Cuando hace unos días se contaba aquí mismo que el nacionalmadridismo es incapaz de disfrutar de las victorias, se decía por cosas como las que hoy se van a contar. Deben tener el ojete bien cerrado ante la eliminatoria contra el PSG porque no se entiende su actitud. Bueno, igual sí se entiende pero podría ser delito contar los motivos. Tienen una mente tan enferma que ahora señalan a Koke y Oblak como propagadores de los positivos por coronavirus de Modric y Marcelo (más Bale, Asensio y Rodrygo).
Sí, como lo oyen. Verán, más adelante, una serie de mensajes en redes sociales –en esas donde no hace falta hacer un test de inteligencia para escribir- donde hablan de la conspiración del Atlético de Madrid para inocular el coronavirus a sus jugadores. No se pierdan tampoco a la gente de Deportes Cuatro, que se supone deben tener dos dedos de frente, que son los que lanzaron la sospecha. Luego que si el nivel de la prensa deportiva es bueno… será donde no haya nacionalmadridistas.
La conspiración: parte 1
Comienzan estas personas señalando que Cerezo y Gil han escondido posibles positivos de los jugadores del Atlético de Madrid (cierto que tenían febrícula el domingo y también test superados). A ver, Cerezo bastante tiene con mantenerse derecho en numerosas ocasiones, no le llega para esas conspiraciones. Gil el domingo estaría en Valdeolivas con sus caballos y bañándose en billetes de 100 euros. Ni se enteraron de la fiebre de los jugadores… ni del partido en realidad.
La conspiración: parte 2 ¿para qué contagiarles?
Como son muy inteligentes estos seres de luz del nacionalmadridismo, no han sido capaces de decir para qué querría el Atleti contagiar a sus jugadores. Se puede intuir que para que pierdan sus próximos partidos antes de las vacaciones de Navidad… si no fuera porque les queda… UN PARTIDO.
Todo el lunes antes del sorteo UEFA diciendo que sacaban muchos puntos al Atleti y al Barça, para ahora estar preocupados por perder un partido. Las dos neuronas cerebrales no han debido coincidir antes de escribir el mensaje. De hecho, alguno lo ha debido escribir en el servicio mientras las neuronas estaban entretenidas con alguna función vital.
La guerra química del cholismo
Lo mejor han sido esos personajes que, en un momento de oscuridad mental –porque no puede ser por otra cosa-, han hablado de guerra química del Cholo Simeone. A ver que alguno de TwAtleti diga aquello de “¡Totaler Krieg Gegen Madridisten!” no es para creerse que el entrenador tiene en casa botes de Zyklon-B o algo por el estilo. Que está prohibido hasta para fumigar. En realidad el Cholo no es el Cholo, es Raymond Reddington.
Sería la última estrategia del bilardismo aplicado. Pero está el Atleti como para pensar que estupideces de ese tipo. Eso sólo puede anidar en mentes especiales, pero no precisamente por grandeza. Mentes calabresas. Mentes chiringuiteras. Mentes, en general, duoneuronales. De otra forma no se explicaría cómo es posible que Bale y Marcelo que ni estuvieron, ni se les esperaba hayan caído.
La conspiración del biberón
En realidad, lo que le ocurre al nacionalmadridismo es que está achantado, está cagado tiene miedo. Pensaban que estando el Barça en la ruina ya podrían sumar diez mil ligas y once mil Champions con tranquilidad y, de repente, hay un equipo que le quita la liga 2020-2021. Una liga donde mamaron biberón cosa rica. Y claro, ahora no las tienen todas consigo. Que sí, que igual ganan esta, pero y ¿la siguiente? Porque al Sevilla comenzarán a tangarle partidos, que eso lo sabe hasta el desmayos.
Descartados ya para la Champions, por muchas bolas calientes que metan y muchos batidos de Pintus que tomen, física y futbolísticamente hay cuatro o cinco equipos en Europa que los pueden laminar. Al resto de equipos españoles también, pero esos no les importan. Sólo pensar que después del PSG, si pasan, puede caer el Bayern, o el City… y les entran sudores fríos. Nadie ha conspirado, ni propagado el virus… al menos el coronavirus. Lo que tiene el nacionalmadridismo es otro virus: el biberón.