Desafortunadamente, la República Dominicana está ubicada geográficamente en un punto estratégico para la distribución del narcotráfico, debido a que el país se encuentra situado en el Caribe y sirve como puente para el traslado de sustancias ilícitas desde América del Sur hacia América del norte y Europa.
Detener completamente esta práctica es casi imposible, ya que es difícil que exista una formula 100% eficiente. Se considera que existe desde hace cientos de años, precisamente desde 1839 cuando ocurrió los que algunos consideran el primer desacuerdo internacional asociado con el narcotráfico, “La Primera Guerra del Opio”.
No obstante, cuando existe un interés firme de erradicar esta lacra y se aplican las estrategias necesarias a través de los diferentes organismos que se crean para combatirla, la realidad suele cambiar. Tal es el caso de la República Dominicana, país en donde desde el 2020 hasta la actualidad se puede evidenciar un cambio positivo en la lucha contra el narcotráfico.
Solo en el año 2022 las autoridades del país caribeño alcanzaron a incautar más de 31,1 toneladas de diferentes narcóticos (31.113 kilogramos). “Estas cifras marcan un antes y un después en el combate y persecución a la criminalidad organizada e imponen un nuevo récord en el número de incautaciones de drogas durante el 2022”, manifestó la Dirección de Control de Drogas (DNCD).
El narcotráfico es el enemigo gigante al que tienen que hacer frente las autoridades de cada país que tiene principios ideales humanistas, morales y entre otras cosas, el respeto a los derechos humanos de cada sociedad que necesita vivir en armonía y seguridad.
En su lucha constante contra esta lacra, las autoridades dominicanas y el presidente Luis Abinader, con su ambición por suprimir esta actividad, lo que forma parte de un nuevo estilo de gobernar, van por el camino que al final vislumbra mejoría en el porvenir de la sociedad quisqueyana. Son 27.732 kilogramos de cocaína, 1,21 de opio, 22,75 de crack, 8,8 de hachís, 11,09 de éxtasis, 3.349 de marihuana, entre otras sustancias ilícitas que no están ni en las calles de la República Dominicana ni en otros países.
Cada cargamento de narcóticos que se atrapa en aeropuertos, fronteras y costas no sólo beneficia al país caribeño en la tarea de exterminar esta mala práctica, son resultados que al igual benefician a los países internacionales donde no logran penetrar, razón por la cual la lucha no solo genera bienestar en la sociedad local, sino a nivel global.
A pesar de tener un escenario mundial complicado con respecto al tema, el Jefe de Estado dominicano tiene seguro que su colaboración y su empeño darán efectos positivos no solo para el presente, sino para un futuro sin que reine esta podredumbre. Solo basta que se trabaje entre todos.