¿Asustada o asustado al leer el titular? ¿Qué le ha corrido por las venas al leerlo? No hay nada extraño en él. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) ese es el número de españoles que han fallecido por diferentes causas durante los mandatos del PP en España. Esto es, durante los gobiernos de Mariano Rajoy y José María Aznar murieron en España 5.372.937 personas, la mayoría de muerte natural o enfermedad. Pero, tal y como está presentado el titular, pareciera que ha sido culpa de ese partido que fallecieran esa cantidad de seres humanos. Presentado así pudiera entenderse que se produjo un genocidio de españoles bajo los gobiernos conservadores, algo que, como es evidente, no ocurrió. Pues esto es lo que suelen hacer Pablo Casado y ciertos medios de comunicación constantemente para manipular la percepción de las personas.
Es una técnica antigua del amarillismo político que algunas cabeceras con líneas editoriales conservadoras utilizan sumándole una imagen en sus portadas para construir un relato que asuste las conciencias. Cualquiera que lea rápidamente, no hace falta ni leer el artículo o comprar el periódico, se queda pasmado ante ese choque que prorrumpe directamente al inconsciente de cada cual. Una manipulación en toda regla que es precisamente la utilizada por Pablo Casado durante toda la campaña electoral para asustar y medrar en las conciencias de las personas. Lo que es lo mismo, una especie de mecanismo asustaviejas para que los suyos no se vayan a otros partidos y los que piensen no votarle se abstengan ante esa especie de Armagedón que ha de venir.
Es la táctica que vienen utilizando en las últimas semanas medios de comunicación al servicio de los intereses de los partidos de la derecha. Esto ocurre tanto en los periódicos (digitales o en papel) como en programas de radio o televisión, dado que utilizan esta técnica para construir un relato que se inserta en el inconsciente colectivo, además del individual, porque al final el dato falseado de una realidad que camina por otro lado es comentado de tú a tú y compartido en redes sociales o aplicaciones de mensajería electrónica y crea esa bola de nieve que va agrandándose cada vez más hasta formar un completo alud.
Basta con que algún medio, independientemente de la difusión que tenga, reproduzca unas declaraciones fuera de contexto para que se convierta en escándalo lo que es una simple boutade. Hemos pasado de la mentira repetida cien veces de Goebbels, a utilizar un dato real descontextualizado y confrontado con otra realidad que casualmente coincide en el tiempo. Un medio de comunicación ético y libre publica los datos con un soporte documental, centrando su información en lo que muestran esos documentos, sin manipulación de ningún tipo, tal y como venimos haciendo en Diario16 en distintos casos hechos públicos en estas páginas porque, de este modo, no hay que aclarar más que lo escrito. La sabiduría popular afirma claramente que no hay que dar explicaciones, simplemente hay que lograr que lo que digan malo de uno, o que lo difame, que sea falso.
Quienes están leyendo este artículo, con ese simple titular, han podido creer que Rajoy y Aznar pudieron haber sido unos genocidas porque a un dato real le hemos sumado una especie de culpabilidad manipulada. Esto es lo que hace constantemente la derecha, tanto la política como la mediática. Dentro de la sociedad del espectáculo nada es lo que parece. Como decía el filósofo y cineasta francés Guy Debord «lo verdadero ha dejado de existir en casi todas partes o, en el mejor de los casos, se ha visto reducido a la condición de una hipótesis que no puede demostrarse nunca». En la sociedad 2.0, en el mundo digital, cuando se presentan los datos de esta forma manipulada, negarlos o desmentirlos supone un esfuerzo titánico que consume más tiempo del que la gente manipulada tiene para pensar. El acto de pensar cada línea de forma crítica ha desaparecido en nuestras sociedades y de eso se aprovecha un nesciente como Pablo Casado.
Estamos en el mundo de la información circular de sandeces y mentiras que aparecen como verdades. Sólo hay que mirar hacia el pasado, algo que se nos niega en esta sociedad espectáculo, y ver todo lo que se dijo de Pablo Iglesias para ver cómo se nos ha venido manipulando. Se está jugando a la manipulación de las percepciones con lo que se cuenta ahora de Pedro Sánchez y sus viajes en el Falcon o el Puma e, incluso, del coche de Albert Rivera de 160.000 euros. Sin embargo, cuando nos topamos con un resquicio de verdad esa entente de la derecha, como sucedía en el mito platónico, se lanza a golpear a quienes osan pronunciarla. Nos quieren manipulados en el juego espectacular de las sombras y lo supuesto, nunca en el mundo de la verdad. Nos prohíben negar lo que nos presentan como única realidad posible, de tal modo que hoy en la cabeza de casi nadie se piensa en términos alternativos. Buscan matar la dialéctica para hacer desaparecer el pensamiento autosuficiente. Escuchando a la mano derecha de Pablo Casado y candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, presentar como libertad humana la elección entre tipos de formación, encontramos cómo la autonomía plena del ser humano como ideal de libertad es manipulada hasta convertirla en una simple elección de fetiches.
Cuando vuelvan a leer un titular que les sorprenda, entren en la noticia y piensen crítica y dialécticamente. Intenten no dejarse llevar por el embaucamiento de políticos, «opinólogos» y brujos de las palabras. Incluso pongan en duda lo que aquí decimos, pero siempre intenten guiarse por lo que le dicte su propia razón, aunque eso suponga un gran esfuerzo. Y si les dan cifras, especialmente si vienen de políticos y miembros del establishment, duden. La duda, al fin y al cabo, como decía Sócrates es el mejor camino hacia la verdad, a pesar de que el esfuerzo para ello sea enorme y muchas veces uno se deje llevar por la comodidad de la muchedumbre.