Es curiosa la filia (esperemos que no parafilia) que tienen en el PP con las vacas. Allí donde hay una vaca, más bien una explotación ganadera, aparecen políticos del PP para hacerse una foto. Juan Manuel Moreno Bonilla hasta se atrevió a pedirle el voto a una vaca lechera en su campaña andaluza. Hoy es la candidata del PP a la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien se ha hecho la foto con la susodicha vaca, en este caso ternera, para captar dos o tres votos. Porque aunque no lo crean en Madrid hay agricultura y explotaciones ganaderas.
Es una típica utilización de un universo simbólico que todos los políticos suelen utilizar, aunque no sepan nada sobre el tema y los problemas del sector. Una utilización simbólica para parecer que se está preocupado por el sector en cuestión pero al que se abandona en cuanto se llega a la cúspide del poder. No es posible que haya preocupación por el sector ganadero o agrícola y luego se formen sin mirar tratados con otros países para conseguir los mismos productos producidos en régimen de semiesclavitud, de pobreza máxima y bajos salarios, lo que perjudica a esos que en campaña se visita. Pero el momento foto queda mucho más para las gentes urbanitas que para las de los lugares visitados, porque sufren día a día a los políticos de turno. Eso es lo que ha hecho Díaz Ayuso, hacerse la foto como hacen todos.
Preocupa en el PP de Madrid la fuerza que tienen los neofascistas de Vox en el mundo rural madrileño. Desde hace tiempo, mientras en el PP estaban en los días de vino y rosas cifuentistas, el partido neofascista ha estado trabajándose a los empresarios del sector ganadero y agrícola. Por ello Díaz Ayuso ha debido acudir a Navalafuente a visitar una explotación ganadera. Hay que recuperar el tiempo perdido pensando que todo estaba hecho y que los “cuñados” sólo estaban en ciudades. Y por el flanco rural le han salido los neofascistas.
En esta ocasión Díaz Ayuso no ha hablado de libertad, ese concepto que utiliza como significante vacío para ocultar la realidad del significado que le quiere dar (libertad de mercado e individualismo egoísta), pero sí de emprendimiento e innovación de las explotaciones ganaderas. Para que exporten sus productos, mientras en España por aquello de la inflación y que no se vea que los sueldos son de miseria, se importan de Marruecos las hortalizas que se consumen. Un simbolismo que oculta la realidad como suele suceder con el PP. Les interesa la ganadería si les da votos, pero en cuanto Vox les coma la tostada ni se acordarán de lo que es una vaca. Aunque Díaz Ayuso sí podrá quitarse el sambenito de ser hija política de la reina de las ranas y comadre de dirigente con el máster regalado (atestiguado en sede judicial), para ser la reina de las vacas. Si una vaca le trajo suerte a Moreno Bonilla ¿por qué no intentarlo también ella? En el mundo rural toda suerte va a ser poca contra los neofascistas la verdad.