Existen filólogos y comunicólogos de toda especie que dedican su tiempo y esfuerzos al análisis de los discursos tanto individuales como colectivos. Un esfuerzo encomiable pero que deja de lado, en cierto sentido, el método comparativo, uno de los pilares de las ciencias sociales actuales. Si se analizan los discursos en España, por extraño que parezca, existen numerosas similitudes entre los discursos de distintos grupos sociales. Los más evidentes son los de sindicatos y ciertos partidos pero a nadie se le ha ocurrido hacer la comparación entre grupos sociales, que pueden estar lejos o intentan que estén lejos, y grupos políticos. Es lo que sucede entre los políticos del PP y el madridismo.
El PP como clase política, como parte de esa fracción de la clase dominante, tiene una peculiar forma de expresarse discursivamente, una forma que es sumamente similar a la del madridismo —el cual hay que entender incluyendo la institución en sí, su capa directiva, sus deportistas y sus aficionados—, dándose la paradoja de compartir canales de distribución del mensaje. ¿Existe alguna conexión entre esa clase política y el madridismo? En principio no, porque la conexión dentro del manejo del poder que existe entre jefaturas es contingente, si estuviesen otros dirigentes podría no ser el mismo discurso, aunque sigan existiendo las conexiones de poder. Además, hay madridistas en el PSOE y otros partidos y no tienen esa querencia a compartir discurso, sí a plegarse al poderoso. Véanse algunos elementos discursivos que comparten.
1.- Los demás son los culpables. En el caso del PP siempre aparece ese discurso de echar la culpa a los demás por errores propios o negligencias. Esperanza Aguirre echaba la culpa a Joaquín Leguina cuando habían pasado años y un gobierno pepero de Alberto Ruiz Gallardón. En estos tiempos Carlos Mazón culpa a los demás, a quien sea, del desastre de la Dana, mientras estaba intentando arrimar cebolleta a una presentadora de televisión. O Juan Manuel Moreno Bonilla que acusa al PSOE, después de seis años de gobierno, de sus propias catástrofes políticas. O por no hablar de acusar al gobierno de cuestiones que tienen que ver con sus competencias.
En el madridismo sucede lo mismo. No hay periodista, trol de redes sociales o directivo que no hable del negreirato cuando pierden o empatan. Hace más de una década que el FC Barcelona dejó de pagar a Enríquez Negreira por, supuestamente, cierta compensación y evitar el treinta y seis. Pues nada ahí siguen insistiendo en que la culpa es de un señor que ya no sabe casi ni dónde está. Por no hablar de las culpas de Javier Tebas en cualquier situación que se les ocurra, como los horarios, pese a que Emilio Butragueño haya pedido cambios para tener más tiempo sus jugadores de recuperarse de las fechas FIFA y les deje sin suficiente descanso entre partidos.
2.- Existe una conspiración contra ellos. Es un discurso muy evidente en el madridismo. La UEFA le persigue, pero les pone a Marciniak, conocido madridista, y a unos tipos en el VAR que deciden lo que nadie ha visto en segundos, más todas las nuevas interpretaciones reglamentarias que jamás vuelven a utilizarse —¿alguien recuerda la zona Dogso?—. O La Liga con el “vil” Tebas, reconocido madridista, que hace todo lo posible por perjudicarles y quitarles dinero —porque en realidad de los mil millones de televisión entienden que se deben quedar con quinientos y el resto a repartir— aunque haga la vista gorda con las cuentas financieras. O el malísimo gobierno, ese que tiene de presidente del CSD a un reconocido madridista como José Manuel Rodríguez Uribes que tardó dos minutos el clausurar una grada del Metropolitano pero que sigue buscando los insultos racistas de la grada del Bernabéu contra Lamine Yamal.
En el PP no es tan evidente esa manía persecutoria, aunque existe. De hecho los medios de comunicación ya hablan de conspiración para que el PP no gobierne en España entre todos los traidores a España. Elías Bendodo, que de conspiraciones sabe bastante de sus años en la diputación de Málaga, y el portavoz Miguel Tellado ya han insinuado esa estratagema contra ellos. Todos contra el PP y, encabezando esa treta, Vox. ¿No han observado que últimamente es Vox el culpable de todos los males del PP y el que siempre está del lado de los traidores? ¡Qué conspiración no habrá contra los peperos cuando hasta la ultraderecha está en ella! Por no hablar de Mazón o Isabel Díaz Ayuso y sus paranoias. Además, las esposas o esposos de todos ellos son profesionales que no se han visto agraciados por el poder de sus parejas… no como los rojos esos.
3.- Nunca tienen culpables. Salvo el caso del tipo de los trajes regalados, Francisco Camps —que dejó un pufo de cientos de millones con la Fórmula 1, por ejemplo—, el PP jamás cuenta con imputados o condenados. Entre los que mueren en extrañas circunstancias y los que son esas personas “que ustedes dicen”, sorprende la caradura que tienen. Miren cómo será la cosa que, tras fallecer Rita Barberá y no proseguir el juicio —porque en Europa ya no se juzga a los muertos, aunque tiempo ha se hacía—, adujeron que era inocente y que todo el mundo debía pedir perdón. La Gürtel parece que jamás haya tenido algo que ver con el albondiguilla, los volquetes de putas y demás corruptelas del PP. Son limpios y puros siempre.
En el madridismo no solo no hay problemas de algún tipo sino que, de darse algo, es como si no existiera. Raúl Asencio está imputado por difusión y tenencia de pornografía de menores, pues nada, no pasa nada y es hasta justificado en ciertos medios de comunicación nocturnos porque “no era tan menor” o “solo pidió el video”. Carlo Ancelotti es un defraudador a Hacienda, pero no pasa nada, es un tipo majo que come chicles. En lo de defraudar a Hacienda los empleados de ese equipo son únicos. Ex-jugadores suyos han sido condenados por violación o agresiones, pero jamás les verán, con la camiseta cuando sale, si es que sale, la noticia. El preparador físico ha estado implicado en un caso de dopaje continuado, pero es el tipo del método y los batidos. Si eso pasase con otros equipos…
4.- Otros siempre les resuelven los problemas. En el PP tienen la tremenda suerte de que siempre aparezca un juez, un fiscal o un policía que les acaba resolviendo el problema. Además cuentan, cuando cometen una barrabasada, algo habitual en los últimos tiempos, con la suerte de que los medios de comunicación ni les presten atención por vaya usted a saber el motivo. Al madridismo tampoco les faltan, cuando hay algún tipo de latrocinio, ayudantes que se ofrecen gentilmente a explicar como son las cosas en realidad. En ambos casos se retuerce lo que haga falta la realidad, pero ahí están para echar una mano en los momento complicados. Y no, no tiene nada que ver con la publicidad institucional. ¡Cómo pueden pensar eso! Ni Clece, ni las Comunidades Autónomas hacen eso. Ni van a palcos, ni nada. Que son ustedes muy mal pensados.