Comienza a clarificarse el tablero andaluz del PSOE. Se sabe que habrá dos candidatos que conseguirán con facilidad el número de avales requeridos y otro que tendrá bastantes más dificultades. Susana Díaz y Juan Espadas tienen los resortes orgánicos suficientes para conseguir los apoyos, Luis Ángel Hierro tendrá que vérselas con la capacidad de engullir de los otros dos. Y aquí es donde comienza la pelea en los bordes del sistema. Si desde San Vicente creen que Hierro puede debilitar a Espadas le “cederán” las firmas necesarias para que acuda a la competición. Ya ocurrió en el pasado.
Esa pelea por los avales, empero, no es más que una escaramuza porque desde Moncloa/Ferraz ya están trabajando en la sombra. Pedro Sánchez se la tiene jurada a Díaz desde hace tiempo y está deseando rebanarle el cuello político. Nada que no haya hecho o intentado antes (Tomás Gómez, por ejemplo). Pese a que Espadas, ayer mismo, juró y rejuró en Granada que él no tenía el apoyo del aparato del partido, lo cierto es que desde hace tiempos le han estado proporcionando apoyos desde Madrid. Que los michelangelos andaluces del Senado (Heredia y Vázquez) estén engrosando las filas del alcalde sevillano es buena muestra sobre los manejos de Paco Salazar, el junillo y otros edecanes del aparato. Málaga nunca fue muy susanista, pero quieren atar esa pieza, junto a Granada, para aupar a Espadas a la candidatura. Son gentes conocidas en el PSOE andaluz y pueden servir para esas ganas de “coser” del sevillano -¿no saben utilizar otras metáforas en Andalucía’-.
Ganar apoyos en las grandes agrupaciones es bueno, siempre y cuando en las medianas y pequeñas también se consigan. De ahí que la presencia de la presidenta de la diputación de Huelva, María Eugenia Limón, sea un punto favorable a Espadas. Pero Díaz tiene mucha mili hecha dentro del partido y controla bastantes agrupaciones de las que pueden ser consideradas clave. Las agrupaciones sevillanas de la capital, por ejemplo, aportan muchos militantes, ergo mucho votos, pero pueden ser compensados por cinco agrupaciones de la sierra. De ahí que comiencen a pasar cosas extrañas, de esas que se sitúan en el borde del sistema, como la llegada de 45 nuevos afiliados a la agrupación cordobesa de Peñarroya-Pueblonuevo enviados directamente desde Ferraz. Si se tiene en cuenta que esa agrupación tenía hasta ese envío aparateril 75 militantes, la aparición de 45 nuevos es cuando menos sospechosa. Vamos que no han calculado y se les ha ido la mano con esas “nuevas altas”. En un pueblo de 10.000 habitantes se conocen casi todos los que están interesados en cosas políticas y no hay que acudir a Ferraz para darse de alta. Sospechoso y mal cálculo de los ejecutantes monclovitas.
Lo curioso es que sabiendo el buen juego que les dieron en las primarias a la secretaria general los afiliados directos –esos afiliados que no pertenecen a ninguna agrupación en sí, sino al partido-, con aquellas tarjetas de crédito echando humo, no han seguido por ese camino ya conocido. Se pueden colar 400 afiliados en Córdoba provincia y los votos valen lo mismo. Mal síntoma para Espadas si quienes le apoyan por detrás están haciendo estas cosas. Igual la buena aceptación que había tenido con las gentes de las Juventudes Socialistas se echa a perder, ya que demostraría que hace lo mismo que critica a los demás.
Si alguien piensa que el discurso político o la cercanía o no al poder van a decantar estar elecciones primarias es que no han entendido todo. Evidentemente la crítica a los malos resultados andaluces es coto cerrado de Espadas, pero tampoco puede presumir de pureza de cargos ya que lleva desde 1994 en el momio. Por ello hay que acudir a los límites del sistema para lograr la victoria, a las promesas de cargos futuros (repetir en el Senado, que en Madrid se lo pasan muy bien), a todo lo que haga falta para ejecutar las órdenes de Moncloa (o San Vicente). La condesa-duquesa de San Telmo asediada por las tropas castellanas del rey sol sería una bella metáfora de lo que sucederá. Y como sucede en toda guerra hay espías, sabotajes y traiciones. De momento algunos han abandonado el susanismo para entregarse al turbosanchismo (en remedo de los turborrenovadores de hace años), veremos otros cambios y alguna sorpresa más. De momento ya han comenzado algunos a “colar” afiliados. Veremos…