El ‘Monumento a la Victoria’ de Santa Cruz de Tenerife, una escultura a mayor gloria del dictador Franco, sigue encendiendo los ánimos políticos en las Islas Canarias. A la petición oficial de la diputada y consejera insular del PP Ana Zurita de que la pieza sea protegida y no demolida se unen los últimos informes técnicos del Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio, que han concluido que el monumento posee valor histórico, una opinión que parece avalada por la Academia de Bellas Artes. Los análisis fueron encargados por el ayuntamiento de la ciudad (gobernado por Coalición Canaria) con el fin de encontrar aspectos artísticos a la obra escultórica que más divide a los tinerfeños. Finalmente, en el estudio se concluye que la estatua en honor a Franco posee valor cultural, aunque no se entra en el fondo del asunto, es decir, que fue creada y levantada con una única finalidad: ensalzar la figura de un dictador genocida.
La obra, tallada por el escultor Juan de Ávalos en el año 1966, representa un ángel volando con las alas extendidas sobre la que se asienta la figura de un personaje que según los periódicos de la época representa a Franco sosteniendo una espada en forma de cruz cristiana cuya punta señala hacia abajo. El espíritu alado que sustenta al dictador es una clara alegoría del Dragon Rapide, el avión que trajo a Franco a la Península Ibérica para consumar el golpe de Estado e iniciar su cruenta guerra civil. La obra se construyó gracias a los fondos obtenidos por suscripción popular por el entonces gobernador civil Pablos Abril y tuvo un objetivo principal: conmemorar la victoria del ejército de Franco sobre la República en el 36 y vanagloriar los 40 años de franquismo posteriores. La escultura ha ido resistiendo el paso del tiempo (aunque se encuentra en mal estado de conservación) y desde que llegó la democracia en 1975 ningún gobierno municipal ha considerado oportuno retirarla, como sí se ha hecho con otros monumentos ubicados en otras ciudades españolas que ensalzaban la figura del dictador. En un intento de las sucesivas alcaldías por evadir el problema y ocultar la evidencia histórica de que la talla es un claro homenaje al franquismo, esta ha ido cambiando de nombre desde su construcción en 1966 (Monumento a Franco, Monumento del Ángel, Monumento a la Victoria y hasta el más eufemístico Monumento Conmemorativo a la Paz). Sin embargo, basta con acudir al NO-DO de la época para comprobar que ya el locutor del reportaje aseguraba sin ningún género de dudas que la obra de Juan de Ávalos “conmemora la partida del generalísimo Franco, que cuando era capitán general de Canarias salió de aquí para coordinar el Movimiento Nacional”.
Una vez más, por tanto, nos encontraríamos ante un nuevo ataque a la Ley de Memoria Histórica, que se aplica o no según el color del partido político que gobierna en el lugar, tal como denuncian los defensores de los valores cívicos democráticos en Tenerife.
Representantes políticos como Ana Zurita consideran que el ‘Monumento a la Victoria’ ‒así se conoce a la escultura desde el año 2011, reconociéndose de esta manera su simbología franquista‒, forma parte del patrimonio histórico de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife. “No se está hablando de la figura de Franco o de los resultados de la Guerra Civil Española, sino de un monumento que forma parte del paisaje de Santa Cruz de Tenerife y de las vivencias de muchos chicharreros”, ha llegado a asegurar la consejera, para quien el autor de la obra es un “máximo representante del arte contemporáneo”. En general, la plana mayor del PP se ha mostrado reticente a la idea de demoler el monumento y hasta el ex presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se dejó grabar un vídeo junto a la polémica imagen del tirano sosteniendo su espada amenazante. Tampoco el alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez, ha descartado que el monumento a Franco, situado en la intersección entre la Rambla de Santa Cruz y la avenida de Anaga, pueda mantenerse en su lugar en el futuro.
Mientras tanto se ha ido formando una corriente de opinión ciudadana alternativa que exige ya la retirada o demolición del monumento al considerar que supone un claro ejemplo de apología del fascismo. Así, Eduardo Ranz, abogado que interpuso la demanda contra el ayuntamiento de la ciudad por no retirar el “ángel alado” y por vulnerar la Ley de Memoria Histórica, ha manifestado públicamente que “independientemente de la cuestión legal, es impresentable que en la actualidad tengamos que explicar que un monumento dedicado a Franco es exaltación al franquismo. La necesidad de labor de pedagogía y buena educación se hacen evidentes”. Según el letrado, “el 20 de noviembre de 1975 falleció Francisco Franco Bahamonde. Según el Código Civil, los honores y distinciones tienen eficacia jurídica mientras haya vida. En el momento del fallecimiento deben ser retirados. Por tanto, el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife incumple el Código Civil desde hace 40 años. Mantener el monumento a Franco es incumplir el Código Civil desde hace 40 años e incumplir, desde hace diez, la Ley de Memoria Histórica”.