El lenguaje coloquial podría decirse que en Vox han demostrado ser unos “mierdas”, unos “cagaos”, que se han bajado los pantalones a las primeras de cambio sin haber hecho más que lo que hacen los borrachos cuando se pelean, amagar y no dar. Más que neofascistas, hoy tras rajarse políticamente, son los bufones de la derecha. Los extravagantes que sirve para hacer parecer, en este teatro espectacular, a Pablo Casado y sus chicos y chicas de la reacción más moderados. De esta forma la clase dominante puede llegar a lograr su verdadero propósito, el saqueo de España con la bandera patriótica por delante. Es verdad que habían “acojonado” al personal, pero no eran más que humo de artificio lanzado desde el establishment para conseguir entrar a llevárselo crudo de Andalucía.
Podrá Santiago Abascal decir que lleva pistola, pero como los pistoleros bravucones acaba con un tiro en el pie o en la frente, como el que le acaba de propinar el Partido Popular chuleándoles. Porque sabían que en Vox, por muy neofascistas que pareciesen, al final tienen a los mismos amos y pasarían por el aro. La oportunidad de saqueo de lo público, que ya estaba concertado con otros valientes de boquilla como Ciudadanos, tal y como contamos en estas mismas páginas, no la iban a perder los grandes empresarios españoles por un niñato que sólo ha vivido de lo público, que no ha pegado un barrigazo de esfuerzo en su vida. Llamada de atención clara desde los medios de la Caverna (ayer fueron contundentes con las tropelías de Vox), agachada de cabeza, bajada de pantalones y a firmar lo que el PP les pusiese delante. Han tenido el detalle de darle ese aroma casposo de toro encima del televisor y sueca acosada por el landismo patrio, pero no es más que lo ya acordado con Ciudadanos. Ni más, ni menos. Y para que Opus Dei, Camino Neocatecumenal y los distintos arzobispados andaluces (debe estar salivando el de Málaga) tengan donde rascar subvenciones y desde donde encontrar apoyo institucional, deciden crear una Consejería de Familia. Algo que, para ser sinceros, beneficia a ambos partidos pues el lobby vaticanista es muy potente dentro del PP.
El resto son medidas que ya habían adelantado el PP y su socio naranja, Ciudadanos, en sus programas electorales. Sorprende, eso sí, que digan claramente que van a bajar el salario a los médicos del SAS al quitar el complemento de exclusividad. Sí, les permiten compatibilizar lo público con lo privado, siempre a costa de lo público claro, pero les quitan un buen pellizco en el salario mensual. Deben pensar que como ahora Andalucía la van a llenar de clínicas privadas donde derivar a pacientes y con costes superiores, pues van a pillar todos. Nada nuevo que quieran destruir lo público alimentando con el dinero de todos lo privado, donde han gobernado lo han hecho, lo hacen y lo harán. Si hay médicos que han votado PP, Ciudadanos y Vox, que lo disfruten. Pero fuera de esto, que ya era una medida de Juan Manuel Moreno Bonilla, el acuerdo es el programa del PP casi al completo. El de verdad y el oculto. Ese programa del hacer diario que, para los que están acostumbrados a verles en su propio entorno, saben que ejecutan día a día. Sólo con comprobar que en Roquetas de Mar (PP-Cs) se paga a los toreros casi tanto como en La Ventas, no hay más que escribir.
Lo que no queda muy claro es si van a permitir la adopción a las parejas LGTBi como sí permite la legislación estatal. Ese esfuerzo que dicen van a hacer para fomentar la adopción, una medida sin duda loable y que apoyaría cualquier partido, ¿tendrá exclusiones? ¿Veremos ahí el carácter retrógrado del PP, Cs y Vox? ¿Será ahí donde se venguen de los homosexuales a los que niegan que su condición sea natural y piensan que son enfermos? ¿Será ahí donde las hordas vaticanistas acosen a los homosexuales? Porque la paradoja es que, siendo negacionistas del carácter natural de la homosexualidad (no les basta con cientos de estudios realizados), van a dar la posibilidad de que todas esas parejas de homosexuales (o individualmente considerados) que están a la espera de una adopción la obtengan antes. Va a ser paradójico que quienes niegan la condición de persona acaban entregando a esa persona el cuidado de un posible patriota. Claro que bien visto, ya que han tragado con todo lo que ellos decían que era intocable, con esto también lo pueden hacer y decir que apoyan lo diverso.
El resto de misoginias, racismos, chulerías, etcétera han desaparecido como por arte de magia. O más bien arte de la clase dominante que les ha dicho que a tragar. Después de la pantomima sólo cabe decir que Vox es un bluf como neofascismo, como populismo de derechas o como extrema derecha. Es más, es un bluf hasta como partido político diferente al PP o a Ciudadanos. Con este acuerdo demuestran su verdadera esencia, que ya había desvelado aquí, ser los chulitos asustaviejas del establishment. El millón de votos que habían conseguido quitarle al PP en diciembre, lo perdieron ayer mismo. Como mucho quedarán para ser el “Pepito Grillo” de la derecha. Una vez voten a Moreno Bonilla, la clase dominante les pondrá a dormir, en latencia por si hiciesen falta, pero se acabó el darles cuartelillo día tras día en los medios que controlan (casi todos), no vaya a ser que el trifachito no sume en otras autonomías. El País intenta hacer daño al PP haciendo ver que “El PP asume parte del ideario de Vox para asegurarse el Gobierno de Andalucía”, pero la realidad es que ese ideario estaba ya en el programa y en los principios del PP. Nunca quisieron la Ley de Memoria Democrática andaluza, así que desvitalizarla es lo más normal para ellos. Intenta el rotativo del Banco de Santander y Caixabank que no se caiga el mito de Vox porque les viene bien que no se disuelva como un terrón de azúcar.
Albert Rivera y su amanuense andaluz Juan Marín respiran tranquilos porque pueden seguir vendiendo que ellos no han negociado con los populistas de derechas. Pueden esconder que gobiernan gracias a ellos. Perdón, esconder, esconder no, espectacularizar que gobiernan con ellos ya que el programa firmado entre PP-Vox tiene propuestas ya negociadas entre Cs-PP. Al final, las propuestas que el Ibex-35 les puso sobre la mesa para asaltar Andalucía. De todas formas, será el parlamento andaluz el que les recuerde que gobiernan con los neofascistas, un poco decaídos pero neofascistas, cuando se produzcan las miles de votaciones semanales. Rivera ya tiene otro acuerdo con neofascistas que sumar a su lista, pero no le importa (se llamen Libertas o Vox), ya hará gala del cuñadismo ideológico para convertirlos en ciudadanos enfadados. Si son capaces de robar los logros de la acción de Gobierno al PP de Madrid, en Andalucía todo lo malo será de los populistas y el PP, y todo lo bueno de ellos. Pero lo cierto es que sus votantes moderados ya saben que se juntan con neofascistas. Rajados pero neofascistas.
En resumen, a Abascal y Javier Ortega Smith les han durado las bravuconerías dos minutos. En cuanto han llegado los chicos malos de verdad (establishment vía medios de comunicación cavernarios) se han rajado y puesto a sus órdenes. Veremos hacia dónde quieren salir después de rajarse, de ser unos cobardes, de renunciar a lo que ellos decían irrenunciable, porque los neofascistas son peligrosos hasta dormidos. Si de verdad son neofascistas como venden desviarán el tiro hacia lo estatal u otro tema donde puedan inocular miedo y odio. Porque quedarse sólo con los toros y el flamenco (son tan incultos en PP y Vox estatales que no saben que el PSOE creó el Museo del Flamenco) no es rentable. Tendrán que buscar otra cosa que odiar porque hasta el momento sólo hay cierto tufillo a perdedores, a cobardes, a chulitos de espejo. Sólo están para acabar con los derechos de la clase trabajadora y para eso tres son multitud. Además, Casado ya casi les ha superado en ignorancia, radicalidad y creacionismo. Difícil elección ser neofascista y no tener nada más que el odio dentro, ningún objeto que odiar en sí.