Muy alegremente han decidido desde la ejecutiva federal del PSOE adelantar las primarias en el PSOE de Andalucía. Salvo que Paco Salazar tenga hechos los números agrupación a agrupación, lanzarse a por el cuello de Susana Díaz de forma intempestiva, cuando en el momento de mayor euforia militante se rajaron, puede ser bastante contraproducente. Aquí no hay camarlengos, ni nada por el estilo. Es una pelea de aparatos (federal vs. regional) o personas que puede acabar haciendo más daño al propio partido que alguna elección peninsular.
El PSOE es un partido peculiar y la “federación andaluza” mucho más. En Andalucía no sirve controlar cuatro o cinco agrupaciones, como sucede en regiones uniprovinciales, ni utilizar los brazos de las diputaciones provinciales, es todo eso y mucho más. Encontrar el equilibrio entre ocho provincias, cada una de ellas con su idiosincrasia y su necesidad de estar representada y mandando, no es sencillo para cualquier candidato que no esté incrustado en el aparato. A ello súmenle que hay que congraciarse con presidentes de diputaciones, de entidades comarcales, de entes autonómicos, de agrupaciones grandes y chicas, del personaje conocido en aquel lugar y del que controla en el anonimato a un buen grupo de militantes y, casi por último, los medios de comunicación y quienes ponen el dinero de la publicidad en ellos. En resumen, hacerse con el poder en Andalucía no es llegar, presentarse, hacer presión a cuatro, venderse con la persona que tiene el apoyo de la ejecutiva federal sin más. Hay que manejar bastantes variables.
Desde luego, Canal Sur jugará un papel importante en la contienda. En estos días Elías Bendodo debe estar pasándolo mal. Pensará que si no silencia (algo que le importará poco) el proceso de primarias, ¿a quién apoyar? Si apoya a Díaz puede que se encuentre a la vuelta de año y medio con una candidata potente, conocida por todo el mundo y con posibilidades de derrotar a su protegido Juan Manuel Moreno. Si apoya a Juan Espadas daría publicidad a un personaje más desconocido en el ámbito andaluz (aunque el centralismo informativo sevillano es alto) y se podría encontrar con la misma sorpresa o acabar dando publicidad a los candidatos a alcaldía de Sevilla y Junta. Lo mismo pensarán en los medios regionales, porque es más o menos lógico que la estatal apoye a Díaz –aunque sólo sea por molestar-.
Susana tiene bastantes apoyos a día de hoy. ¿Suficientes? Igual sí porque al otro lado hay mucha algarabía, muchas voces críticas pero ¿votos? Mucho militante crítico se marchó del partido cuando Pedro Sánchez no se atrevió a cazar a la sevillana cuando estaba en el punto de mira. Y que haya cansancio con la sevillana no quiere decir que se vayan a echar en brazos del alcalde Espadas. Al final muchos votos se moverán por medio de caciques y caciquillos, y estos ¿los controlan desde Ferraz? Parece que no. Con suerte se manejan bien en algunas agrupaciones grandes y en Jun. Además, Susana ya tiene un buen trecho de trabajo de campaña hecho. Lleva desde hace meses visitando pueblos y ciudades para atizar a Bonilla, pero también para cerrar apoyos. Y ahora han decidido en Ferraz lanzarse a primarias con todo el trabajo por hacer de su candidato. Por cierto ¿no se han dado cuenta que Díaz ni se ha quejado?
Si alguien piensa que desde la prensa de derechas no van a mover todo lo que puedan por la victoria de Susana es que no saben cómo funcionan. Muchos medios vivieron muy bien con la publicidad institucional de la Junta en tiempos de la condesa-duquesa de San Telmo. Hoy se lo devolverán, entre otras cuestiones, porque quieren dañar al presidente del Gobierno. Una victoria de Susana sería un bofetón al actual secretario general, el cual podría haber nombrado candidato directamente ya que el reglamento interno le faculta a ello (hacerse un Borbolla vamos), más si la excusa del adelanto electoral fuese cierta –un adelanto que no se producirá hasta que Bonilla y Marín cierren cómo se van a incluir en el PP los de Ciudadanos (ahí tienen al alcalde de Granada que camina hacia una viceconsejería) y todavía les queda-. Salvo que Salazar y el junillo hayan hecho bien sus deberes y tengan los números seguros, cualquier proceso de primarias a cara de perro puede perjudicar más al presidente del gobierno que al candidato regional. Con el añadido de que “ideológicamente” las diferencias entre Susana y Espadas son casi inapreciables. ¡Ojo! Las primarias las carga el diablo y las disparan los idiotas. Veremos…