Todos los países están sufriendo esta crisis global, no es un asunto exclusivo de República Dominicana. Sin embargo, Luis Abinader, con un nuevo estilo de gobernar, está practicando una serie de políticas en favor de su pueblo que, por un lado ha colocado a República Dominicana en la vanguardia del crecimiento económico mundial y, en segundo término, ha provocado que el Jefe del Estado dominicano se coloque como el segundo líder mundial mejor valorado.
El crecimiento económico de República Dominicana se distingue del resto en que las consecuencias de la inflación importada por la crisis global están siendo afrontadas mirando el interés y las necesidades particulares de toda la ciudadanía, no sólo de unas minorías. A diferencia de otras potencias mundiales, las medidas adoptadas por el gobierno de Luis Abinader están evitando que el precio de los combustibles se dispare y afecten al bienestar del pueblo dominicano. En concreto, según el portal Global Petrol Prices, los precios de la gasolina se sitúan en el entorno de los 77.000 pesos el litro. Esto se traduce en 1,4 dólares o 1,3 euros. Si comparamos con el precio en otros países se podrá comprobar cómo está afectando, sobre todo en Europa, ese incremento del precio de los combustibles.
República Dominicana, gracias a la gestión de Luis Abinader y de su gobierno, han optimizado de tal manera los precios de los combustibles, poniendo los recursos del Estado al servicio de la ciudadanía, que se ha colocado en la misma órbita, incluso, de países que son productores de petróleo y que no tienen que pagar costes de transporte, como Estados Unidos o Brasil, países donde, además, se encuentran algunas de las principales petroleras del mundo.
Como se puede comprobar, las políticas de Luis Abinader se enfocan para que los problemas que son globales no afecten totalmente al pueblo dominicano y, al contrario, incorporen la búsqueda de la prosperidad con la entrada de inversiones que generen empleos y mejoras en los niveles de vida.
Recuperación del empleo
La crisis del Covid-19 tuvo mucho más impacto en los países que dependen del sector servicios y de las exportaciones que en otros, partiendo de la base de que la pandemia provocó la paralización prácticamente absoluta de la actividad económica en todo el mundo. A esto hay que añadir las diferentes olas y variantes del coronavirus que paralizaron la recuperación inicial.
Abinader llegó al poder en agosto de 2020 y tuvo que apechar con una parálisis de los principales sectores de la economía dominicana que, evidentemente, tenían un impacto en los niveles de creación de empleo.
Las diferentes inversiones conseguidas por Abinader, la recuperación económica que se ha visto reflejada en los datos expuestos anteriormente, el interés demostrado por importantes multinacionales y fondos para aterrizar en República Dominicana, la apertura de nuevas rutas de turismo con los acuerdos alcanzados por Abinader con diferentes aerolíneas internacionales ya está teniendo impacto en la creación de empleo.
No en vano, según el informe mensual elaborado por la Dirección de Análisis Económico Sectorial, los resultados del mercado laboral dominicano muestran que ya se ha recuperado un 97,7% de afiliaciones a la Seguridad Social respecto a los meses de marzo y abril de 2020, es decir, del inicio de la pandemia.
En el último año se han incorporado a la Seguridad Social más de 225.000 nuevos trabajadores, lo que supone más del 11% del total de ocupados.
Además, la tendencia es la de recuperación absoluta, con una línea ascendente que muestra cómo la destrucción de empleo se está reduciendo gracias a las políticas y la gestión de Luis Abinader.
Según los datos publicados por el Banco Central de la República Dominicana, la tasa de desempleo se situó en el 7,4%, por debajo de países como Costa Rica, España, Brasil, Colombia, Italia, Perú y Chile, y a un nivel similar de Francia o Argentina.
El reconocimiento mundial de Luis Abinader
Todas las acciones anteriores de mejora de la situación de República Dominicana desde agosto de 2020 tienen como consecuencia que, en mayo de 2022, Luis Abinader ocupe el segundo lugar en la valoración de líderes mundiales realizada por la prestigiosa Association for Communication in Politics. El líder dominicano logró liderar ese ranking mundial el pasado mes de febrero y ahora sólo ha sido superado por Vladimir Putin, quien ha aumentado su valoración a causa de la guerra de Ucrania.
Abinader supera a líderes como Mario Draghi, Pedro Sánchez, Emmanuel Macron, Joe Biden, Olaf Scholz, Justin Trudeau o Boris Johnson.
Reconstruir la herencia recibida del PLD
El pueblo debe ser exigente con sus mandatarios y tiene la obligación democrática de pedir que cumplan con sus promesas. Sin embargo, cuando la situación con la que se encuentran al producirse un cambio de régimen es de tierra quemada, entonces las ideas previas quedan aparcadas y el pueblo ha de entender que se deben juntar dos conceptos: la gestión y la reconstrucción.
Destruir es lo más sencillo del mundo. Para tirar una casa no hay más que coger un mazo y reventar los tabiques. Lo complicado es reconstruirlo. Eso es lo que se ha encontrado Luis Abinader al llegar al Palacio Presidencial: un país destrozado que ahora está gestionando y reconstruyendo con el lastre, además, de los efectos de la pandemia.
El presidente Luis Abinader afirmó en agosto de 2021 que «el camino que hemos empezado a recorrer es largo. Durante demasiado tiempo hemos acumulado problemas estructurales graves, que se agudizaron con la aparición de la pandemia del Covid-19. Todos queremos ir más rápido en estos cambios, estoy consciente, pero debemos hacer las cosas bien para que las reformas que estamos implementando sean irreversibles y transformen para siempre nuestro país. Se acabaron los retoques menores, los cambios cosméticos o los anuncios que no llevan a ninguna parte. Este gobierno actúa seguro y con planificación, y eso requiere tiempo y trabajo constante».
La herencia recibida del PLD, como decimos, ha dejado una situación similar a la que dejaron los romanos en Cartago tras regar con sal las tierras de cultivo. El gobierno de Danilo dejó República Dominicana como una villa de un aristócrata venido a menos: una fachada bonita pero en el interior todo vacío porque se vendió todo.
El PLD gobernó a base de un endeudamiento salvaje por encima de las propias posibilidades del país y lo dejó en una situación, no de bancarrota, pero con unas obligaciones de pago que están retrasando las posibilidades que Abinader anunció que tenía el país cuando llegó al Palacio Presidencial en agosto de 2020.
«Es preciso señalar, para que el pueblo dominicano se entere, que la política de endeudamiento indiscriminado practicada por los gobiernos anteriores generó obligaciones de pago del capital en nuestra gestión por un monto de 4.767 millones de dólares. Y si a esto sumamos los intereses de dichos préstamos, el monto que nuestra administración ha tenido que pagar de deudas que no ha contratado, y en medio de la peor crisis que jamás hayamos vivido es de un total de 7.340 millones de dólares. Para que quede claro, cerca del 60% de la deuda que hemos tenido que contratar ha sido para honrar compromisos asumidos por otros gobiernos. El pasado que hoy nos pide explicaciones, son quienes tienen que darlas», afirmó Abinader dando un ejemplo de transparencia y, además, de reclamar la asunción de responsabilidades por parte de los culpables. Esa situación es insostenible y cualquier otro presidente la habría aprovechado para implementar políticas de recortes sociales que iban a afectar al Estado del Bienestar del pueblo.
Sin embargo, Abinader y su gobierno han decidido, con el mejor de los criterios que es su compromiso con el pueblo dominicano, sacar adelante las promesas realizadas en la campaña electoral. «La palabra que se le da al pueblo dominicano es sagrada. Y yo no voy a traicionarla nunca», afirmó Abinader.
En vez de aprovechar la situación dejada por los anteriores gobiernos para hacer una política egoísta y de golpes de efecto, el actual gobierno de República Dominicana ya tiene puestos en marcha todos, insisto, todos los proyectos y compromisos que asumió cuando Abinader accedió a la Presidencia.
Así lo está haciendo.