Si ayer mismo contábamos que en Podemos se ha pedido de manera sutil y en forma de goteo que se haga caso omiso a Más País, en el PSOE sucede lo mismo con la adenda de la formación morada. Ya se comenta en las redes del PSOE que cuanto menos publicidad se haga de Más País y Podemos mucho mejor. Si en el caso de la formación de Pablo Iglesias tiene la significación de haber partido ambas formaciones del mismo “núcleo irradiador”, en el caso del PSOE viene determinado por los sudores fríos que están comenzando a tener las personas del grupo electoral del partido ante los trackings que vienen manejando en la últimas horas.
Durante el Comité Federal de ayer, si prestan atención a las palabras de Pedro Sánchez, en ningún momento pronunció los nombres de las otras candidaturas que pugnan en el espectro de la izquierda, tan sólo se refirió a Podemos con un lacónico “no hay tiempo para lamentos por una victoria que otros malograron”. Todo el discurso pergeñado por Iván Redondo se situaba en un intento de proyección: “sólo los socialistas nos focalizamos en lo que importa, avanzar en paso firme y ofrecer una salida al bloqueo” o “España necesita un gobierno progresista y estable para garantizar el Estado del bienestar y la cohesión territorial”. Todo aquello de mirar a la izquierda ha quedado en el baúl de los recuerdos para centrarse en lo “progresista” sin más. Una búsqueda del centro político para poder lograr una mayoría de cara a la futura crisis que asoma en lontananza y porque el giro a la extrema derecha de Ciudadanos permite al PSOE volver al punto en el que peleó en 2015.
La estrategia del PSOE de virar al centro es inmanente al propio candidato. Se encuentra más a gusto en esa zona de confort por su propia formación y posición de clase. Se vio claramente en su primera etapa como secretario general. Una socialdemocracia más centrada en elementos de Justicia social que en transformación sistémica y un PSOE como eje vertebrador de la estructura política española. Una estrategia que ya había tenido la mayoría de sus antecesores, especialmente Felipe González. Todo ello trufado de las nuevas demandas identitarias salvo lo nacionalista (aunque cabe recordar aquella imagen con una enorme bandera de España detrás de él). Al no funcionar esa estrategia, en la vuelta a la secretaría general decidió virar hacia la izquierda tanto por presión de los militantes como por la oportunidad de distanciarse de Susana Díaz. Esto no empece para que siempre haya considerado al PSOE como eje vertebrador de la estructura del sistema como ha demostrado en sus intervenciones y en su acción de Gobierno.
ahora no se puede dar publicidad negativa ni de Más País ni de Podemos porque perjudica a la hora de captar el voto
Con la llegada de Más País en el PSOE aplaudieron con la orejas. Engañados por los resultados madrileños que se dieron bajo una coyuntura especial y un espacio regional distinto, no dudaron en apoyar la iniciativa del errejonismo como fórmula para acabar con Podemos, especialmente con su dirigente máximo Pablo Iglesias, persona a la que señalan como la gran causante de la no-investidura de julio por su empeño en pedir cargos que, entienden en el PSOE, no podían ceder para un gobierno de coalición. Y como tampoco quiso lo que se ofrecía, y eso que desde el PSOE se garantizaba la vicepresidencia a Irene Montero (como punto crucial para negociar), prefieren verle abatido y en lo mínimo posible para no tener que negociar con él más nada, salvo alguna cuestión programática. Por eso tanto mensaje en las redes aplaudiendo que Compromís, Equo y demás grupúsculos se unan al proyecto errejonista. Por eso los medios afines al PSOE alabando la “izquierda amable” que supone Íñigo Errejón según su parecer. Por eso una campaña de apoyo desde las filas del PSOE para dejar a Podemos con los siete de Francisco Frutos. Errejón ocuparía el lugar de Podemos en el espectro de la izquierda sin dañar prácticamente al PSOE ideaban en la factoría de Redondo con una subida en escaños hasta los 154 que vaticinaba José Félix Tezanos. Pero…
La palidez de algunos de los asesores al ver los últimos trackings (encuestas para determinar el progreso del voto), según nos cuentan fuentes de la sede presidencial, fue mucho mayor que la aludida como belleza en el clásico de Procol Harum “A Whiter Sade of Pale”. Una palidez tirando a verdosa por el mordisco que comenzaba dar el errejonismo al voto del PSOE para las siguientes elecciones. El CIS quedaba en papel mojado frente a esos datos que hablaban de bajada, no muy fuerte en estos momentos, del PSOE y casi mantenimiento de Podemos. En Madrid los datos son distintos por la composición ideológica de la región y porque la batalla autonómica se presentó más entre dos partidos (Podemos-Más Madrid) que en términos de espectro de la izquierda. Y ya en aquel momento Errejón había quitado más de cien mil votos al PSOE pero quedaba amortiguado por lo que perdía Podemos en favor del PSOE y lo que captaban de Ciudadanos. Esto no lo supieron ver las mentes privilegiadas que tiene como asesores Sánchez y ahora, con una coyuntura distinta, donde el electorado culpa a ambos partidos de la izquierda de fracasar, con distintas gradaciones según la clase social, la irrupción de Más País torna de izquierda amable a izquierda peligrosa. De ahí que el propio secretario general socialdemócrata haya calificado al PSOE como “izquierda cabal”. No han sabido ver que el errejonismo quiere situarse como el partido clave, aunque lo podrían haber leído aquí.
Los trackings son tan evidentes que la estrategia se ha debido modificar deprisa y corriendo
Ciudadanos pierde cada día votos en favor del PP pero la transferencia hacia el PSOE, que es lo que piensan los inteligentes de Moncloa que pude pasar, está muy contenida y compitiendo con los de Errejón. Los trackings son tan evidentes (ayer mismo Electomanía ya daba 100 escaños al PP y bajada del PSOE) que la estrategia se ha debido modificar deprisa y corriendo para que el errejonismo no acabe con las posibilidades de victoria holgada del propio PSOE. Desde estas página ya se advirtió del peligro potencial del errejonismo y la configuración de un marco donde las únicas soluciones serían una Gran Coalición (lo que desean fervientemente desde la clase dominante) o un gobierno de Frente Amplio. Esto para la formación de Gobierno sino se va a nuevas elecciones, algo que ni la sociedad ni los poderes establecidos permitirían. Este cambio en la estrategia del PSOE se ve en ciertos grupos de las redes sociales del PSOE donde han comenzado a pedir que se evite hablar de Más País y de Podemos. Tan sólo dedicarse a hacer publicidad positiva del PSOE.
La utilización de publicidad negativa puede funcionar en según qué contextos electorales y dependiendo de las condiciones de partida de cada formación política. Le resultó muy útil al Podemos de 2015 y al PSOE de 2019 (abril) cada uno con sus antagonistas, pero entiende el equipo de Iván Redondo que ahora no se puede dar publicidad negativa ni de Más País ni de Podemos porque les perjudica a la hora de captar el voto. Ya han avisado en algún que otro grupo y pronto lo harán en casi todos. Más País ha pasado para el PSOE de ser el partido majete que recoge el voto que se puede ir a la abstención y quitarle a Iglesias, al partido que a poco que se descuiden pueden dañar al PSOE en las zonas urbanas, justo aquellas donde hábilmente se presentarán los errejonistas. Al no analizar los datos con un perspectiva de clase, sino como elementos empíricos puros y claro (el idealismo empirista), no han visto que el errejonismo, igual que pasa con Podemos, les quita mucho voto de las clases medias, especialmente urbanas y con formación universitaria.
Tenemos, entonces, a PSOE y Podemos, cada uno por sus especificidades pidiendo a sus bases que no hay que dar publicidad a Más País no vaya a ser que se paguen las consecuencias. En el PSOE, además, tienen la historia de Andalucía muy reciente donde Susana Díaz se lanzó a clamar contra el peligro de la extrema derecha y acabó activando un voto durmiente que provocó su salida de San Telmo después de cuarenta años de hegemonía del PSOE. Por tanto, ningún tipo de publicidad para Errejón y sólo a difundir los mensajes del partido, aunque cada persona pueda entrar en algunas peleas dialécticas de modo puntual. Tras ver que Más País les roban un buen caudal de voto y que Podemos no se hunde (las manifestaciones de la pérdida de sueño de Sánchez tampoco han ayudado) hay que evitar darles cualquier tipo de publicidad. Ahora queda por saber si la estrategia de posicionarse en el centro de la contienda para ser el eje vertebrador de la estructura sistémica, para vertebrar España, se va a mantener, pues están dejando descubierto el flanco izquierdo, o se jugará al todo o nada bajo los designios del iluminado Redondo, de quien piden el cese algunas de las personas de la Ejecutiva por sus continuos errores. Tras lo escuchado en el Comité federal apuestan por la moderación… de momento.