Que una dirigente política se reúna con el papa Francisco I no deja de ser algo plausible y habitual. Que lo haga una dirigente política que en su ideario tiene ideas contrarias, pero muy contrarias, a la doctrina de la Iglesia católica, es sorprendente. Porque en el Frente Amplio de Yolanda Díaz se apoya la eutanasia, el aborto, los vientres de alquiler y la ideología de género que niega la existencia de la materialidad sexual. ¿De qué pueden hablar dos personas que tienen unas ideas tan antagónicas?
Según la ministra de Trabajo han hablado de trabajo decente, la crisis del coronavirus y el futuro del planeta. Para resolver todo nada mejor, sigue la ministra, que la fraternidad y la Justicia social. Perfecto, cualquier dirigente de izquierdas hablaría de eso, incluso algunos de derechas. La fraternidad, el peligro de destrucción de la naturaleza, la dignidad de la persona y muchas más cuestiones de las que no habrán podido charlar durante los 40 minutos de la entrevista son parte de la doctrina de la Iglesia.
Huele a postureo
El problema es que la reunión apesta a postureo. No tanto porque se pueda reunir con el papa, algo normal como se ha dicho, sino porque los conceptos utilizados por Díaz, en realidad, no tienen el mismo significado para la Iglesia. De hecho la Iglesia “pasa por la izquierda” al Frente Amplio en muchas cuestiones, entre otras cosas, por tener una perspectiva más materialista en muchas de ellas. El diálogo entre diferentes, como ha dicho la ministra, es bueno pero mientras la Iglesia sí apuesta por el bien común, el Frente Amplio no tiene esa perspectiva ética en sus postulados.
Ayer mismo se publicaba en estas páginas el análisis de un libro (Los demonios del bien) donde se explicaba claramente que el bien común es algo distinto a la Justicia social tal y como se entiende en estos días y por parte de los postmodernitos. El bien común exige, por principio, el debate y la reflexión entre los contrarios para establecer qué es el bien en sí mismo; la Justicia social (que no es sólo fraternidad) es una perspectiva completamente subjetiva de parte. Moralina en botella de plástico reciclable, pero moralina.
No saben ni qué dice el papa
El postureo se observa en las palabras del secretario general del PCE –sí el partido comunista, para vergüenza de los comunistas (la mayoría fuera del Partido)-. Enrique Santiago, que va aclimatándose al postureo, ha dejado por escrito: “La alianza política que se asienta sobre el trabajo decente y el futuro verde merece todos aplausos, más si se da entre quien está llamada a ser la cabeza más visible de la izquierda europea y el Pontífice más coherente de la historia reciente”.
De primeras elimina lo de la fraternidad y el bien común no vaya a ser que se lo exijan a él, pero se nota que no tiene ni idea de lo que viene defendiendo Francisco I. Piensan que por ser jesuita va a ser de izquierdas à la teología de la liberación y nada que ver. Es un pontificado similar a los cuatro anteriores (sin contar a Juan Pablo I) respecto al ecologismo (Pablo VI fue pionero desde 1971) y al trabajo decente (Juan Pablo II señaló al capitalismo como peligro para la dignidad de la persona).
La cabeza más visible de la izquierda
Lo del papa es hasta perdonable por no estar a esas cosa –podría haber preguntado al “monaguillo” Alberto Garzón que conoce de esas cosas, pero no se hablan mucho según cuentan-, pero la boutade de ser a futuro la cabeza más visible de la izquierda europea es desconocer la izquierda y Europa. Para decir eso debe excluir a los partidos socialdemócratas. Ya se sabe que la izquierda son quien digan ellos y ya, pero para los votantes europeos igual la socialdemocracia sí es de izquierdas. Y en ese lado hay mujeres y hombres que son primeros ministros.
Si sólo se refiere a lo que hay a la supuesta izquierda de la socialdemocracia, cabe decir que sí, será la cabeza visible del 10% de la población con suerte. En Francia toda la izquierda suma poco más del 20% de los votos para las presidenciales y bajando. En Alemania han bajado de forma alarmante. Y en otros países casi ni existen. Echarse el pisto por una izquierda mínima, caniche, postmoderna y arriquitaun es lo que demuestra el postureo de la visita al “santo Padre”. Y más cuando nada más llegar le preguntan por Carmen Calvo. Que es un “tierra trágame” de manual.
¿Piensan ir en busca del voto católico de izquierdas? Pues si piensan que son idiotas esos votantes, como lo piensan de otros grupos –tipo los trabajadores del sur, de los que hablan sus estrellas mediáticas-, y que no saben distinguir la doctrina católica de la doctrina postmoderna, tienen un problema. En las HOAC ha habido y hay muchos comunistas y socialistas, como los hubo en las Hermandades del Trabajo y hasta en el Opus, pero ya son pocos y con más inteligencia que la dirigencia frentista. Se han creído que pueden ganar al PSOE y allí que van diciendo boutades y reuniéndose con el papa.