El desarrollo de los pueblos se ha ido forjando día tras días. Con los años surgen nuevas herramientas que sirven como instrumento de avance. Una cosa eran las sociedades en el siglo XVII y otra cosa fueron a partir del siglo XIX cuando empezó a expandirse la industrialización. Revolución considerada como un hito que produjo grandes cambios culturales, económicos, tecnológicos y además ambientales.
Al igual que las revoluciones provocan cambios, la naturaleza trae consigo riquezas, convertida muchas en recursos mineros, que una vez tomadas por las manos de los seres humanos, pueden hacer transformación tanto en las ciudades, en el medio ambiente, en la economía de los países e incluso de manera personal.
La República Dominicana posee en su suelo variedades de recursos mineros, entre ellos está el oro, el cual es explotado por la empresa multinacional minera Barrick Gold Corporation, la cual, entre enero y diciembre del 2021, exportó del país más de 1.800 millones de dólares, una cifra muy significativa para la economía dominicana y más aún luego de la pandemia del Covid19.
Barrick, para poder seguir desarrollando sus explotaciones y extender la vida de la mina, necesita la creación de una presa de cola, en donde se depositan los resultantes de los procesos mineros, los cuales son considerados desechos tóxicos, que van a afectar directamente al medio ambiente y varios ríos entre ellos el río Ozama, según la poblaciones cercanas, donde piensan ellos que se pretende construir la denominada presa.
Los ciudadanos que se oponen alegan que la construcción de dicha presa provocará un impacto ambiental muy negativo que causará daños no solo el río Ozama, que es considerado como uno de los más importantes del país, ya que sus aguas alimenta a un porcentaje relevante del gran Santo Domingo de R.D. y es, a la vez, un patrimonio cultural, social y un recurso natural invaluable de la ciudad, sino que además con la construcción sufrirán los habitantes, la agricultura, las aves y el medio ambiente en general.
Entre la empresa minera y los ciudadanos se dan opiniones encontradas, incluso dentro de la misma población hay en pro y en contra, con relación a la construcción mencionada. Muchos consideran que afecta al medio ambiente, otros valoran el gran aporte económico que brinda a la República Dominicana, que para nadie es un secreto que la actividad genera empleos y están los que saben que impacta al medio ambiente, y estos expresan que se realicen los estudios pertinentes que disminuyan estos riesgos de impacto.
En conclusión, la importancia de la existencia de la mina en el país está dividida entre los que la acusan la contaminación del entorno y quienes aceptan el desarrollo que provoca la actividad minera.
El presidente Luis Abinader, con su nuevo estilo de gobernar y su cualidad de humanista, tomará siempre una decisión apegada a lo que es conveniente para el pueblo dominicano de manera general porque, como vengo defendiendo de muchos años atrás con investigación, estudio y conferencias en auditorios cualificado, lo que no se pone en valor se queda en perdida.
El gobierno de Abinader, transparente y responsable, a través del ministro de Energía y Minas, ingeniero Antonio Almonte, afirmó que la aprobación de la presa de cola solicitada por la empresa Barrick Gold está sujeta a un estudio de impacto ambiental que determine que no pondrá en riesgo el ecosistema, el medio ambiente y la población de la zona.
Además aclaró que el lugar donde se pretende hacer la presa no se ha decidido, porque lo primero que tiene que hacer la firma es un estudio de impacto ambiental, ecológico y humanista, que garantice la esencia del titular, después será el momento en el que Medio Ambiente tendrá que pronunciarse, convenientemente apoyado por criterios de expertos nacionales e internacionales, de reconocido conocimiento y ética, y que ofrezca sin ningún tipo de duda desde la transparencia más absoluta garantía al pueblo, junto a ciudadanos y ciudadanas.
Dependiendo de los resultados que se obtenga será cuando el Estado dominicano podrá emitir su aprobación o desaprobación sobre la construcción de la presa de cola. Siempre y cuando no ponga en riesgo el ecosistema, el medio ambiente, la población, ni tampoco el desarrollo del país.
El compromiso del presidente dominicano con su pueblo es persistente y a través de su nuevo estilo de gobernar lleva esperanza a los ciudadanos, porque ha dado muestra que es un presidente humanista, por eso ante esta decisión se espera que no sea diferente y que todo será en base a lo correcto.
Durante su alocución en la rendición de cuenta el pasado mes de febrero Abinader manifestó “Esta administración cree en fomentar una industria minera sostenible que opere con los más altos estándares del mundo”. Eso sí con garantía técnica, humana, ética y transparente.
Tras analizar la situación en general me surge una pregunta: ¿será que las riquezas de la naturaleza están para que el ser humano las utilice como fuente de supervivencia desarrollada y el hombre la trabaje y viva de ella o será que deben ser intocables?