Mucho han hablado de “paguita” entre las huestes de la derecha patria, lo que no han contado, porque nunca cuentan la verdad de sus propósitos, es que la verdadera “paguita” es la que están buscando todas las fracciones que tanto hablan y tanto protestan. Realmente más que una paguita es un pedazo sobre lleno de billetes de 500 euros que quieren repartirse como han hecho hasta hace bien poco. Mucho dinero el que entienden que debe llenar sus bolsillos para mejorar sus propias vidas y, por tanto, muy alejado del bien común. Ese bien común, impregnado de un terrible idealismo empirista (muchos datos para hacer ver que todo es perfecto cuando la realidad es que la realidad es bien distinta, como en el caso de la clase trabajadora que empeora su situación día a día), no es más que un bien privado de los menos, la clase dominante (con todas sus fracciones de clase). El bien común en la derecha no existe más que como eufemismo de beneficios y acumulación para los menos, los cuales reparten migajas entre los distintos esbirros necesarios para que su dominación se mantenga y parezca que, además, es una democracia plena donde brilla la libertad. No es por otra cosa que ese concepto, del que quieren desconocer buena parte de su significado, no se les cae de la boca. Una estratagema para ocultar el verdadero fin que ya se ha apuntado. Muchas “paguitas” que tienen que repartirse en la clase dominante y sus esbirros.
Las paguitas de los esbirros de la política.
Lo que aquí se va a contar es extensible a parte de la izquierda, no hay que elevar a los altares de la pureza a todo el mundo, porque hay muchos que viven del momio. Son esos personajes que todos ustedes conocen bien y le ponen caras que hoy están con uno, mañana con la otra y siempre con el que gana para seguir de concejal, diputado o asesor. En el caso de la derecha, además, se junta una nueva situación. Muchos advenedizos de los límites de algunas de las fracciones de clase (aristocracia, sector ladrillo, siempre abogados…) se han incorporado con cierta fortuna a la política, léase Ciudadanos o Vox, desplazando a los que siempre han estado en el machito, el PP. Esto ha provocado que algunas paguitas hayan cambiado de bolsillo provocando cierta catarsis. Se ha abierto una lucha no por ideales, algunos hay pero en general les vienen dados los mandatos de lo material-económico, sino por el cargo, por la paguita, por los oropeles del poder (que también alimentan en muchos casos de egos necesitados). Las paguitas están en juego, se han lanzado a defenderlas y en algún caso ampliarlas. Pablo Casado no sólo pelea por su paguita (si no fuese del PP hoy no tendría posiblemente un trabajo con altos ingresos, pues el empujón universitario no habría existido), sino por la de muchos de los que le auparon al poder. Tras hacer un ERE en el partido tras su debacle electoral, ahora están en juego paguitas de otros que le sostienen de momento en la presidencia.
Casado lucha por su paguita y la de muchos de los suyos. Como hacen en Vox donde su máximo dirigente, salvo el famoso bar o tienda que no duró, no ha dejado de vivir del momio o las ayudas iraníes (tal vez habría que decir persas). Necesita la paguita para seguir viviendo sin dar palo al agua, como algún otro que le acompaña. Además, la política les permite hacer buenos contactos a futuro pues las sectas que les apoyan tienen empresas y puestos para cuando la política les abandone. Porque les abandonará la política antes que ellas y ellos se bajen del burro. Incluso hay muchos personajillos llamando a sus puertas para ver si también pescan paguita, que hace mucho frío fuera de la política si no tenías un trabajo antes o no tienes habilidades laborales. Paguitas para todos para que la clase dominante, o una fracción de ella, agradezca los servicios prestados. Paguitas para muchos paniaguados que revolotean alrededor de los partidos también. Las columnas periodísticas no dan para vivir a todo trapo y con tantos contactos.
Las paguitas de la caverna mediática.
Si piensan que la derecha mediática está lanzando la mezquina campaña sobre la dictadura socialcomunista por una cuestión meramente ideológica, es que no les conocen verdaderamente. Mucha libertad en la boca pero sólo para ellos porque desearían que los demás (medios progres y personas) estuvieran amordazados y/o cerrados. En realidad lo que hay en disputa son muchos millones en subvenciones y publicidad para las empresas que están detrás de los distintos medios de comunicación. Los distintos gobiernos regionales, los ayuntamientos grandes y el gobierno estatal tienen a su disposición millones para publicidad, subvenciones encubiertas y, en el ámbito radiofónico, la concesión o no de postes de radiodifusión para llegar a cubrir todo el espacio radioeléctrico. Ya se ha visto que la Junta de Andalucía ha dejado en cero una posible multa de 400 millones de euros a la cadena COPE por estar usando postes ilegales y radiofrecuencias piratas. Eso son muchos millones que no han entrado en las arcas públicas (construir un hospital mediano, por ejemplo) y que sirven realmente para comprar conciencias.
Paguitas que son verdaderas soldadas es lo que defienden los medios cavernarios porque han visto que el monopolio publicitario se acabará con el Gobierno actual. Hasta el momento todo el dinero de publicidad institucional, salvo orden directa, se ha repartido entre varias agencias de publicidad, conectadas en algunos casos a medios de comunicación, y los dineros públicos han ido de forma desproporcionada a los medios de la derecha. Por ejemplo, en algún caso El País ha cobrado menos teniendo más lectores y visitas que La Razón. O medios que no tienen casi visitas o lectores sacan cientos de miles de euros mientras que otros con millones apenas disfrutan de decenas de miles. Lo mismo ha venido ocurriendo con las acreditaciones institucionales. Mientras algunos medios (y algún periodista individualmente considerado) han tenido cuatro o cinco acreditaciones, otros ni una. Eso supone una desventaja porque no se puede hacer el trabajo en las mismas condiciones. De ahí que se quejasen porque medios medianos y pequeños hayan podido preguntar al presidente del Gobierno o a los cargos ministeriales. Se les acaba, en cierto modo, el oligopolio informativo y eso es bajar la cantidad en las paguitas que ahora se reparten más proporcionalmente. Aun así los gobiernos autonómicos y los grandes ayuntamientos dirigen los dineros para sufragar las paguitas. Eso sí, columnistas bien pagados y plumillas de a pie de calle con reducciones de salario para conservar el trabajo.
Dentro de esto que es general, están los especímenes que pululan por las tertulias (por cierto ¿se han dado cuenta de la desaparición de todos esos politólogos para los que todo era bueno y laxo con el coronavirus? ¿Se los habrá tragado la tierra?). Esos todólogos, doxósofos y lamebotas que no hacen más que difundir bulos, patrañas y maledicencias. Todos esos que llenan los platós de Ana Rosa, Susanna, La Sexta, 13TV u otras de la Brunete mediática diciendo que el Gobierno ha llenado España de cadáveres, o que está montando una dictadura sólo lo hacen para sacar una paguita. “Alpiste”, “El condenas” o “el bulos” están ahí para que los inconscientes les paguen sus gastos, y cuantos más gastos quieren más paguitas necesitan. Y otros que aparentan ser más serios también. Que muchos viven muy bien gracias a hablar de todo sin saber de nada. Y ahora que la clase dominante está aterrada de verdad, hacer todo lo posible para que caiga el Gobierno (creando un estado de opinión radicalmente contrario) se paga y muy bien. Da igual ser un necio, hay paguita si se dicen salvajadas.
Las paguitas de la CEOE.
Estas paguitas más bien son una buena morterada. Una acumulación que ahora se está viendo recortada por la propia impericia de los empresarios, no vayan a pensar que es culpa del Gobierno. Tanto vivir de los servicios públicos (privatizados), de los dineros que el BCE presta sin intereses para que se presten con intereses cercanos a la usura, de la extracción de la plusvalía, que dirían los clásicos, que emana del Estado que ahora se han dado cuenta de que cuando para la actividad no tienen capacidad alguna de derivar sus supuestos esfuerzos a otra actividad productiva. La banca aterrada porque las personas que tienen ahorros, en buena lógica, no los quieren mover por lo que pueda venir. Si a eso se le suma que nadie se atreve a hipotecarse así como así, o pedir créditos que igual no pueden pagar por la situación, el negocio realmente se les viene abajo. Podrían abrir líneas de crédito para reindustrialización pero eso es mirar a largo plazo y es mejor la usura pura y dura. No extraña que fuese Ana Botín la que dio la orden de volver a recuperar la actividad económica. Una orden que Casado no entendió correctamente, normal siendo un nesciente y un sinsorgo, y se lanzó a querer llenar España de cadáveres con todo el personal danzando por las calles como si el virus no existiese.
También ha reclamado Florentino Pérez que se vuelva a la normalidad porque sus paguitas en el sector público ahora parado son cuantiosas. Sus empresas Clece o Cobra viven de muchos contratos públicos, más los contratos de construcción o industriales vinculados a las distintas administraciones públicas. Y como ha sobrevolado su nombre respecto a lo sucedido en algunas residencias de ancianos, lo mejor que se hable de otra cosa y si se puede cargarse a Pablo Iglesias por el camino. Todos los medios que hablan, especialmente Ok Diario, de bulos o directamente trastocan cualquier información (en los titulares especialmente pues saben que muchas personas no pasan de ahí en la lectura) con la finalidad de derrocar al Gobierno, están bajo el paraguas protector y financiero del presidente de ACS. Controla buena parte de la prensa más cavernaria y la usa para que se cumplan sus deseos, especialmente que la izquierda no gobierne y que el Atleti no gane a ser posible. Y en todos esos casos los poderosos lo que hacen es salvaguardad sus paguitas, su acumulación, que cae no por un virus sino por su impericia y por pensar que la clase trabajadora no aportaba nada. Paguitas de la derecha que hay que salvar y que todas tienen un nexo común: que la clase dominante mangonee como siempre.
Cuanta basurilla ,como diría Rosendo