La España periférica está de moda entre los medios de comunicación –un poco más en los liberal-conservadores- y no por cuestión de una honda preocupación sobre las vicisitudes que allí se viven. Bien al contrario, parecería que están más interesados en dar espacio político a los partidos de esa España periférica (que no vacía) por cuestiones ajenas a las vivencias existenciales y materiales de las personas que allí habitan. Quieren generar un nuevo Ciudadanos, un nuevo Podemos, pero de corte rural. ¿Para qué?
Ayer mismo Jorge Vilches, reconocido politólogo e historiador de las ideas, publicaba un artículo en La razón de elocuente titular: “España vaciada contra el PP”. Se publicaba el artículo como adenda de un intento de análisis de las posibilidades de todas esas plataformas de la España periférica, que han surgido mediáticamente cuales setas en tiempo otoñal, en unas supuestas elecciones generales. El intento de análisis, como sucede con muchos intentos, es completamente prescindible en términos científicos, pero es un grano más en lo simbólico. O lo que es lo mismo es una publicidad no gratuita en favor de esas plataformas que ni son analizadas, ni son contextualizadas.
¿Contra el PP?
Retomando el artículo de Vilches, donde vislumbra un regreso al caciquismo decimonónico –aunque existe para PP y PSOE desde la transición-, señala que Vox fue el partido que mejor supo captar ese espíritu de muchos españoles que se pueden sentir desamparados por el centro (o los centros) político: “El ruralismo de Vox tuvo un éxito fácil frente al progresismo que desprecia el campo, que lo llena de ecologistas que no distinguen un buey de un toro, que creen que cazar es asesinar, y, encima, son veganos de la tienda del gourmet. Hoy eso no es posible porque en pocos años de rodaje Vox ha quedado al nivel del resto de partidos”. No es posible pero permite “encauzar el voto conservador rural” mediante lo que se cataloga de localismo.
De todo ello infiere Vilches que es el PSOE el partido que más beneficiado saldría de ese voto de tinte conservador porque está habituado a pactar con partidos de corte regional (se olvida de Foro Asturias). Una plataforma que estaría dirigiendo en la sombra Manuel Campo Vidal y que al final podría obtener entre 8 y 15 escaños. Por ello conmina al PP a actuar: “En este país no solo hay persianas que se suben, sino personas que trabajan de sol a sol en el campo arriesgando todo lo que tienen. Merecen tanta atención como escapar de la manipulación de EV”. Por suerte para Vilches ni dos diputados sacarían, aunque el PP perdería muchísimos votos si sólo pensase en la España periférica como lugar de pastores (Casado no ha visto dos en su vida), de agricultores y nada más. De hecho el problema no radica ahí precisamente. Pero queda bien decir que es contra el PP… o no.
¿Contra Vox?
Desde el partido que más ha querido identificarse con la España periférica se viene diciendo que todo este montaje es contra ellos. Que si están PP y PSOE detrás de las plataformas para lograr expulsar a Vox del parlamento, cuando ellos son los verdaderos salvadores de esa España abandonada… igual sí si no se disfrazasen para acudir a visitarla (nadie se viste como si fuese a una cacería pija en la España periférica). Ortega Smith, que suena como posible candidato en Castilla-La Mancha, o Espinosa de los Monteros han puesto el grito en el cielo hablando de “marca blanca de la izquierda”, hablando de maniobra de Moncloa o, porque se puede decir una cosa y la contraria a la vez, hablando de conchabeo entre PP y PSOE para acabar con Vox.
En este mismo periódico se decía hace poco que las encuestas se estaban manipulando para quitar cierto aumento de Vox en las encuestas que afectaría al PP, pero también es obvio que, principalmente, desde los medios de derechas se está alentando ese voto a plataformas que casi nadie conoce en la realidad de la calle. Los conocen los periodistas, sus familiares y poco más. De ahí que quepa, a priori, pensar que desde el PP sí hay ganas de que esas plataformas al menos quiten voto a Vox… y al PSOE.
Incluso les atribuyen escaños
Comenzó el disparate de adjudicar escaños, cuando menos en potencia, El español de Pedro J. Ramírez, que como todo el mundo sabe es un panfleto marxista-leninista… Una campaña para poner dentro de la agenda mediática el tema de la España periférica y su potencial electoral. Si se dice que se obtendrían escaños –aunque ninguna encuesta seria ha conseguido visualizar esa potencia- al final, como sucedió con Ciudadanos o Podemos –en sus distintos conglomerados mediáticos-, las personas acaban por dotarles de capacidad real. Eso es lo que pretendía Ramírez, a la par que rascar unos millones de visitas.
Le siguieron otros medios como El debate de Bieito Rubido, el ABC, La razón (como se ha visto más arriba) y otros de carácter regional. En el medio de nueva edición de Rubido incluso han llegado a hablar de terremoto electoral… sin un solo dato empírico. Lo mismo que sucedió con Ciudadanos, aunque éstos contasen con el apoyo de la fracción financiera española, y con Podemos. Mucha presencia en medios de gente desconocida que acaba por ocupar un espacio político y electoral. Con Vox sucedió igual pero por otros motivos.
¿Quiere decir esto que es un movimiento sólo de la derecha? No. Como no podía ser menos la prensa progre también se ha sumado a la moda. En realidad fue El país quien más ha hecho por la causa aunque con una intención crematística, no política. Si hablan mucho de eso de la “España vaciada” pueden vender muchos libros de sus propios autores y dotar de aura intelectual a ciertos columnistas suyos que de otra forma no la tendrían. Ahí tienen al periódico de Soros hablando de transversalidad de algo que es, de momento, inexistente.
Plataformas de tócame Roque
La realidad es que las distintas plataformas que han ido surgiendo hasta completar esa especie de Frente Amplio de la España periférica son de todo menos coherentes. Salvo que se sienten abandonados todos están con el “¿Qué hay de lo mío?”. Nada que ver con el caciquismo al que intentaron hacer frente los regeneracionistas que han sido en la historia de España. Son como la casa de tócame Roque, unos quieren esto y los otros aquello. Y parada del AVE en cada pueblo, claro.
La carencia de coherencia, en el contexto de la política espectáculo, no es un hándicap realmente. Cuando menos hacia la entente mediática que es la que está moviendo la agenda. Pero sí lo puede ser ante los electores. En especial porque en su mayoría tienen un perfil muy urbanita, o lo que es lo mismo, son plataformas generadas en los centros de la periferia con los gustos de esos centros pero no de la periferia propia. Una plataforma en Valladolid que tiene casi 300.000 habitantes es algo cuando menos curioso. Teruel existe obtuvo sus mayores apoyos en la capital, como sucede con otros entes regionalistas. El problema periférico no se encuentra tanto en las capitales (tienen las diputaciones que generan mucho) como en los núcleos de ciudades de 3 a 30.000 habitantes. Hay periferias dentro de la propia periferia y eso sí genera enfado.
¿Tendrán diputados?
Si los medios de comunicación abandonan esta campaña, unos contra el PSOE y otros contra Vox, no sacarán nada. Cuando se dice que el voto en ciertas provincias es menos costoso, se utiliza un pensamiento estúpido de agregar todos los votos a los neófitos. ¿Qué pasa que los demás desaparecen? Antes de que ciertos medios comenzasen a dar cobertura a Vox las encuestas mostraban que había un cierto porcentaje pequeño de personas que ya pensaban votarles. Ahora ese porcentaje no aparece. Sin medios no hay diputados (Teruel existe tuvo su campaña en los medios durante meses), no busquen más.
Si PSOE y PP aguantan los embates es porque tienen estructuras periféricas muy potentes. Puede que un diputado pueda surgir por inutilidad de ciertos personajes de ambos partidos, pero es algo complicado y por la derecha siempre está Vox. De hecho en alguna que otra provincia habría que preguntarse si el que está saliendo es el PP. Esa estructura de décadas llega donde una plataforma de hippies ecologistas, de amigos del zorro, o de ganaderos sostenibles no llegará nunca… de momento. Porque la respuesta de los dos principales partidos (sus centrales) frente a la voz profunda de la desesperación periférica tampoco es que sea adecuada. En el PP con un visión de Los santos inocentes y en el PSOE con la suficiencia del pijo de ciudad que se piensa que con poner cosas informáticas se resolverá el problema.