¡Cómo estarán las cosas que hasta los que se proclaman como los únicos republicanos de España piden al rey que les arregle lo suyo! Expresado en otros términos, las gentes de Podemos piden a Felipe de Borbón que borbonee en su favor y utilice la Constitución para forzar a Pedro Sánchez a negociar con ellos y meterles en el Gobierno. La última idea de la factoría de Pablo Iglesias es que, acogiéndose al artículo 99 de la CE, el jefe del Estado, como si fuese un capítulo de Juego de Tronos, le diga al presidente del Gobierno en funciones que negocie con los demás partidos o que diga que va a elecciones. La parte del borboneo es que el monarca, como solía hacer su padre, medie con Sánchez para darles ese cargo que rechazaron pero que realmente querían.
Como bien cuenta Luca Costantini en VozPopuli, la estrategia podemita ahora es utilizar al monarca para dejar mal al secretario general del PSOE y doblarle el brazo de alguna forma. Lo paradójico es que sean los “más republicanos” de España, aunque como contamos son falsos republicanos al no saber distinguir legitimidades, los que van de rodillas a solicitar al jefe del Estado la intercesión. Imaginen algo así. “Majestad, soy Pablo Iglesias, le llamo para ver si pudiera convencer a Pedro Sánchez para que pacte con nosotros” (diría majestad porque los reconvertidos son los más pelotas). “A ver señor Iglesias, le puedo hacer el favor e intentarlo con el señor Sánchez, pero a cambio nada de hablar de República o mi nuevo coche de medio millón de euros” diría Borbón. “Claro que sí, lo que usted quiera majestad. Sólo haremos un poco de teatro en redes para hacer que presionamos y así no perder más votos. Que la cosa está muy mala. Sólo el artículo de Javier Pérez Royo que tampoco le hace a usted daño sino que le refuerza” aceptaría Iglesias.
Los podemólogos ya están preparando el terreno. El catedrático de derecho Constitucional pidiendo un poco más de acción por parte del monarca al hilo del artículo 99 y el podemólogo mayor del reino (ya que ahora son monárquicos) Juan Carlos Monedero diciendo que el rey debe dejar de borbonear y obligar a Sánchez a que se decida. Que ya lleva mucho tiempo “sanchezeando” y no quiere sentarse con aquellos que rechazaron lo mismo que hoy exigen. Que lo de julio debió ser una broma, aunque para el PSOE fuese de mal gusto y esto no lo han comprendido. En breve, como decía Costantini, las redes moradas lanzarán la campaña de presión sobre el monarca y los distintos portavoces “acreditados” de Podemos hablarán y no pararán durante la semana con el monotema. Quienes antes se vestían con la bandera republicana y comunista, tipo Enrique Santiago, ahora hablarán hasta aburrir de la necesidad de la intervención monárquica.
¿Hablará Alberto Garzón? Pues igual no le dejan ya que es de los pocos que tienen un sentido republicanista y republicano de toda esa mezcolanza de partidos, individualidades y movimientos que es lo poco que queda de Podemos. De momento Iglesias le ha hecho la cama colocando a su amiga del alma Yolanda Díaz (quien es de Podemos. IU o Galicia en Común, según le convenga a ella y a su amigo) y a Santiago (secretario general del PCE) como negociadores de Unidas Podemos. No vaya a ser que la mente racional de Garzón quiera un acuerdo programático y no los cargos para colocar a los fieles. Díaz y Santiago, que son más podemitas que las gentes de Podemos (como dicen desde la propia IU), no tienen problemas en participar de esta estrategia. El caso es intentar vender que Sánchez es malo porque, sin percatarse de lo paradójico de su pensamiento, no quiere darles lo que les ofreció y ellos rechazaron. Es que no tiene sentido del humor deben pensar, o que los españoles son estúpidos.
Por su parte, Borbón puede utilizar este apoyo inesperado para venderse como “nuevo rey de los republicanos”, algo que aceptarían en Podemos con tal de trincar poder o poder ganar el relato ante su clara descomposición. O puede decir que es un problema que tienen los partidos políticos y que bastante ha hecho con afirmar que si no hay apoyos a él que no vayan a molestarle y resuelvan sus problemas de la mejor manera posible. Aunque podría llamar a Sánchez y propiciar una conversación así: “Buenas Pedro. Mira que me ha llamado el chaval ese de barbas”, “¿Quién Casado?”, “No hombre, ese que está en un partido que son cuatro”, “¿Abascal?”, “No hombre, que ese es colega de mis sobrinos y le conozco bien, especialmente a Espinosa de los Monteros. Te hablo del chaval ese que está siempre teniendo hijos y que me regala DVDs”, “¡Ahhh! Iglesias”, “¡Ese!”, “¿Y?”, “Que me ha dicho que te diga que a ver si pactas con él, que si le das algo y le das cariño. La verdad que me ha entrado la risa y no veas cuando se lo cuente a mi padre, que igual se le van los by-pass. Y me lo pide sin darme comisión. ¡Qué tío!”.
No dejan de ser unas conversaciones imposibles pero que sí nos sirven para reflejar lo irrisorio en que se ha convertido la política española. Después de rechazar unos cargos, piden los mismos insultando además a las personas con las que quieren compartir gobierno. Y lo más loco es que quieran utilizar al jefe del Estado para presionar y dejar en evidencia al presidente en funciones del Gobierno de España. No sabemos si todas esas series que ven les han dañado la sesera, o si están fuera de la realidad de los propios hechos, o si desconocen la palabra contexto, o si se creen que gobernar el país es como ser guionista de una serie de televisión, o es la simple soberbia y el culto al líder, sea como fuere, todo se nos aparece como esperpéntico. Los estertores del 15-M son tan trágicos que comienzan a dar pena. Y lo peor es que se están llevando por delante la posibilidad de algo a la izquierda del PSOE racional o meramente normal (no, Errejón está a la derecha del PSOE).