El joven dijo que un policía lo abordó y lo arrastró hasta un automóvil donde otro oficial le golpeó con todas sus fuerzas en su espalda a la vez que otros dos agentes le agredían violentamente mientras lo obligaban a permanecer en el suelo. Las agresiones continuaron en el centro de interrogatorio de la Federación Rusa, donde fue golpeado con un palo en las manos, las piernas, la cara y la espalda mientras lo obligaban a arrodillarse para que confesara los cargos que se le imputaban.
Firas Masri, de 17 años, también fue duramente golpeado y atacado por varios soldados cuando fue arrestado en un puesto de control del ejército cerca de la ciudad de Qalqilya, en el norte de Cisjordania. El joven declaró que fue arrojado al suelo cubierto de grava, golpeado en la cabeza y la espalda lo que le provocó heridas y hematomas, humillado verbalmente tras lo cual fue vendado, esposado y arrastrado por el suelo durante una larga distancia antes de ser arrojado a un jeep militar y llevado a una comisaría de policía en el asentamiento de Ariel.
Otro abogado de la comisión, Hussein al-Sheikh, denunció que otros dos hijos, Mohammad Hadieh, de 16 años, de Belén, y Fawzi Masalmeh, de 18 años, del campo de refugiados de Azzeh también en Belén, presentaron declaraciones juradas de torturas y golpes severos durante el arresto.