Se suele decir que no hay nada como morirse para que hablen bien de uno. En realidad, salvo que haya sido reconocido como una mala persona, un dictador cruel, un asesino o algo similar, cuando se muere alguien que no te cae bien, que consideras tu enemigo, al que has intentado putear siempre que has podido, lo mejor es guardar un sepulcral silencio en el momento del óbito. Lo mismo se puede decir de aquellos que no le han hecho ni caso, por tener una ideología distinta —lo cual es respetable—, o se han peleado en buena lid, tampoco es el momento de los halagos excesivos que van más encaminados a dañar la imagen de un tercero —por mucho que ese tercero haya sido un verdadero rastrero con la persona fallecida—.

Ayer falleció Javier Lambán y lo que se ha contado en el párrafo anterior ha hecho su aparición. Hipócritas asquerosos que hoy tienen buenas palabras para quien, cuando estaba vivo, deseaban su muerte política, deseaban que se callase, pedían su expulsión del partido y le hicieron todas las judiadas posibles para acabar con él. Da asco que algunos mininistros del gobierno salgan a lamentar su fallecimiento cuando han sido los más activos en la caza y depredación del historiador aragonés. En especial Pilar Alegría, a quien nadie quería y/o quiere en el PSOE de Aragón, pero que se aupó a lo alto de su secretaría general empujada por el morritos de Moncloa. Una verdadera incapaz que se hacía la dolida cuando ha sido el arma ejecutora del fenecido.

Lo del mensaje del PSOE, a nivel institucional, es de risa y de vergüenza ajena. Lo han tratado casi como un apestado. «Javier Lambán fue un socialista fiel a sus valores y principios hasta el último de sus días» han escrito en X. Fíjense que recalcan de los «sus» no los valores del PSOE, de la socialdemocracia o «a los valores y principios», el «sus» les delata. Es esa puyita que colocan como si los valores y principios del PSOE fuesen otros, como si la fuente del dogma estuviese en otro lugar, como si ser fiel a la socialdemocracia y a España fuese malo. También puede ser que no sepan escribir y tengan dificultades para una redacción sencilla. No lo descarten.

Esto último sería aceptable si no hablasen del legado en Aragón en el mensaje. No hace ni un mes, sancionaron a la senadora Mayte Pérez con 600 euros por no acudir a un pleno sin sustancia, ni votación —total el PP tiene mayoría absoluta en el senado y da igual— y sí acudir a la entrega del retrato oficial como expresidente de Aragón que el gobierno regional actual le entregó a modo de tributo, más sabiendo de la delicada salud de Lambán. Y eso que la senadora Pérez había avisado de que no acudiría al pleno por la circunstancia del homenaje, algo que la prohibieron si no quería recibir sanción. Por cierto, un homenaje al que no acudió nadie de la actual dirección porque querían convertirlo en una campaña de publicidad para Alegría y les dijeron que no, que era para entregar el cuadro a quien lo merecía. Esto es lo que en el PSOE querían a Lambán, por eso esas palabras utilizando el «sus» no parecen haber sido escritas sin mala leche.

Por supuesto que hay gente en el PSOE que ha sentido el fallecimiento: Ignacio Urquizu, Susana Díaz —otra a la que las hordas sanchistas querían ver muerta— o Emiliano García-Page —a este le quieren muerto, descuartizado el cadáver y su cabeza disecada puesta en una pica a la entrada de Toledo—, como algunos anónimos. El resto malditos hipócritas que siempre le tuvieron asco al fallecido. Incluso algunos se habrán alegrado porque así no habla, aunque estos seres al menos no pecan de hipocresía. Y en la derecha mediática tampoco se pasen con las loas, son tan asquerosas como las de los enemigos cercanos. Por una vez que Pedro Sánchez sale en plan institucional y aséptico…

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