Ayer los medios deportivos se hicieron eco de la última lista con los jugadores más valiosos en el mundo de fútbol. En esta ocasión era la del Centro Internacional de Estudios del Deporte (CIES), un chanchullo de la FIFA para colocar amigotes y que de vez en cuando sacan estudios basados en estadísticas de sus dídimos morenos. Al menos parece más objetiva y menos influenciada por ciertos elementos del Mal que Transfermarkt. En realidad los jugadores cuestan lo que el comprador esté dispuesto a pagar y el vendedor recibir. Se pueden poner cláusulas (el 90% abusivas) y todo lo que quieran, al final el precio será otro.
Para CIES el más valioso es Lamine Yamal que costaría 402 millones de euros, seguido de Haaland (239), Bellingham (233), Mbappé (192), Musiala (154), Pedri (143), Balón de Playa (130), Palmer (126), Julián Álvarez (126) y Wirz (122). En Transfermarkt el listado sería Balón de Playa (200), Lamine (180), Bellingham (180), Haaland (180), Mbappé (170), Saka (150), Wirz (140), Musiala (140), Valverde (130) y Pedri (120). Bastante más plural la de CIES que la de Transfermarkt aunque igual de dudosa porque, entre los valores que cuantifican el valor están los años de contrato, antiguas transferencias, el equipo en el que juega, la posición en el campo o la popularidad. Así que si un jugador es el fiera de Instagram valdrá más que otro que ni tenga redes sociales pero sea mejor jugador. Y si juega en cierto equipo más que si juega en otro menor. En la web Transfermarkt es por lo que le apetezca a quien esté detrás del teclado en ese momento.
Un ejemplo. Maradona con treinta y dos años sería menos valioso que Valverde con 25. ¿Van entendiendo el tema? En realidad lo extraño es que Valverde aparezca en los puestos altos en cualquier lista de más valiosos. ¿Es determinante con su juego? No. ¿Ha llevado a su selección a vencer en algo? No. Corre mucho, sí. Pega buenos puñetazos. Pero ya. Cubarsí, que lleva dos telediarios en el mundo del fútbol ya vale 118 millones. O Samu que ha hecho algún gol con el Oporto pero que con el Alavés se comió los mocos y que habrá que ver si va más allá o no, ya le sitúan con decenas de millones. Vitinha, campeón de un triplete y con dos temporadas al máximo nivel, está por ahí perdido en las clasificaciones.
En realidad, este tipo de listas y valoraciones, que son utilizadas por algunos clubes para saber qué precio poner si llega una oferta y es beneficiosa para sus intereses —cuando no es beneficiosa piden lo que les da la gana, como toda la vida—, están más destinadas a hacer publicidad de ciertos jugadores para obtener beneficios comerciales que por el fútbol en sí. Hay jugadores que han hecho una temporada lamentable y resulta que hasta suben en valoración. Los hay con problemas con la Justicia que no se ven penalizados cuando sus carreras podrían desaparecer de un plumazo, pero están en equipos que interesan para promocionarse. Si las listas fuesen más justas muchos perderían unos buenos ingresos publicitarios porque las marcas buscarían en otros lados a otros jugadores. En todo hay que seguir al dinero y así entenderán.