Es que hay que reírse ante ciertas palabras/frases de algunos miembros de la clase política. En general son bastante procaces en sus expresiones. La vergüenza no es un sentimiento que posean en su mayoría. Pero si hay alguien que supera con creces al resto es Pablo Casado. Es capaz de lanzar un bulo, como la vacunación de Salvador Illa antes de las elecciones catalanas –por el que no ha pedido perdón, ni se espera que lo haga dada su estolidez-, por cuatro votos y a la vez dárselas de salvapatrias. Es capaz de, en lo peor de una pandemia mundial, señalar un posible golpe de Estado del gobierno, mientras al segundo siguiente se ofrece para “liderar conjuntamente” la crisis. Siendo este tipo de comportamiento el propio de un mitomaníaco no es lo peor. Sí, aunque parezca increíble, hay cosas peores en el carácter del presidente del PP.
Ayer, intentando sacar rédito de un “ataque a la soberanía territorial de España” (como han dicho en los medios de derechas), hubo de echarse flores. Así no tuvo vergüenza alguna de decir: “Conozco muy bien Marruecos, conozco Estados Unidos y conozco muy bien cómo hay que hacer las cosas con Marruecos y con Estados Unidos”. (Por favor, contengan la risa y sigan leyendo) Conoce todo muy bien, a la perfección, con todas las soluciones posibles ¿cómo es posible poseer esa capacidad? La realidad es que su vida política no ofrece ninguna pista para creer una afirmación tan absoluta como esa. Toda su vida ha sido un machaca del PP. El niño que servía lo mismo para fregar, que para acudir a una fiesta con transexuales en la embajada de Italia. Un aparatero. Y para llegar a ser aparatero hay que arrodillarse mucho, hacer muchas genuflexiones y, esto suele ser habitual, no tener una mente brillante. Entre otras cuestiones porque la brillantez asusta dentro de un partido político.
Igual ha adquirido esos conocimientos gracias a sus estudios. (Aquí sí pueden esbozar una sonrisa, pero sigan leyendo) Suponiendo que en realidad haya estudiado lo que dice que ha estudiado, aunque todo el mundo sabe que le regalaron las carreras por las declaraciones que han ido saliendo en prensa. Suponiendo eso ¿desde cuándo se aprenden relaciones internacionales en Económicas?, ¿desde cuándo se aprende historia contemporánea en la carrera de Derecho?, ¿puede aportar algún conocimiento sobre la materia en relación a sus estudios? Para esta pregunta la respuesta sería, no. Salvo que haya dedicado buena parte de su vida al estudio minucioso de la historia de EEUU o de Marruecos. Si lo ha hecho, realmente no se nota demasiado. Y no vale con leerse dos artículos de la revista digital de FAES para tener amplios conocimientos, se requiere un poco más. Sin ser diplomático de carrera, ni historiador especialista, pero algo más.
Podría ser que durante su vida fuera de la política haya viajado por EEUU para conocer en profundidad el funcionamiento de su sistema, de las costumbres y se haya entrevistado con intelectuales, políticos y gentes variadas para aprender y conocer. De hecho cuando estuvo en Harvard… ¡Perdón! Lo de Harvard fue un bulo y estuvo realmente en Harvardaravaca en un curso de un día. Sí a este nivel ha llegado, hasta para posar delante de la catedral de Santiago de Compostela y decir que era Harvard. Igual ha viajado mucho a Marruecos. Se espera que no fuesen viajes de “bajar al moro”. En realidad eso se desconoce y no se sabe bien por qué prodigioso mecanismo conoce tan bien Marruecos. Igual es como esos extraterrestres que con sólo rozar a una persona o leerle la mente adquieren todos sus conocimientos. Y como él ha estado charlando con políticos marroquíes que piden la invasión y anexión de Ceuta y Melilla ha adquirido esos conocimientos leyéndoles la mente por internet. Así es normal que supiese lo iba a suceder en Ceuta, tal y como ha reconocido Teodoro García-Egea en una muestra más de alta traición.
No, Pablo Casado tiene los conocimientos justos. Si hubiese sido sobre Libia igual algo más porque era el mamporrero de José María Aznar para diversos negocietes. De Estados Unidos conocerá, como mucho, lo que los lobbies a los que está adscrita FAES digan –por eso ha estado callado con las matanzas de ciudadanos libres en Colombia-. De Marruecos, con suerte, conocerá que hay un rey, que Inditex tiene una fábrica y poco más. Los tratados sobre el Sáhara y demás se los pasa por el forro. No hay más que escuchar a las gentes de su partido y a sus edecanes mediáticos señalando la llegada de Galli a España –vía petición argelina- como causante del problema por culpa de Pedro Sánchez (como es habitual) y la mala ministra de Exteriores. Casado está en política, no para procurar el bien común –desde su propia perspectiva, pero bien común-, está para hacer lo que mandan las fuerzas imperiales, los entes económicos globales y los cuatro empresarios chusqueros españoles. El resto le da igual si beneficia o perjudica a España. Al carecer de sentido de Estado y de vergüenza dice lo que dice: que él sí sabría tratar a EEUU y Marruecos. Y sí lo sabe, arrastrándose babeante cumpliendo las órdenes imperiales.
Haciendo justicia a lo que sí sabe Casado, hay que reconocerle que sabe todo sobre la B. Tiene un “plan B” para todo: para el coronavirus; para el cese del estado de alarma –que sea inconstitucional no importa-; para la educación; para la vacunación…; para todo tiene plan B. Lo que no sabe es algo sobre los sobres en B. Sobre eso enmudece. Lo malo es que España, de necesitar algo, no son planes B, sino planes A. Y esos no los conoce, ni hace esfuerzo por conocerlos. Lo suyo es que si tiene alguna idea que pudiese arreglar los problemas, diese una rueda de prensa explicando todo al detalle, entregando un documento sumamente elaborado y ejecutando la opción de presentar leyes –tiene los diputados suficientes-. El problema es que no sabe hacerlo por carencia de conocimientos o pereza. La misma pereza que le dio estudiar, vamos. Si en vez de estar todo el día poniéndose disfraces en España se dedicase a estudiar y a ofrecer soluciones, igual alguien le tomaría en serio –incluso dentro de su partido-. Luego se le escucha pedir a Sánchez que rompa el gobierno para apoyarle en lo que haga falta y ya las lágrimas comienzan a deslizarse profusamente por las mejillas. Ahora sí, rían hasta desternillarse.
Post Scriptum. Pasearse por Fitur no convalida conocer España. Por cierto, si miran la imagen que encabeza el artículo ¿estaría Casado negociando con el alcalde de Granada, Luis Salvador, su salto de Ciudadanos al PP?
PIERDEMAN no tiene remedio.