Abinader

«Si no se consigue un nuevo Acuerdo Global sería un riesgo para nuestra propia supervivencia» esta es la última advertencia que ha lanzado Greenpeace a los mandatarios que se reunirán en la COP15 del Convenio de Diversidad Biológica de la ONU (CBD), que se celebrará en Montreal, del 7 al 19 de diciembre.

Hace unos días, el Informe Planeta Vivo de WWF apuntaba la dramática disminución del 69% de las poblaciones de vertebrados en todo el planeta y destacaba el mal estado de la naturaleza y la urgencia de acciones transformadoras de gobiernos, empresas e individuos para revertir la situación y conseguir una naturaleza en positivo para 2030.

A pesar de los esfuerzos en curso, la biodiversidad se está deteriorando en todo el planeta y se prevé que esta degradación empeore si no se toman medidas audaces.

La Conferencia sobre Diversidad Biológica de la ONU (COP15) convocará a gobiernos de todo el mundo para acordar un nuevo marco mundial para la diversidad biológica posterior a 2020.

El marco establece un plan ambicioso para transformar la relación de la sociedad con la biodiversidad y garantizar que, para 2050, se cumpla la visión compartida de vivir en armonía con la naturaleza.

Este nuevo escenario beneficiará a todos e impulsará las iniciativas en curso, que muchos países ha puesto en marcha encaminadas a conservar e incrementar la biodiversidad. Estados que se preocupan por sus ciudadanas y ciudadanos de un modo transversal, porque de la conservación de la biodiversidad depende el futuro inmediato de la nuestra especie.

En esa nómina de naciones entra República Dominicana con su presidente Luis Abinader, un estadista que ha sabido interpretar la realidad del cambio climático y sus consecuencias. Tanto es así que hasta en los pequeños gestos de su gobierno por la biodiversidad trasciende un estilo propio de gobernanza.

Dos proyectos describen bien esa preocupación de Abinader por lo más delicado que atesoramos: la vida, la biodiversidad.

Por un lado, la conservación de flamencos del Caribe del Gobierno dominicano, a través de la campaña “Rescate Rosado”, en alianza con diferentes instituciones, para combatir la tenencia y captura ilegal de dicha especie en los estuarios, reintegrar a la vida silvestre a los que están en cautiverio, educar para la protección de sus hábitats y de sus poblaciones, ubicadas normalmente en lagunas salobres, costeras y salinas de toda la isla.

Para ello, se ha diseñado un proyecto que consiste en reintroducir alrededor de 200 flamencos localizados en cautiverio, con el objetivo de desincentivar su comercio.

La iniciativa, que ha recibido el visto bueno del sector turístico, nació de una propuesta de la sociedad civil, al percatarse de que había flamencos en cautiverio en hoteles del país y persigue, además, dar a conocer cómo proteger esas aves migratorias y explicar su importancia para mantener el equilibrio de los diferentes ecosistemas.

Otra iniciativa para la reintroducción de la Orquídea “Cacatica”(Tolumnia henekekii), una de las especies más raras de la República Dominicana, define la sensibilidad del Gobierno de Luis Abinader por recuperar una especie en peligro crítico de extinción. La reintroducción de esta planta es la primera que se realiza en 10 años y tiene el propósito de conservar y salvaguardar esta especie endémica.

Además, el proceso para lograr la reintroducción de la Cacatica ha sido dirigido por dos mujeres. La bióloga Betsaida Cabrera y la agrónoma Yuraisi Rodríguez, investigadoras del Jardín Botánico Nacional, lo que viene a indicar la apuesta del Gobierno por una mayor presencia de las mujeres en la Ciencia.

Otro gobierno, como tantos, quizás no hubiera reparado en la repercusión que, en materia de biodiversidad, puede tener la defensa de los flamencos rosados o la reintroducción de la Orquídea “Cacatica”, porque para muchos mandatarios, todavía hoy, literalmente son «cuestiones menores», a pesar de los acuerdos internacionales que saben que deberían cumplir, y violan sistematicamente.

Pero hoy, bajo el sol de República Dominicana, la voluntad y la ilusión por construir un país donde el respeto por las especies de flora y fauna esté asegurado son el empuje en la dirección acertada y ¡por qué no! para que Luis Abinader y República Dominicana jueguen un buen papel, por sus esfuerzos, en la inminente Cumbre de la Biodiversidad COP15.

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