La salida de Casemiro hacia el Manchester United parece que está cada día más cerca. En el Real Madrid no existe, realmente, gran preocupación porque el sustituto ya lo han fichado esta misma temporada (Tchouameni) y también pueden jugar en la misma posición Valverde (próximo Balón de Oro después de Vinicius según Marca), Camavinga o Kroos. Futbolísticamente pierden algo pero no tanto como los setenta millones que pueden ingresar en las maltrechas arcas madridistas (maltrechas porque el estadio ya va a costar el doble de lo anunciado). Ahora bien ¿tiene claro el cambio el jugador hispano-brasileño?
En el ámbito salarial dicen que Casemiro se garantizaría unos 14-16 millones de euros limpios por cada una de las cinco temporadas que le ofrecen desde Manchester. Sin duda el tema salarial despeja suficientes dudas como para dar el paso sin temor. Que no vaya a ganar la Premier todos los años no es algo que le preocupe, no lo ha hecho en España en sus nueve temporadas (tres ligas, una más que Koke, por ejemplo). La Copa sólo la ha olido en una ocasión y sí ha tenido más fortuna con las Champions. Por lo tanto, el tema ganar muchos títulos o no debe preocuparle poco. Hay dos cuestiones que le preocupan mucho más y se lo ha hecho saber a los emisarios manchesterianos.
¿Son los Glazer como Florentino Pérez?
Hasta el momento, en España, Casemiro ha tenido la protección de toda la prensa (el nacionalmadridismo). Se han deshecho en halagos por su fútbol y han ocultado todas las patadas que ha dado. Da igual en Marca que en As, en la SER que en la COPE, en todos lados, gracias al poder de convencimiento de Florentino Pérez, se han rendido a sus pies. Por eso para Casemiro es importante saber si los Glazer tienen tantos tentáculos de poder como el tito Floren para que le doren la píldora haga lo que haga en el campo de juego.
Su amigo Varane, que ahora es suplente por ser lento para lo que se estila en Inglaterra, le habrá contado que los periodistas reparten lo que no está escrito cuando los jugadores lo hacen mal. Con saña y crueldad. Esto preocupa a Casemiro porque nunca ha sido el hijo del viento y en España tenía protección en sus momentos malos. De hecho ahora comienzan algunos, en el momento de la despedida, a decir que su última temporada ha sido flojilla. Antes de ayer le situaban en el triángulo imperial de las Bermudas.
¿Va a tener barra libre con las tarjetas?
Algo que preocupa, mucho más que el trato posible que le dispense la prensa, es el tema de las tarjetas. En España Casemiro ha tenido barra libre y se ha ido sin expulsiones en más ocasiones de lo que ha sucedido con cualquier jugador de cualquier otro equipo (igual a excepción del Barça). En Inglaterra son más permisivos en las faltitas, no les gustan los aspavientos y el ritmo trepidante se para cuando la sanción es alevosa en extremo. Justo el juego del que ha disfrutado Casemiro y que ha sido protegido por el ser superior en las alturas.
No el dinamismo sino la alevosía. Esos codos en las caras o los cuellos de los contrarios, que en España eran un “sigan”, en Inglaterra no son bien vistos y suelen sancionarse. Esas patadas por detrás o al tobillo dejando marcados los tacos que en España eran, si se trataba del jugador blanco, amarillas como mucho, en la pérfida Albión suele ser roja. Y con las sanciones tampoco se quedan atrás. Si se critica al árbitro no suele pasar nada (salvo insultos) pero en agresiones y entradas criminales suelen meter unos cuantos partidos. Por ello quiere saber Casemiro si tendrá la impunidad arbitral de la que ha venido gozando en España.
Si los emisarios ingleses le aseguran, además del pastizal del salario, ciertas prebendas futbolísticas, es casi seguro que Casemiro se irá a Manchester a casi retirarse con tranquilidad. Con sólo resolver estas dos dudas el Manchester United fichará al jugador del Real Madrid.