El último informe de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) –el laboratorio de ideas políticas del PP– asegura que las elecciones generales del 28A dibujan un cuadro “extremadamente preocupante para España”. Los gurús del pensamiento teórico popular, lejos de hacer autocrítica sobre la nefasta gestión de su líder, Pablo Casado, atribuye los malos resultados electorales a la “radicalidad sembrada por el Partido Socialista”, que ha supuesto que los “extremismos nacionalistas amplíen su representación” en el Congreso de los Diputados.
La conclusión del estudio es que la satisfacción del PSOE por la victoria en las urnas “la pueden compartir desde los responsables del golpe contra la democracia en Cataluña hasta los que no condenan ni piensan condenar el terrorismo de ETA”. Es decir, la misma nefasta línea argumental que ha mantenido Pablo Casado durante toda la campaña electoral y que ha llevado al PP al precipicio: que Pedro Sánchez ha pactado con separatistas y etarras para romper España. En realidad, si para algo han servido los comicios del 28A ha sido para confirmar que el mensaje de la crispación que vendían los populares no lo han comprado los españoles. Solo Núñez Feijóo (que ha pasado a la primera línea de batalla, quizá postulándose ya como futuro recambio en la presidencia del partido) ha asumido sin ambages que el giro a la derecha ha sido un auténtico desastre. De alguna manera, Casado también ha aceptado el error de su estrategia de campaña, aunque con la boca pequeña, ya que en el fondo todo el mundo sabe que es un aznarista convencido y que su pretendida vuelta al centro político no es más que un intento a la desesperada de recuperar terreno perdido en las próximas elecciones locales y europeas.
De modo que FAES, la fundación del PP presidida precisamente por José María Aznar, insiste en no hacer ni un ápice de autocrítica, y según su último informe de análisis sobre los comicios del 28A los auténticos culpables de los malos resultados han sido los otros, los demás, es decir Vox, Ciudadanos y Pedro Sánchez. Los ingenieros del laboratorio político insisten en el error al pretender que el descalabro popular se ha producido “en buena medida por la fragmentación del centro y la derecha que, como dijimos hace pocos días, ha allanado fatalmente el camino para que Pedro Sánchez continúe en la Moncloa”. Así, los casos del País Vasco y Cataluña serían “paradigmáticos” de esta absurda y “suicida canibalización” en la que se ha instalado el centroderecha español, “tirando por la borda los esfuerzos y la visión estratégica que permitió la articulación de una fuerza política capaz de erigirse con éxito en la alternativa efectiva a la izquierda”. Lo que no dice FAES, quizá porque no le interesa decirlo, es que esa fragmentación del PP y la correspondiente fuga de votos a C´s y Vox se ha producido precisamente por errores propios, como las políticas de recortes brutales durante los años de Gobierno de Rajoy, la nefasta gestión de los casos de corrupción, su frentismo contra el País Vasco y Cataluña (ningún partido puede gobernar de espaldas a estas dos comunidades autónomas) y el tan cacareado giro a la derecha de Casado.
En su desatinado informe, FAES asegura que “no basta” con expresar los deseos de “echar” a Sánchez o a cualquier otro adversario. Además de los fines hay que “saber elegir los medios”. Y el 28A se hizo justamente lo contrario de lo que se necesitaba para conseguir ese objetivo. “Ni las opciones son intercambiables ni da igual votar a uno u otro, sencillamente porque la fragmentación no suma y no sumará. Si se persiste en esta situación, que nadie se engañe porque ocurrirá lo mismo. Si lo que se ofrece por un lado es el resistencialismo estéril y, por el otro, el tacticismo oscilante, la izquierda y los nacionalistas pueden contemplar el futuro con tranquilidad. La fragmentación en el centroderecha, lejos de ser saludable, es la receta del fracaso”. O lo que es lo mismo: la culpa de la ruina de Génova 13 es del votante, que ha desertado del PP.
Por tanto, el único factor que explica la hecatombe del PP es la “dispersión del voto”, que penaliza sin remedio mientras “la suma beneficia”. Eso sí, FAES cree que se hace necesario abordar la reconstitución del centroderecha, un objetivo “prioritario”. La solución, según los expertos del Partido Popular, pasa por recuperar a los votantes de este “gran espacio político” que es el centro y a las “clases medias heridas por la crisis y la desconfianza”. Es en ese párrafo donde el partido, aunque sin decirlo, asume implícitamente que la táctica de Casado de girar a la derecha para competir con Vox ha sido una rotunda y grave equivocación.
La fundación considera que no hay ninguna razón para que una España “moderada, constitucional, tolerante, defensora de valores sociales incluyentes, comprometida con la realidad nacional y firme en su defensa, tenga que sentirse como minoría perdedora, porque no lo es. No hay ninguna razón, salvo que siga dispuesta a condenarse a ello elección tras elección, desperdiciando sus votos por ignorancia temeraria de las reglas del juego electoral y de la fuerza de la unidad”.
Lo que se explica peor, según FAES, es que los que decían querer “echar a Sánchez” celebren la frustración de su objetivo, por más que hayan mejorado su posición relativa en escaños o consigan entrar en el Congreso de los Diputados, en un claro reproche a Vox y Ciudadanos, que han salido bastante mejor parados que el PP de los recientes comicios. “Tal vez esas celebraciones se explican mejor si se entiende que estas elecciones se han planteado por un lado y por otro como una pugna por el liderazgo del centroderecha, en vez de como un esfuerzo real para desalojar democráticamente a los socialistas de la Moncloa”, insiste el informe de FAES.
Y para finalizar, esa constante obstinación por persistir en la misma estrategia errónea, el mismo mensaje machacón de campaña contra Sánchez, al que considera el culpable de todos los males del país, sin aportar soluciones a corto plazo: “Ninguno de los problemas, ninguno de los desafíos a nuestro marco de convivencia, al futuro de la economía, del modelo de bienestar y de nuestra posición en Europa son susceptibles de mejorar con una fórmula de gobierno como la establecida por el Partido Socialista en estos últimos meses”, añade el informe.
FAES desarrolla una intensa actividad de relaciones internacionales a través de su red de fundaciones y think tanks en Europa, Estados Unidos e Iberoamérica, así como con pensadores y académicos de todo el mundo. Su objetivo es “nutrir el pensamiento del centro liberal reformista con propuestas políticas que influyen en la toma de decisiones y repercuten en la opinión pública”. Para ello, FAES organiza seminarios, conferencias, escuelas de verano y programas de formación de líderes. Asimismo publica análisis, la revista Cuadernos de Pensamiento Político, informes estratégicos, Papeles FAES y libros. Un ingente equipo de producción y humano (algunos con másteres en Harvard) que por lo visto no es capaz de ver algo tan sencillo como que la derrota de las elecciones tiene nombre y apellidos: Pablo Casado Blanco.