La grave crisis internacional provocada por el ataque de la Federación Rusa a la República de Ucrania está teniendo unas consecuencias demoledoras a nivel mundial y, en consecuencia, también afectan a República Dominicana. El presidente Luis Abinader es muy consciente de ello y ya está trabajando para implementar las medidas necesarias, desde la transparencia más absoluta, para que la guerra en Ucrania no tenga una repercusión la economía de los dominicanos.
Las relaciones diplomáticas, por tanto, se convierten en una clave para un país que no está implicado directamente en el conflicto. Por eso es fundamental el mantenimiento de la posición marcada desde el Palacio Nacional de cara a que los contactos que se desarrollan en todas las embajadas dominicanas con los países, en todos los ámbitos, con los que se mantienen relaciones diplomáticas no estén condicionados por los intereses de los partidos políticos.
Abinader sabe que la figura del embajador es clave para República Dominicana, como también sabe que los perfiles deben ser muy cuidados que reflejen, no sólo la acción de gobierno, defiendan los intereses de la patria y trasladen a los migrantes de la diáspora que su país está con ellos. El mejor ejemplo de ello está en la figura de Juan Bolívar, embajador en España, quien no ha dudado en ponerse al frente de una serie de iniciativas para terminar con el problema de las bandas que tan mala imagen dan de República Dominicana en uno de los países que, por ejemplo, más turistas aportan a lo largo del año.
Por eso, las luchas partidistas tienen que quedar fuera de las acciones diplomáticas porque lo que un país necesita es que República Dominicana se presente al mundo con una sola voz. Este asunto es tan serio que las delegaciones diplomáticas deben ser absolutamente profesionales y la pertenencia a un partido político no da derecho a ocupar puestos en las embajadas porque tal o cual formación haya alcanzado el poder.
Una nueva forma de gobernar
La situación en el mundo es grave y tiene efectos en República Dominicana, por más que la guerra se encuentre a miles de kilómetros. Abinader lo sabe y no ha dudado en poner los recursos del Estado para, por ejemplo, minorar el impacto de la subida del petróleo en los mercados internacionales en el precio de los combustibles que pagan los ciudadanos.
Además, mostrando al país, desde la más absoluta transparencia, que el presidente está decidido a potenciar una nueva forma de gobernar, ignota hasta este momento en República Dominicana. Ayer, Abinader afirmó, en el inicio del Mes de la Patria, no es casualidad que la lucha contra la Covid-19 y sus efectos negativos en la salud, la economía y en todos los ámbitos sociales, haya sido exitosa, constituyendo el país un referente de normalización social y reactivación económica a nivel internacional.
«No es casualidad, es la fuerza espiritual de la patria misma que guía las acciones de un gobierno que le sirve a su pueblo con eficiencia, humildad, pasión y transparencia». Esta es la nueva forma de gobernar, la de poner el Palacio Nacional al servicio del pueblo y no al revés, garantizar que todas las medidas se adoptan con la conciencia tranquila de saber que la ciudadanía conoce cada uno de los aspectos y en qué se gasta cada peso de dinero público.
Esta nueva forma de gobernar es la que ha llevado a que Abinader haya conseguido reducir los niveles de pobreza, ejecutar con éxito y transparencia las políticas anti-Covid y el plan de vacunación, incrementar el PIB, llevar a República Dominicana a unos niveles tan bajos de corrupción desconocidos desde hace, al menos, 16 años o convertirse en un referente de la lucha contra el narcotráfico y la delincuencia organizada.
Por eso, ahora, de cara al próximo 27 de febrero, Abinader rendirá cuentas ante el país con un portafolio poblado de beneficios para el pueblo y con otra carpeta de nuevas medidas a implantar siempre desde una nueva forma de gobernar que está cambiando al país.