En redes sociales se han distribuido unos artículos donde se exponía una especie de polémica por las enmiendas realizadas por las feministas del PSOE a la ponencia marco del 40° Congreso. “Una especie de polémica” se dice porque en realidad no hay ninguna, es un invento de la prensa pues las enmiendas feministas se están aprobando unánimemente en las agrupaciones locales donde se han presentado. Nadie ha expuesto argumentos como los expresados por ex-cargos del partido contra las lógicas enmiendas del feminismo socialista.
Fue el medio La hora digital el que ofreció la exclusiva sobre la coordinación feminista para hacer los cambios oportunos, especialmente cambiar “género” por “sexo”, a la ponencia (“La sustitución de sexo por género impide analizar debidamente la realidad social, económica y política frente a las desigualdades”). Luego el gran medio queer o cuirista hizo su apología del generismo haciendo ver que existía algún dilema entre la ejecutiva federal (que al fin y al cabo es la que presenta la ponencia) y las bases del partido en la concepción del feminismo. Vamos, daba a entender que Pedro Sánchez estaba más cerca de los postulados cuir que de los feministas “anticuados” y que Carmen Calvo se había ausentado de la polémica pese a ser secretaria de Igualdad, aunque fuese informada del tema. Y ¿qué culpa tiene Calvo si la coordinación de la ponencia ha recaído en Hana Jalloul y Lina Gálvez? Más precisamente, la parte de Feminismo la trabajó Isabel Gil, consejera de Igualdad de Extremadura. Las postmodernitas (o ¿era podemitas?) hay que buscarlas en otro lado.
La ponencia marco, en general, es un corta y pega de muchos programas de gobierno, ponencias anteriores y perspectivas europeas sobre distintas políticas. Se han limado expresiones, se han adaptado al marco de una ponencia y a tirar para adelante. Lo normal es que las contradicciones aparezcan a lo largo y ancho de toda la ponencia, como se verá en próximos artículos en este mismo medio, y se mezclen churras con merinas en muchas ocasiones. Unas veces por pereza, otras por comodidad y algunas por inexperiencia/incapacidad de redactar documentos político-ideológicos se ha completado una ponencia rimbombante pero con errores. Pero esos errores, que pueden ser enmendados por la militancia si les apetece o por las cúpulas regionales para añadir el “¿Qué hay de lo mío?”, no generan una polémica en sí. Precisamente donde podría haber polémica ideológica nadie ha prestado atención porque los postmodernos son parte del marco mental dominante.
Esto es lo que le ha acabado ocurriendo a la extremeña Gil. En las poquísimas intervenciones que ha tenido la consejera (y que hayan recogido los medios), se percibe el error de base de la persona. Respecto al teatro y la cultura en general ya dijo en una ocasión que se “debía tener una perspectiva de género para que hubiese más mujeres”. No señora consejera, las gafas violetas no son generistas, sino feministas. Es normal que las personas que no están al día de los conceptos y sus implicaciones no comprendan que lo que quiere el feminismo es abolir el género, no utilizarlo como quieren los cuir. Pero eso se cura con aprendizaje. Que igual ha visto como Vox y PP se quejan de la ideología de género y se ha dicho “venga todos los que escribáis a poner género por todas partes para que les joda”. El problema es que, aparentemente, Vox y PP no saben lo que es la ideología de género, algo que molesta bastante a las feministas y es bastante reaccionario. El género es el constructo social del patriarcado y por ello hay que trabajar con la categoría sexo… hasta que se enfadan los cuir. Y como parece muy chic y brilli-brilli acaban entrando hasta algunas feministas del PSOE. La izquierda caviar.
¿Quiénes se han quejado amargamente según el panfleto queer? ¡Ah! Algunos hombres del movimiento LGTB y una ex-cargo que anda buscando cariño por los medios y las redes para dañar al PSOE. ¡Qué malo es quedarse sin sillón! Cuando las feministas hablan de cambiar la palabra trans por transexual saben perfectamente lo que dicen, como lo sabe todo militante que se haya informado del tema y le parezca absurdo lo cuir y una muestra de misoginia. Por ello no hay polémica, porque la gran mayoría del PSOE está del lado de las feministas, salvo las JJSS (en las que hay de todo como en botica) y algún lobby postmodernito que pulula cerca de las direcciones. Vamos que son cuatro y el de la puerta, pero con conexiones mediáticas. Si el PSOE desea abolir el género mediante la lucha en pos de la igualdad entre mujeres y hombres, lo lógico es que no utilice esa palabra donde no es adecuado y más cuando se hace como símil del sexo. ¿Polémica? Ninguna. Ganas de malmeter, muchas por los oratores de la postmodernidad.