Muchas personas estaban encantadas, durante los días posteriores a la Dana, porque el mininistro Óscar Puente iba informando de todo lo que se iba ejecutando desde su ministerio. Le elevaron a los altares de la política por una simple y sencilla política de comunicación, la cual más que favorecerle a él, desmerece a los demás que no hacen algo similar… pudiendo. Nada había de maravilloso en ello y bien que lo ha aprovechado para darse publicidad. Cosa de políticos en la que no merece la pena entrar. El problema es que eso es simplemente una máscara, en cuanto ya no había obras ha vuelto al redil del sanchismo.
Hablando de sanchismo, Puente, en entrevista en televisión —que es lo que interesa en este artículo y no sus fanfarronadas—, afirmó sin ruborizarse que eso del sanchismo era poco menos que una invención y que de existir el sanchismo había llevado al PSOE la devolución de la soberanía a los militantes. Si usted no sigue la vida política salvo los casos de corrupción o las estupideces que suelen decir los hunos y los hotros, le habrá parecido algo sin importancia, pero no, tiene bastante importancia, más de la que piensan, porque sobre la mentira de la «devolución de la soberanía a los militantes» se ha construido todo aquello que define mejor al sanchismo como falsa ideología: negar la realidad de todas las formas posibles.
Puente miente, bien por desconocimiento del significado del concepto de soberanía, bien porque su mente ya prefabrica las mentiras como verdades, bien porque es mentiroso. Habiendo estudiado Derecho es de suponer que en Filosofía del Derecho, Derecho Natural o Derecho Constitucional le explicasen el significado de soberanía. Para Giorgio Agamben es aquel que tiene la capacidad de proclamar el estado de excepción, algo que valdría para el interior del PSOE, el cual parece vivir en un constante estado de excepción. Pero esto sería exagerar un poco pese a los rasgos totalitarios que muestran. Así, en general y de forma simplista, la soberanía sería el poder de decidir sobre los asuntos de la propia organización.
Desarticular las contrapesos de poder
¿Qué soberanía se ha devuelto a la militancia? ¿Antes no podían decidir? En realidad, como verán, antes podían decidir mucho más que bajo la égida sanchista. El más claro ejemplo de no devolución de la soberanía es la proclamación, porque no ha existido elección, de Óscar López como secretario general del PSOE-M. ¿Quién le ha votado? Nadie. Y salvo que Nadie sea un personaje de la Odisea, no es un ente, no hay ser en ese nadie. La gran mentira con la que llegaron al poder es esa devolución de soberanía que articularon falsamente bajando los porcentajes de los avales para las posibles campañas a las secretarías generales y/o candidaturas a instituciones públicas. Lo hicieron así para ver si tenían suerte y se llevaban por delante a los barones socialistas que consideraban molestos. Al no conseguirlo, se han vuelto a subir los porcentajes.
Pero la gran jugada fue vaciar de contenido el Comité Federal —que es como el congreso y el senado frente a la ejecutiva—. Todavía hay militantes que están esperando poder votar ese tercio que iba a ser elegido directamente por la militancia. Una más de las mentiras del sanchismo y que quedó olvidado. El Comité Federal ahora mismo es una especie de concurso televisivo donde los participantes pelean por ver quién aplaude más y con más fuerza. Ni hay debate, ni tiene capacidad de modificar listas, programas u otras veleidades de la ejecutiva, ni puede cesar al secretario general —esto es lo que más preocupaba a Pedro Sánchez—. Es mero ornamento decorativo ad maiorem gloriam Petri.
Mejor que no votes, no vaya a ser que te equivoques
¿Listas? Según el reglamento de la Ejecutiva pueden hacer y deshacer sin tener que dar explicaciones a nadie. Los militantes ni las votan. De hecho, durante el proceso del último congreso, tras la eliminación de los congresillos previos, en algunas provincias ni se han votado las listas de delegados. No hacía falta porque solo se podían presentar quienes aquellas personas que entregasen avales. Y no, la supresión de los congresillos previos no ha sido para dinamizar y ahorrar gastos, sino para evitar confabulaciones de militantes. Porque antes cualquier grupo de militantes podía presentar su lista alternativa sin necesidad de avales, ni nada. Imaginen esas provincias castellanas, tan grandes en extensión, para conseguir avales en agrupaciones que permanecen cerradas, eso cuando hay agrupaciones, porque la Ejecutiva Federal ha decidido cerrar todas aquellas que le apetecía.
Han devuelto la soberanía de no elegir, de no poder presentarse, de no poder ser candidato… Igual el concepto de soberanía que utiliza Puente es completamente distinto o miente con toda la cara dura del mundo. Desde que el sanchismo se hizo con el poder del PSOE ha sufrido una impresionante merma de democracia interna. Que no vendan motos sin motor y sin ruedas. Antes cualquiera se podía presentar frente a, por ejemplo, Felipe González. Hoy nadie se puede presentar salvo mediante un costoso e imposible proceso de recogida de avales. Pues si alguien intentase presentarse, los tiempos para la recogida de avales es tan corto que hace físicamente imposible la consecución del objetivo, salvo que se tenga al aparato (o parte) detrás.
Mienten por norma porque han llegado a asimilar las mentiras como verdades absolutas. El sanchismo es la negación total de la verdad y de la realidad. Todo son campañas orquestadas contra los pobres sanchistas que tan buen trabajo hacen. Cierto que en los demás partidos la dictadura es tan clara como en el PSOE sanchista, pero estos jetas se han llevad la tradición democrática del PSOE por delante. Como solo quieren pagacuotas y palmeros, han destruido la única democracia interna que quedaba en todos los partidos españoles, son tan totalitarios como los demás. Esta por ver si tan corruptos. Y tienen la cara de decir que han devuelto la soberanía a los militantes…