Podemos dirá no a los presupuestos generales del Estado de Pedro Sánchez si el Gobierno no se compromete a mantener unos mínimos en política económica, social y laboral que la formación morada considera innegociables. “Las primeras respuestas al documento que enviamos no están a la altura de lo que espera la ciudadanía en puntos importantes. Estamos en el no”, ha asegurado Echenique, que confía en que la negociación con los socialistas se reconduzca en las próximas horas. De esta manera, Podemos enseña los dientes a un Sánchez que tiene hasta el día 15 para presentar su borrador en Bruselas.
¿Y cuáles son los puntos a los que el partido de Pablo Iglesias no está dispuesto a renunciar? Podemos considera que ya es hora de acabar con la austeridad, que ha sido la herramienta ideológica del PP y de Bruselas para anteponer los intereses de la banca y los fondos buitre financieros a la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos. De entrada, propone un pack de recuperación de derechos que pasa por aumentar el salario mínimo a 1.000 euros en 2019, derogar las reformas laborales (la del PSOE y la del PP), acabar con la brecha salarial entre mujeres y hombres y recuperar el subsidio de desempleo a los 52 años.
Revalorizar las pensiones con arreglo al IPC en 2018 y 2019 y eliminar el copago farmacéutico son dos importantes medidas que el Gobierno de Sánchez debería incluir en su borrador de presupuestos si quiere que Podemos vote sí. Pero no solo eso. Junto a los derechos de los jubilados la política de vivienda ocupa un lugar preeminente en la agenda de Podemos. Pinchar la burbuja de los alquileres y las hipotecas en España es algo que urge para la formación morada y ahí es donde entra obligar a los grandes propietarios a sacar sus pisos al mercado a un precio accesible, acabar con los privilegios fiscales de los grandes especuladores inmobiliarios y ampliar el parque público de vivienda de protección oficial.
La pobreza energética es otro punto importante a la hora de dar el sí a los presupuestos del Gobierno, ya que Podemos aboga por mejorar el bono social para los hogares más vulnerables (el partido considera insuficiente el último decreto del Gobierno en ese sentido) reducir los privilegios de las compañías eléctricas (que tendrían que contribuir con dinero de sus beneficios a erradicar esta lacra) y poner en marcha otras medidas como la racionalización del término fijo en la factura de la luz. En esa línea, Podemos insta al Gobierno a pagar de inmediato las ayudas reconocidas por la ley de dependencia que no se han abonado todavía y a recuperar la cotización para las cuidadoras familiares.
En política fiscal, la formación morada quiere acabar con los privilegios de las clases altas y las grandes empresas. Para ello propone implantar un impuesto de transacciones financieras, eliminar la exención del IBI de la que goza la Iglesia católica, diseñar un plan para luchar contra el fraude fiscal y establecer un impuesto a la banca que permitiría recaudar al menos 1.000 millones de euros.
Los derechos sociales, como el de la libertad de expresión, están amenazados en España, según Podemos, de manera que sería preciso derogar la ley mordaza y eliminar los delitos “medievales de ofensa a los sentimientos religiosos e injurias a la corona” para evitar casos como el de Willy Toledo y los artistas procesados por delitos de odio. La Universidad debe ser potenciada ‒abaratándose las tasas de matriculación y aumentando las becas para que nadie deje de estudiar por motivos económicos‒, además de lanzarse un plan de choque para revertir los recortes en investigación, desarrollo e innovación. Podemos exige además que se ayude a las familias mediante permisos de maternidad y paternidad “igualitarios, intransferibles y completamente remunerados”; incrementar las ayudas a los comedores escolares para combatir la pobreza infantil; y avanzar hacia una red de escuelas gratuitas de 0 a 3 años. Además, insta al Gobierno a rescatar y proteger la cultura garantizando a la industria del cine una cuota de pantalla en las lenguas del Estado y recuperando la programación musical en los medios públicos para relanzar el sector en crisis tras la irrupción de las plataformas digitales. Por supuesto, Sánchez debería acometer una reforma del Código Penal e incluir el principio de “solo sí es sí” en el artículo que tipifica el delito de violación, además de dotar de financiación completa el Pacto de Estado contra la Violencia Machista.
Endurecer el régimen de incompatibilidades de los cargos políticos para eliminar las puertas giratorias, dar oxígeno a los autónomos (bajando las cuotas a aquellos con menos ingresos, reduciendo la burocracia y atacando el fraude de los falsos autónomos) y frenar el abandono del mundo rural serían otras medidas reclamadas por los representantes de Podemos en el Congreso de los Diputados.
Por último, Iglesias le ha dicho a Sánchez que es preciso reformar la ley electoral para que todos los votos valgan lo mismo. Quizá ese punto pueda ser aplazado si ambas partes han llegado ya a un acuerdo sobre el largo listado que Podemos le ha puesto encima de la mesa al presidente del Gobierno. El final de esta película de suspense se sabrá antes de una semana. Y de él depende que vayamos de nuevo a unas elecciones.