Luis Abinader, en la anterior Asamblea General de 2021, reclamó tres acciones urgentes que la comunidad internacional debería adoptar para solucionar la gravedad de la situación social y humanitaria que sufre Haití, porque República Dominicana no puede afrontar en soledad un escenario sólo por el hecho de ser el país fronterizo.
«República Dominicana ha mostrado y seguirá mostrando la solidaridad y la colaboración debidas con el pueblo haitiano, pero también les reitero que no hay, ni habrá jamás una solución dominicana a la crisis de Haití. Por años, cada día, nuestro país ha encarado, prácticamente solo, estas consecuencias. Estamos convencidos que ninguna acción unilateral será suficiente para superar esa dramática situación».
Abinader apeló a que la comunidad internacional no puede, ni debe, abandonar a su suerte a Haití, sobre todo en una situación gravísima como la que se vivía hace un año y que ha empeorado de una manera terrible en las últimas semanas. El presidente dominicano lo advirtió, no se hizo nada y hoy se pagan las consecuencias.
El escenario de Haití ha derivado en que el país está controlado por bandas criminales que mantienen secuestradas las reservas de combustibles. A todo esto hay que unir un brote de cólera. Ante la gravedad de la situación, el secretario general de Naciones Unidas, el portugués Antonio Guterres, ha reclamado lo que Abinader lleva años pidiendo: la intervención urgente de la comunidad internacional.
En concreto, el líder de la ONU lanzó un llamamiento al Consejo de Seguridad y al resto de países en el que instaba a que se considerara el «despliegue inmediato de una fuerza armada internacional especializada para hacer frente a la crisis humanitaria» en Haití. En un comunicado emitido por la oficina de su portavoz, António Guterres informó que la petición del despliegue de tropas fue hecha por el gobierno haitiano y debe ser tratada con carácter de emergencia.
La semana pasada, la ONU había solicitado la creación de un corredor humanitario en Haití con el que poder acceder a la principal terminal de combustible, ya que las bandas armadas la tienen bloqueada, impidiendo la provisión de servicios básicos como la salud, la seguridad y el agua, en un país que se encuentra cercado por una crisis económica, una inseguridad generalizada y un brote de cólera que amenaza al menos a 1,2 millones de niños.
La realidad es que la comunidad internacional ha dejado de lado a Haití y ahora se están pagando las consecuencias de no haber hecho caso a Luis Abinader en el momento en que habló ante todos los líderes mundiales. ¿Por qué nadie hizo nada? ¿Será porque Haití no da réditos políticos? Sin embargo, no se puede dejar a millones de personas en manos de organizaciones criminales que, finalmente, terminarán gobernando como las zonas tribales de otras partes del mundo donde han instaurado el terror y han construido estados fallidos.
El hecho de que la ONU ahora se haga eco de las reclamaciones realizadas por Abinader es una muestra más del carisma y del conocimiento internacional del presidente dominicano. Lástima que no se le hiciera caso antes, miles de vidas se habrían salvado.