En vista que la última cortina de humo ligada al franquismo no ha tenido el impacto deseado (la resignificación del Valle de los Caídos), salvo para el integrismo católico, Pedro Sánchez debe moverse para poder intentar desviar la atención. Por mucho que la factoría monclovita del fango y los despistes lo intente, la realidad es que la amnistía, la corrupción sanchista en toda su extensión y los datos económicos del día a día de los españoles acaban inclinando la balanza en su contra. Ahora toca sacar otra cortina de humo cuyo fuego se alimenta de a poco para que existan ascuas con las que ptovocar el incendio.
Hace seis años, un mundo aunque parezca lo contrario, en el seno del PSOE se prohibía la presencia de banderas republicanas. Eran los tiempos del Sánchez doctor (cum fraude, hay que recordar), gran negociador europeo y enterrador de la corrupción pepera. Se disputaba el título de joven promesa política con Albert Rivera y Pablo Iglesias y debía cuidar las formas. En los pocos actos en que aparecía alguna bandera tricolor —algún acto de Izquierda Socialista, la corriente ayer crítica hoy palmera sanchista— no se podían hacer fotos “oficiales”. Ni la bandera de España (salvo en aquella puesta de largo en Barcelona con una bandera que cubría todo el escenario), ni la tricolor. El PSOE siempre ha sido posibilista y no se decantaba por ningún tipo de sistema hasta ver qué ocurría. Paradójicamente Alfredo Pérez Rubalcaba actuaría como notario del salvamento de la corona cuando las golfadas de Juan Carlos I le llevaron a la abdicación.
Desde un tiempo hacia acá, dentro del PSOE el republicanismo ha aumentado alimentado por la propia ejecutiva. Antes, en los tiempos de José Luis Ábalos, se actuaba contra, ahora con Santos Cerdán se deja hacer para que hay un buen caldo de cultivo. En Navarra se firman mociones contra la borbonada, en Murcia y otros lugares se deja al PSOE “oficiosamente” acudir a marchas republicanas, desde los medios subvencionados por el sanchismo se señala al monarca por persona interpuesta… ¿Qué quiere decir esto último? Se utilizan los artículos de la derecha mediática defendiendo al rey para alimentar los bulos y mensajes de la derecha en redes sociales contra el monarca. Mientras, cada vez más, fomentan artículos culturales en defensa de la II República con poco sustento histórico en la mayoría delos casos, cabe decir —como los de las derechas hablando del mismo período y el franquismo posterior—.
La estrategia de sacar al “ardillas” en cada oportunidad, además de intentar dañar a la derecha —aunque algún doctor en Ciencia Política (no un/a politólogo/a de a pie) debería decirle que el sistema es distinto e igual no sale bien—, va dirigida a laminar el apoyo a la monarquía poco a poco. El “ardillas” y demás mentecatos que conforman el grupillo ese —por cierto, ¿qué hacen los de Esto es Atleti enredados con EDA TV?, ¿no saben con quién se acuestan?—, son claramente antifelipistas. Al “preparado” le tienen entre ceja y ceja porque entienden que debería instar a algún golpe de Estado o similar contra Sánchez, así desde el sanchismo se alimenta todo ello para cuando llegue el momento.
Entre sus socios, ni el PNV, ni ERC, ni Junts, ni Sumar, ni los demás grupúsculos apoyan la monarquía, solo hay que añadir a parte de la derecha para tener una masa crítica con la que lanzar sus cortinas de humo. En esto igual les falla algo, que en la izquierda real, la de la calle, el apoyo es similar a la derecha o más. Pero tampoco se puede pedir a Sánchez y su alegre muchachada que tengan dos luces. Lo que es obvio es que se está alimentando algo por ese lado para tener una nueva cortina de humo para tapar toda la mierda que cubre al sanchismo.