El sistema sanitario público valenciano realiza cada año más de 4.500 informes médicos de presunta violencia de género, tras implantarse en 2016 un protocolo de actuación para detectar posibles casos de violencia machista. Actualmente, todos los servicios de urgencias de los departamentos de salud, hospitales, centros de salud y ambulatorios de Atención Primaria, tienen activado un protocolo de atención a las mujeres víctimas de violencia de género. «Sabemos que las víctimas de violencia de género cuentan con los profesionales de la salud como primera opción para solicitar ayuda. Y que son estos profesionales quienes, con mayor frecuencia, van a detectar problemas de salud que pueden esconder un maltrato», ha señalado la consejera de Sanidad, Ana Barceló.
La consejera de Sanidad también ha destacado que desde la sanidad pública “hemos podido actuar con determinación y con eficacia para detectar los casos de violencia machista, actuar para proteger la víctima y ayudarla a romper, en muchos casos, con esta violencia inhumana». «Hoy en día, en España sabemos cuántas mujeres han sido asesinadas por la violencia machista, pero ojalá pudiéramos calcular las vidas que salvamos a través del sistema sanitario», ha concluido la consejera.
Respecto de la atención sanitaria recibida, las mujeres son atendidas principalmente en urgencias de Atención Primaria, seguido de la consulta de Atención Primaria y en urgencias hospitalarias. A 8 de cada 10 se les realiza una prueba diagnóstica complementaria, por lo general una radiografía o una analítica. Y a 6 de cada 10 se les aplica tratamiento médico, principalmente farmacológico, seguido de curas locales y ayuda de tipo psicológico.
Según estos datos, 7 de cada 10 mujeres de las que se emite informe médico por presunta violencia de género, presentan lesiones físicas relevantes, localizadas mayoritariamente en los brazos y manos, en el cuello, en el cráneo, en glúteos, piernas y pies y en las mejillas o la mandíbula. En cuanto a la tipología de lesión, las más frecuentes son: eritemas, equimosis (moratones), hematomas, y erosiones.
Por lo que respecta a la descripción del episodio de maltrato, las lesiones físicas que presentan las mujeres según los informes médicos se producen por impactos del cuerpo del agresor o bien con objetos contundentes. El maltrato de tipo psicológico se da en forma de insultos, menosprecios, hacerla sentirse inferior o culpable y amenazas de muerte.
Detección precoz de la violencia machista
A cada mujer que acude al sistema sanitario por cualquier motivo de salud se le realizan una serie de preguntas que permiten detectar precozmente la violencia de género en cualquiera de sus formas.
La Comunitat Valenciana ha ido incrementando el número de cribados progresivamente hasta alcanzar el 4% de la población femenina mayor de 14 años. En concreto, los últimos datos hablan de 93.970 cribados en un año cerrado, el 2017, de los que el 2,36% son casos positivos, 2.184 en total.
El cambio de estrategia introducido en 2016, que llevó a Sanidad a implantar el cribado sistemático -siempre que la mujer acude al sistema y no sólo por sospecha de violencia de género-, ha permitido pasar de 28.227 en el primer semestre de 2015 a 66.688 para el mismo periodo en 2018, lo que representa un incremento del 42% de mujeres.
De los 2.184 positivos, en el 44,2% se detecta maltrato físico, en el 91,3% psicológico y en un 7,3% maltrato sexual, ya que no son excluyentes (de hecho suelen darse a la vez). En la práctica totalidad de los casos positivos detectados en el cribado se realiza una valoración del riesgo. En estos casos se realizan actuaciones específicas de atención sanitaria o derivación a recursos especializados para mujeres víctimas de violencia de género.
Sanidad está intensificando también la detección precoz de la violencia de género en embarazadas. En el caso de estas mujeres, la cobertura del cribado fue de 6.430, de los que 129 dieron positivo en violencia de género: 118 por violencia psicológica y 51 por maltrato físico.
Asimismo, se ha elaborado el protocolo de actuación sanitaria ante la mutilación genital femenina y se está trabajando también en un protocolo de atención sanitaria ante las agresiones sexuales.
En relación al perfil sociodemográfico, el 43% de las mujeres entre 14 y 25 años afirman haber sufrido algún episodio de violencia de género a lo largo de su vida. El 73% de las mujeres han sufrido un maltrato de más de 1 año de duración y la prevalencia de violencia de género en mujeres no españolas es dos veces superior a la que se aprecia en mujeres españolas.
Ana Barceló ha incidido en que la Consejería reconoce la violencia de género como un problema estructural con graves repercusiones sobre la salud de las mujeres y sus hijos e hijas y ha recordado otros ejes de actuación puestos en marcha desde su departamento para intervenir con mujeres en situaciones de especial vulnerabilidad. En concreto, se ha referido a la guía de intervención ante la violencia de género en mujeres con adicciones y al protocolo firmado junto con la Consejería de Igualdad y Políticas Inclusivas, cuya titular es Mónica Oltra, para atender y derivar, de manera preferente, a las mujeres en situación de violencia de género entre servicios y centros de ambas Conserjerías.