El presidente de la República Dominicana, Luis Abinader, desde que juró su cargo, expuso una lista de acciones que durante su legislatura realizaría. Sus propuestas eran ambiciosas, a tal punto que para muchos eran imposibles de realizar, sobre todo por la crisis sanitaria que se desarrollaba fuertemente en ese momento.
Hoy, cuando lleva aproximadamente dos años y medio de gobierno, si se hace balance de lo que fueron promesas, la mayoría se han convertido en hechos, todo esto gracias a que el Jefe de Estado dominicano no ha cambiado su curso de gobernar.
Cuando Abinader inició aplicando medidas para detener la propagación del Covid19, fueron muchos los que se mostraron en contra, con el alegato de que, si se limitaban las actividades sociales y económicas, la estabilidad del país se iría a la borda, cosa que no pasó.
Por el contrario, cuando el gobierno puso en marcha el plan de vacunación e inoculó un porcentaje alto de la población dominicana y debido al resultado que esto provocó, el gobierno tomó la medida de reabrir la economía, otros criticaban que con esta decisión se ponía en juego la salud del pueblo dominicano. Al pasar el tiempo, se probó que las elecciones del presidente Abinader, junto a su equipo, fueron las necesarias.
No obstante, todo el panorama de incertidumbre que se había vivido, pero peor aún, del cual seguían las secuelas en el Estado, inició la guerra entre Rusia y Ucrania y por consiguiente efectos que nuevamente afectaba la economía del país caribeño, al igual que el resto del mundo.
Un escenario más complicado
Las consecuencias que sufrió República Dominicana, al igual que el resto del espectro internacional, se sustentaron en la subida del precio de los alimentos, de los combustibles, de la energía eléctrica, en general, se produjo desafortunadamente por esta situación de la que muchos países solo forman parte a la hora de ser afectados económicamente.
En el caso de la República Dominicana, independientemente de esto, sucede un fenómeno “positivo” en medio de la situación. Los riesgos están y por ende limitan el desarrollo de este país, pero no obstante a eso, cuando se hace un recorrido económico en esta nación, se puede comprobar que la manera en que el presidente Luis Abinader ha enfrentado todo está evitando que las consecuencias de la guerra en Europa destrocen el sistema financiero del territorio y más aún, ha conseguido que en medio de este panorama se obtengan resultados positivos en diferentes sectores.
Una de las áreas que fue prioridad para la actual gestión del gobierno del país quisqueyano y que obtuvo atención especial, fue el sector humano. Como método de que no reciba fuertemente las secuelas del conflicto bélico ya referido, la administración destinó en el transcurso del 2022 1.534,3 millones de dólares para detener la inflación, mitigar la subida de los productos básicos.
A parte de esta medida que propagó éxito, hay que sumarle a las notas del gobierno dominicano, el valor administrativo que han puesto para combatir la evasión, acción que ha provocado, en conjunto con la recuperación económica, que las recaudaciones hayan crecido un 13.6% en el año 2022, respeto del 2021 y un 9.7% en relación con lo proyectado en el presupuesto inicial, sobrepasando notablemente las metas propuestas, según dio a conocer el Ministro de Hacienda, Jochi Vicente.
El uso económico que ha efectuado el gobierno dominicano ha sido la llave de la que brota positividad para el pueblo dominicano, una muestra de esto es que la agencia de riesgo Standard & Poor’s (S&P Global) haya mejorado la calificación crediticia del país, incrementándola de “BB-” a “BB”.
El nuevo estilo de gobernar que ha marcado el mandatario dominicano, está dando sus frutos y eso no solo lo avalan los datos arrogados a nivel nacional (que en ocasiones pueden cuestionar algunos), sino también por los organismos internacionales, que sin lugar a duda posicionan a la República Dominicana en el lugar que se ha ganado a través del trabajo de su presidente y su gabinete.