Podrían haber dicho que la manada en realidad son los jueces. Esos mismos seres togados que son capaces de ver la máxima violencia en la declaración de independencia de Puigdemont y sus independentistas, y cuando a una mujer la violan entre cinco establecen que al no haberse “resistido” sólo es abuso sexual. Son esos mismos seres que condenan a alguien por cagarse en dios, un ente inexistente y que no ha presentado denuncia, y que sólo dan una palmada en las posaderas a cinco animales por vejar, amedrentar y violar a una chica de la manera más salvaje posible. Los mismos seres togados que en una manifestación de izquierdas ven indicios de delito y legitiman el bukake forzoso. Frente a esta ignominia de la llamada Justicia han reaccionado los partidos de izquierdas sin un ápice de duda o contundencia ante lo que se entiende como una sentencia asquerosamente injusta.
Izquierda Unida, la formación más contundente.
Los más duros, esta vez, han sido los miembros de Izquierda Unida que, en nota de prensa, han rechazado “totalmente” la sentencia. Consideran que las penas impuestas suponen “un gravísimo precedente que expone aún más a las mujeres” y que evidencian que “aún queda mucho por hacer en la defensa de los derechos fundamentales de las mujeres, en la protección de su integridad y en la batalla contra la violencia que padecemos”.
“No compartimos en absoluto los argumentos que pretenden justificar legalmente que en esta acción no ha existido violencia ni intimidación hacia la víctima, así como que se absuelva a los cinco hombres de un delito de agresión sexual”, han indicado. Además, han hecho notar que uno de los magistrados de la Sección Segunda de la Audiencia de Navarra haya emitido incluso un voto particular para defender la absolución también del delito de abuso sexual. Lo que les parece mucho más lamentable.
Izquierda Unida denuncia la “doble moral que vergonzosamente sigue plasmada en el Código Penal al considerar que pueden existir acometidas sexuales de hombres contra mujeres que, sin mediar consentimiento, no suponen la existencia de violencia e intimidación. Nosotras tenemos muy claro que si no hay consentimiento hay violencia”. Del mismo modo, denuncian “la orientación patriarcal con la que miembros de la Judicatura de este país siguen enjuiciando los delitos contra las mujeres. No se puede aplicar una doble victimización, ni que se exija un plus de sufrimiento. A las mujeres no se les puede exigir que mueran para demostrar así que sí se resisten ante una agresión sexual”.
Podemos.
En la formación morada han sido las integrantes del movimiento feminista quienes han lanzado la acusación contra la sentencia, la cual se considera “insuficiente”. De igual forma denuncian que el proceso judicial “a La Manada ha estado marcado por un constante cuestionamiento hacia la víctima. El hecho de que existiera abuso sexual deja patente el componente de violencia e intimidación, dejando claro que la agredida sufrió una violación múltiple premeditada. Desde el movimiento feminista condenamos la justicia patriarcal y salimos a las calles para denunciarlo”.
Pablo Iglesias ha lamentado lo sucedido en la Audiencia Provincial de Navarra, algo que le ha hecho recordar “la infame sentencia de la minifalda y otros episodios que pensábamos pertenecían a otra época”. También ha denunciado que “parece que se estuviera diciendo a las víctimas que si no te enfrentas a 5 matones que te doblan en tamaño, arriesgando la vida, no te están violando. Vergüenza y asco”. Pablo Echenique, por su parte, no ha tenido pelos en la lengua: “Cinco neandertales han rodeado en un portal y la han forzado sexualmente. Los jueces dicen que eso NO ES VIOLACIÓN. Hoy siento rabia y asco”.
La jueza Victoria Rosell también ha sentido náuseas al leer la sentencia y ha expresado que “abuso sexual es SIN VIOLENCIA, NI INTIMIDACIÓN, ni consentimiento. Pero tenemos muertas recientes por resistirse a ser violadas. Por no ceder al miedo para sobrevivir. Si te resistes te matan”. Irene Montero ha indicado que “es evidente que hay intimidación. Que actuaban en manada. Que hay agresión. Esta sentencia debería ser de violación. Mientras justicia no nos proteja nos cuidaremos entre nosotras. No estamos solas”. Para la diputada Ángela Rodríguez, esta sentencia «bebe de una tradición penalista que sigue adoleciendo de machismo. Es aquella en la que hasta hace no tanto, los delitos sexuales contra las mujeres eran delitos contra la honestidad; es decir que la libertad sexual de las mujeres es un bien jurídico protegido desde hace poco en nuestra democracia. Es normal por tanto que aún haya cosas que corregir, nuestra sociedad sigue siendo machista y así se refleja tanto en las prácticas cotidianas de la gente, como en los delitos».
Además, a estas manifestaciones, la formación morada ha solicitado la convocatoria urgente de la Comisión de Seguimiento del Pacto contra las violencias machistas. Rodríguez ha pedido que «los poderes del Estado deben escuchar lo que el movimiento feminista dice en las calles, proteger y empoderar a las mujeres y hacer todos los esfuerzos por ir eliminando todos los resquicios machistas que queden». El objetivo de esta petición es analizar la implementación de las medidas y compromisos adquiridos tras la aprobación del Pacto de Estado en materia de Violencia de Género
PSOE.
La formación socialdemócrata ha enviado una nota de prensa donde se nos dirige a los diferentes tuits que han publicado sus dirigentes. Allí podemos ver que el secretario general, Pedro Sánchez, expresa su consternación: “Ella dijo NO. Te creímos y te seguimos creyendo. Si lo que hizo la Manada no fue violencia en grupo contra una mujer indefensa, ¿qué entendemos entonces por violación?”. Por su parte Adriana Lastra lamentaba que “no es justicia. Justicia era lo que pedía el ministerio Fiscal”. El PSOE como organización sí aprovecha para meter la “cuña de publicidad” sobre la reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial para que haya una formación especial en violencia machista, como si sólo con pasar un cursillo ya los jueces abandonasen su sentido patriarcal.
Francina Armengol, presidenta de Baleares, mostraba su repulsa: “Mi apoyo total y absoluto a la víctima ante una decisión difícil de asumir. Es intolerable que situaciones como esta sean posibles. Es más necesario que nunca trabajar juntos para garantizar los derechos de las mujeres”. Idoia Mendia también se mostraba indignada: “Nos matan, nos violan y si no te enfrentas a tus agresores, les eximen porque no necesitaron usar la fuerza. Indignada”. Susana Díaz, por su parte, desde el respeto a las sentencias ha manifestado que “la sentencia del caso de la Manada ni la comprendo, ni la comparto. Tenemos que tener tolerancia cero con toda violencia sexual y hacerlo desde todos los ámbitos de la sociedad”.
María Solana, consejera de Educación del gobierno de Navarra, ha expresado que el mismo recurrirá la sentencia al no compartir la calificación del delito, “seguiremos denunciando que fue agresión sexual con intimidación y violencia”. En la derecha, Albert Rivera algo tenía que decir “como cargo público siempre respetaré y acataré las sentencias judiciales, aunque no me gusten. Pero reconozco como ciudadano y como padre me cuesta asumir la sentencia de la Manada”. Tal vez presionado por las críticas al no haberse pronunciado antes desde otras formaciones parlamentarias. Una vez dio el pistoletazo de salida, le han seguido Inés Arrimadas quien ha expresado que respeta las decisiones judiciales “pero confieso que hay días en los que es más duro. Como mujer toda mi solidaridad con la víctima, con sus personas más allegadas y con todas las mujeres que han sufrido alguna vez semejante horror”.