Cómo de mal deben andar las cosas en la monarquía española para que la derecha mediática les haya abandonado. Todos esos medios que siempre han sido los más lacayos y cortesanos, incluso algunos declarándose monárquicos sin ningún tipo de pudor, se han mostrado asépticos ante la falsa renuncia de Felipe de Borbón a la herencia que pudiese recibir de su padre Juan Carlos de Borbón. Salvo una excepción, que ahora conocerán, el resto mutis por el foro ofreciendo la noticia en sí pero sin apoyo en editoriales, en tribunas o en columnas de opinión. Especialmente destacado en tres medios que han sido siempre el apoyo de la borbonada en España como ABC, La vanguardia o El País. Nada que destacar en esos tres medios cuyos máximos rectores deben estar tan avergonzados que han decidido evitar cualquier tipo de declaración ante un escándalo supino que roza el umbral de la sinvergonzonería máxima.
Que el jefe del Estado por derecho sanguíneo haya reconocido saber hace más de un año de los tejemanejes de su padre no ha caído demasiado bien en los medios más monárquicos. Tanto tiempo loando hasta la extenuación al monarca para que en el último momento aparezca como un Bárcenas más de la vida política. Ni una palabra, que no deja de ser sino una forma de tener una puerta abierta a nuevas loas en el futuro, incluso el más inmediato. Las formas utilizadas tampoco han debido gustar porque cuando España, que es más importante que sus dirigentes y su jefe del Estado por muy rey que sea, se está jugando el pescuezo literalmente, intentar colar la noticia para que quede escondida o minimizada, para así hurtar un debate público necesario, exigible y sano dentro de una democracia, atenta contra los principios sustentadores del sistema. Llevan tanto tiempo intentando salvar el régimen del 78 de unos y otros que este tipo de acciones más propias de tahúres encienden los ánimos. Ayudaron al padre con el 23-F porque les interesaba para desmontar a la cúpula militar y entrar en la OTAN (consiguiendo cierta legitimidad dentro de las fuerzas armadas); taparon sus escándalos de bragueta incluso cuando Mario Conde estuvo a punto de tirar de la manta; escondieron las comisiones que eran conocidas en el establishment por parte de los grandes empresarios españoles; y levantaron un muro alrededor de la institución para tener una cierta seguridad política frente a posibles desmanes. Los roces con José María Aznar permitieron las primeras grietas (no soportaban en Zarzuela los aires presidencialistas de la familia Aznar-Botella), pero aguantó hasta que una sociedad post-15-M ya no toleraba más estupideces. Ahí rápidamente le pasaron el testigo al “preparao”.
Ni con el heredero parecen haber ido las cosas a mejor. En cierto sentido por el carácter apático y reservado del jefe de Estado, en otro sentido por la resabida consorte y su política de comunicación cerradísima. Ya son muchos desprecios a los medios y a la clase dominante (¿Ejerció todo su poder de convencimiento Felipe de Borbón con Albert Rivera para formar un Gobierno PSOE-Cs?) por parte de la borbonada para que cuando se ven presa de sus mangoneos y deslealtades salgan a apoyarles como otrora. Sólo lo han hecho desde El Mundo. ¿El motivo? Que son así de reaccionarios y deben pensar que apoyando al Borbón, como hacen con los neofascistas, garantizarán sus ingresos o las visitas del facherío patrio. Vomitivo el editorial de ayer o la lamida de botas de su todólogo de cámara Javier Negre. Para compensar sacan a Jaime Peñafiel que lleva odiando a la borbonada desde que le pararon los pies por cuestiones particulares. El Editorial, mascullado entre Francisco Rosell y Jorge Bustos, se titula “Una ejemplar decisión de dignidad Real”. Allí habla de la “altura de estadista” del jefe del Estado, de haberse separado de su hermana y su padre por fulleros y de cumplir “con su compromiso de regeneración de las instituciones del Estado, de la que deberían tomar nota una parte importante de la clase política”. Para rematar el peloteo y lamida de trasero terminan con: “Su honestidad, ejemplaridad y dignidad son el complemento de la inequívoca responsabilidad asumida en la defensa de la unidad de la nación y los principios constitucionales, como demostró con su valiente discurso del 3 de octubre de 2017, tras el golpe independentista en Cataluña. En estos complicados momentos por los que está pasando el país, la ciudadanía puede tener la certeza de contar con un Rey ejemplar, honesto y responsable”. Vomitivo porque, de no haberse hecho público el botín de los piratas, ¿alguien puede asegurar que no hubiese pasado al patrimonio personal? ¿Por qué ha ocultado que sus hijas también son beneficiarias de esos dineros en distintas fundaciones?
¿Qué habrá pensado Pablo Casado cuando sólo El Mundo ha salido a loar al monarca después de la lamida de ojete que le hizo él en redes sociales? Salvo alguna columna suelta no encontrarán ninguna loa en forma de editorial. El trasero al aire, nuevamente, del presidente del PP. Algo que le debería hacer reflexionar, si posee esa capacidad, es que el periódico amarillo y fascistilla de la clase dominante (buenos dineros gastan en mantener a Eduardo Inda y demás todólogos), es uno de los principales medios que han desatado la guerra contra la borbonada. Y cuando Inda lanza sus zarpas al cuello de alguien no es por una cuestión ética, sino porque ha recibido órdenes superiores. Desde que le situaron al frente de OkDiario ha ejecutado las órdenes al pie de la letra. Contra Podemos en todo momento e inventando lo que haga falta. En la disputa Sánchez-Susana no podía criticar a la sevillana. Mientras Ciudadanos fue alternativa real, prohibido publicar cualquier cosa que les perjudicase. Ahora contra Sánchez con todo el fuego disponible. Esto lo han de saber otros directores de medios y por ello callan en los apoyos, más en la situación actual, pero está claro que la monarquía ha perdido el favor de la clase dominante. Igual porque el “preparao” no es capaz de conseguir los pingües beneficios de su padre; igual porque se han cansado de una familia que es más un lastre y un gasto que un beneficio para el país; igual porque la familia se ha posicionado en favor de algún partido; igual porque tienen otras intenciones para el país y ya no se necesita al Borbón.
Cuando la derecha atacaba al padre calificándole de felón, de traidor y mil lindezas más por haber permitido a los comunistas presentarse a las elecciones, la izquierda le apoyó. Ahora, por salvarse, ha dejado con el culo al aire a PP, Ciudadanos y PP que le apoyaron para que no hubiese una comisión de investigación, que total no iba a servir para mucho. Hoy debe pensar Pedro Sánchez que ha hecho el estúpido. Inés Arrimadas que para ese viaje no necesitaba tales alforjas. Casado ya se sabe que no piensa y Santiago Abascal siempre apoyará hasta que le digan que ya no hace falta y que él podría ser el fürher. Millones de españoles se sienten hoy engañados no sólo por la borbonada sino por una dirigencia política que permite y apoya a esa familia de saqueadores. Mientras la ciudadanía española está confinada en sus casas, con miedo por infectarse, temiendo perder los empleos, sin saber si llegarán a fin de mes, el Borbón se dedica a borbonear y a hacer como si él no supiese. Y sí que sabía por él y sus hijas. Si The Guardian no saca los papeles, como se dijo anteriormente, los 2.000 millones de fortuna a la buchaca particular de Felipe y a sonreír y saludar. Mientras ni un solo mensaje de apoyo a la población de quien se considera rey de los españoles…