“¡Joder Paco! ¿A quién se le ocurre publicar una encuesta donde se deja mal a la Ayuso? ¡Que nos deja mucha pasta en publicidad y subvenciones y, además, nos ha dado licencia para la Universidad que vamos a montar!” habría dicho José Crehueras, presidente del grupo Planeta, a Francisco Marhuenda, director de La Razón, de tenerle cerca cuando ha visto el revuelo que los ayusistas han generado en redes sociales. Y todo porque ha encargado una encuesta (más bien son preguntas de las encuestas que suelen hacer sobre voto) donde se pregunta sobre las preferencias para la presidencia del gobierno entre el presidente del PP y la presidenta de la Comunidad de Madrid, donde acaba ganando Pablo Casado.
Los votantes del PP prefieren a Casado frente a Ayuso, que así se titula el artículo, ha sentado francamente mal al ayusismo inilustrado. Todas esas personas que han tomado a Isabel Díaz como faro de esperanza –debe ser para tomar cañas- porque repite palabras sacadas del Manual del joven liberal que no tiene que pensar mucho, se han enfadado al ver que Casado tiene más adeptos que su musa. Según la encuesta del periódico de Marhuenda, el 51,8% de los electores del PP prefieren al actual presidente frente a un 39,8% que preferirían a Díaz. Según lo ha comentado en redes sociales, el director del medio conservador, se le han echado encima todos los trolls –y algunos menos trolls- del ayusismo (1,3 millones de respuestas). Echando espumarajos por la boca, han señalado como tramposo al periódico por manipular la encuesta en favor de un supuestamente denostado Casado. Lo paradójico es que esas mismas personas alaban las encuestas de La Razón cuando dicen que el PP ganará y podrá obtener mayoría junto a Vox. Entonces ¿manipula o no las encuestas?
Todo esto genera una serie de variables, cuando menos, curiosas sobre lo que sucede en el PP y con Díaz. Respecto al PP, en términos generales, se observa que Casado no concita la aprobación de todos los votantes –como sí hacen otros dirigentes políticos para sus respectivos electorados-. Sólo un 51% le prefieren frente a Ayuso, pero ¿y frente a Alberto Núñez Feijóo? ¿Y respecto a Juan Manuel Moreno Bonilla? Al preguntar, es de suponer que por la ola de simpatías que manifiestan los ultraliberales-nacionalistas-imperialistas-arriquitaun que pululan por los medios, sólo por la dilemática dual Casado-Ayuso se quedan los lectores sin conocer realmente las preferencias de los electores. Ese 51% deja a Casado en mal lugar –si es que no lo hacen sus propias tonterías-, pero no aúpa a Díaz como querían otros.
Otra variable a destacar, aunque aquí ya se explicó sin estos jugosos datos empíricos, es que Madrid no es el resto de España. Lo que ha podido servir en Madrid para ser el partido más votado (no ha logrado la mayoría absoluta), muy ayudada por las meteduras de pata de los partidos a su izquierda (Pablo Iglesias lanzando una alerta antifascista a la que se sumó inexplicablemente Ángel Gabilondo y que les ha costado la carrera a todos los que estaban en el fregado), no sirve fuera para captar el voto. Esas salidas de tono, esas estupideces constantes, esos aspavientos, ese creerse el califa en lugar del califa, no gusta fuera de Madrid. Puede hacer mucha gracia, pero cuando se sale más allá del límite de la M-50 se escucha en la calle que “esa chica no está bien de la cabeza”. Ahí tienen el ejemplo de Francisco Núñez, alías “copio todo porque no me da para más”, presidente del PP de Castilla-La Mancha que intentó una ayusada y le dieron una buena mano de collejas. O lo que es lo mismo, nadie le ha hecho ni caso –de hecho ¿quién conoce a Francisco Núñez en CLM?-. En Galicia se gobierna con otros modos, en Andalucía haciéndose pasar por el PSOE chavista y así con el resto de regiones.
El ayusismo es propio de Madrid y para consumo de madrileños. Funciona porque la oposición es tan estúpida que sigue sin saber contrarrestar la forma de comunicación por mucho que cambien de caras. Les pasa por seguir los consejos de comunicólogos vende humos. Fuera de Madrid las cosas cambian y eso se refleja en preferir a Casado por encima de Díaz. Lo que no quiere decir que vean en el actual presidente pepero a una persona capaz, lo ven menos incapaz que a la otra nada más. El resto es producción mediática contra el Gobierno de coalición. Algo que no altera la percepción sobre la presidenta madrileña, esa bocachanclas que insulta a las provincias (ella que lleva la boina puesta a rosca), que defiende el libertinaje, se cree superior por vivir en Madrid o tiene que señalar a otras regiones para tapar su miseria de gestión. Fuera de la M-50 eso se ve todos los días. Sólo cabe preguntarse ¿se atreverá Díaz a quitar la publicidad y las subvenciones al grupo Planeta?