Las informaciones que Esteban Cano y todo el departamento de investigación de Diario16 han publicado han estado muy centradas en las auditorías de PriceWaterhouseCoopers del Banco Popular y del Banco de Santander. A pesar de ser informaciones muy técnicas, nuestros lectores y los afectados han vuelto a demostrar su nivel.
Respecto a la auditoría de PwC del Banco Popular, uno de nuestros lectores decía lo siguiente: «En la última reunión del Club Bildelberg, en la que por cierto fue invitado para dar una charla el Rey de las 305.000 familias estafadas (a una media de tres miembros por familia somos unos 900.000 súbditos suyos), se dijo que había que tomar medidas sobre las informaciones publicadas en la red haciendo alusión a la falsedad y el peligro que representan. Claro, son los medios que les denuncian pero que les son imposibles de controlar por no ser de su propiedad». Otro de nuestros lectores afirmaba que con ese documento que hacía público Diario16 se veía que «el Santander se está enriquecimiento a costa de nosotros. Europa aceptó esta chapucería y todo sigue igual. La prueba del delito es el informe que no muestran», en referencia al informe de Deloitte.
Lo anterior era sobre la auditoría de PwC al Banco Popular pero, ¿cómo reaccionaron nuestros lectores y los afectados del Caso Popular ante el análisis de las cuentas del Santander que demuestran que sin la ampliación de capital de 7.000 millones que se hizo, teóricamente, para afrontar la compra del Popular la entidad cántabra hubiera perdido 3.000 millones de euros? «Al final la justicia europea y española tendrian que ser las primeras interesadas en que se haga justicia en su jurisdicción. La justicia americana que les está sacando los colores. Ante la indefensión de las victimas afectadas por el caso Banco Popular exigiendo al Santander, la JUR, el FROB, el BdE, el BCE y Deloitte las pruebas necesarias para que los afectados se puedan defender. Incluso hay bufetes de abogados sospechosos de no querer ir contra el Santander. Estos bufetes, si tienen conflicto de intereses, no deberían coger ningún caso del Banco Popular para no jugar a dos bandas como se está haciendo en este caso. ¿Tenemos que irnos a América para poner nuestras denuncias y que se haga justicia? Esto huele fatal. La justicia española hace el ridículo y actuará porque se ve obligada ante la presión de la justicia extracomunitaria. América nos lleva en transparencia judicial años luz. ¿Dónde fue Madoff? A la trena. ¿Dónde están Saracho, De Guindos y Ana Botín? Campando a sus anchas». A este comentario le sigue otro muy contundente al respecto: «¿Se imaginan qué diría un juez de los Estados Unidos si le dicen que no se pueden presentar la pruebas porque puede perjudicar al acusado? Todo lo que ocurre aquí es de locos. Encubrimiento criminal, entorpecimiento de la justicia. Cachondeo y tomadura de pelo a los afectados es lo que está pasando en esta Europa tercermundista. El juez americano tiene que estar flipando teniendo que obligar a que se puedan presentar las pruebas para poder juzgar».
Respecto a los movimientos judiciales, entre los que se encontraba la petición de un bufete de Barcelona de que se impusiera una fianza al Grupo Santander de 11.300 millones de euros para cubrir la responsabilidad de las acciones judiciales emprendidas por los afectados uno de los lectores se refería al acierto de este despacho: «Gran idea de estos abogados. Esta va a ser una de las pruebas del algodón de la justicia, a ver si hay tantos huevos como con Ron de pedir esa fianza a las corporaciones implicadas».
Han sido nuestros lectores los que nos han mostrado una realidad que está pasando muy desapercibida, la de la bajada de cotización del Santander. Con una operación como la del Popular el precio de su acción debería estar por encima de 8 euros. Sin embargo, «Santander retrocede a mínimos de más de un año y pone en peligro los 5 euros por acción. Los títulos del Santander caen a mínimos de marzo de 2017 en 5,12 euros, abandonado el rango lateral que ha acompañado al valor en los últimos meses, y entrando, según los expertos, en una pequeña tendencia bajista que amenaza con evaporar los 5 euros por título, algo que no ocurría desde finales de febrero de 2017». Terminó la semana en 5,34.