Cuando cualquiera que tenga ganas lee la prensa, mezclando todo tipo de periódicos, debe sacar conclusiones parecidas: lo que para hunos es un escandalazo, para los hotros es casualidad y viceversa. Así los hunos denuncian constantemente las cosas del novio y los hotros las cosas del hermano. Paradójicamente, en lo que debería ser el periodismo digno hunos y hotros estarían obligados a hablar del hermano y del novio de forma proporcional, pero no es así. Cada parte dice que son cosas de un personaje privado y que por ende no se debe publicitar lo que es una cacería del equipo contrario. «¿Pero llueve o no llueve?», habría que preguntar.
Aquí no se ha dado importancia a ambos casos porque, por lo publicado, parecía que era cosa de particulares, relacionados con políticos, pero dentro de una acción privada. ¿Cuántos autónomos hay en España a los que hacen paralelas? ¿Cuántas personas son investigadas por fraude fiscal? Ahí tienen al entrenador del Real Madrid Carlo Ancelotti. ¿Cuántas personas, que pueden, cambian su residencia fiscal para evitar el pago de impuestos? Youtuberos, empresarios como Marcos de Quinto —que luego se pasa los días en la televisión pontificando (¿hacen seguimiento de los días en Hacienda?)— o ingenieros que trabajan a nivel internacional. En realidad son cosas cotidianas que afectan a personas, en estos dos casos, a personas que tienen vínculos familiares o amorosos con personas que están en política.
No es, o no era, lo mismo que el caso de Begoña Gómez, quien está utilizando recursos públicos o el poder que atesora su marido para sus negocios, o lo que pudo pasar con otro hermano, Tomás Díaz Ayuso, que extrañamente, cuando no había la debida vigilancia en los contratos, se rascó 200.000€ de comisiones. Pudiendo no haber delito, desde luego es poco ético, algo que debería hacer dimitir, si tuviesen algo de decencia, a los políticos. No lo han hecho y no lo harán y por ello se puede y debe señalar lo que ocurre. Con los otros dos, en principio, no cabía esa persecución periodística… hasta ahora. Ambos casos comienzan a oler mal.
El novio sigue con su problemas con Hacienda y salvo el jaleo con los correos filtrados, que no se sabe bien quién y a quién, porque supuestamente Miguel Ángel Rodríguez los estaba filtrando antes de que supuestamente los filtrase el Fiscal General del Estado. Si hay prevaricación del segundo ya se verá, de momento ha servido a Pedro Sánchez para cargarse a Juan Lobato. Lo extraño es que MAR, un cargo público, defienda con tal encono a un particular con el que no le une ninguna relación que se conozca. Igual MAR es poliamoroso, bisexual o gay escondido, pero eso algo de su libertad. Lo que no es normal, ni ético, es que defienda a un particular teniendo una posición de poder. Tampoco dimitirá porque nadie lo hace al carecer de escrúpulos.
El problema con el novio es que comienzan a salir datos sospechosos. Datos que no han sido denunciados, ni por la perjudicada pareja, Isabel Díaz Ayuso, ni por el interfecto, Alberto González Amador. Ya que son tan dados en acudir al juzgado y que les caigan las causas en jueces de instrucción con ganas ¿por qué no han denunciado a los periódicos de insinuar trato de favor de la Comunidad de Madrid con la empresa que paga a González Amador, Quirón Prevención? Según han contado diversos medios, se ha duplicado en un caso y ha aumentado considerablemente en otros la entrega de dinero a ese grupo empresarial desde que son pareja. ¿Hay algún tipo de causalidad o de casualidad? Ya es extraño que en el PP siempre pasen las cosas casualmente, como los que mueren antes de testificar.
En el caso del hermano, David Sánchez, del presidente del gobierno, parecía que todo era producto de tocar los pelendengues al político a causa del hermano músico. Pero las noticias que se han ido conociendo, más allá de si vive o no en Portugal, comienzan a ser preocupantes. En un primer momento se podía pensar que le contrataron por hacerle la pelota al presidente —no es extraño en el PP colocar en alguna diputación al hermano tonto o la hija choni de algún alto cargo—, pero tantas irregularidades van más allá del peloteo. Si el hermano no sabe ni dónde está su puesto de trabajo; si es el único funcionario al que le permiten teletrabajar; si se borran correos a mansalva, con el posible delito derivado es que todo ello no es solo un favor ingenuo sino que igual ha habido algún tipo de mandato para contratar, de aquella manera, al interfecto. Más cuando se sabe que la ex-esposa también ha resultado agraciada con un puesto a dedo.
Lo que está claro, habría que añadir las cosas de Alberto Núñez Feijoo y señora, es que aquí la mayoría han venido a servirse de los resortes del poder político del Estado. En vez de servir, se sirven de la ingenuidad e incapacidad de la mayoría de españoles. Y todo porque los hunos y los hotros han conseguido polarizar todo, corromper a la prensa para mantener esa polarización —¿han visto lo que pasa con Real Madrid y FC Barcelona? Lo mismo con PSOE y PP—, con la única intención de llevárselo crudo. Y no, no es cuestión del sistema en sí, es de personas. Personas que llevan décadas patrimonializando lo que es de todos y no suyo.