Óscar Urralburu, uno de los diputados regionales de Podemos-Murcia, ha decidido abandonar la formación de Pablo Iglesias y apoyar la candidatura de Íñigo Errejón en Más País. En las redes sociales moradas ya le han colgado el cartel de villano, cuando no de traidor, como suele suceder en el oscuro mundo de la izquierda cainita, pero más allá de cuestiones viscerales y sentimentales, él trata de explicar su cambio de posición con argumentos de pura lógica política.
¿Por qué ha decidido dejar Unidas Podemos y pasar a Más País?
No es sorpresa para nadie que nosotros en Vistalegre II nos posicionamos con el ánimo de recuperar la ilusión con Íñigo Errejón. Las diferencias, por más que se pretendan, son diferencias políticas, netamente políticas. Cuando Podemos irrumpió en la política española algunos habíamos militado en organizaciones sociales, sindicales y en oenegés, pero no veníamos de las estructuras de partido tradicionales. Y creímos en la apertura a una política ciudadana mucho más basada en los intereses de la gente que en las estructuras de los partidos clásicos. Intentamos recuperar la ilusión con la propuesta más proporcional, más democrática, hacia dentro con el mantenimiento de la pluralidad en el partido y hacia fuera con una visión de la política mucho más pragmática, más constructiva, más buscando el acuerdo. Eso fracasó en Vistalegre II pero asumimos la responsabilidad de trabajar desde dentro y así volvimos a presentar un proyecto muy similar en la Región de Murcia desde que salimos elegidos como dirección regional. Hemos trabajado muy intensamente estos cuatro años, especialmente los dos últimos, pero es verdad que este año 2019 empezó mal, muy mal, con la expulsión de Íñigo Errejón, una expulsión no deseada por el propio Íñigo sino una expulsión decidida de facto, unilateralmente, por Pablo Iglesias que no deja formular la propuesta de Más Madrid, una propuesta que es perfectamente democrática y que no pudo ser gestionada de una manera adecuada en el interior del partido. Y eso desencadenó una serie de crisis internas con un capítulo clave como fue la declaración de Toledo, donde hasta once secretarios autonómicos nos posicionamos por una resolución política en la crisis planteada por Íñigo Errejón, una resolución política que tenía que suponer la integración de todas las sensibilidades y el acuerdo político para que fuera posible una candidatura conjunta en Madrid que tuviera a Podemos dentro −por supuesto a Íñigo Errejón que era la imagen de Podemos−, pero también el apoyo de todo el partido a esa plataforma que es Más Madrid encabezada Manuela Carmena. Esa fue la voluntad que declaramos en Toledo y la negativa de Pablo Iglesias supuso la dimisión de Ramón Espinar, supuso la crisis dentro de Madrid, el cese del secretario de organización adjunto, el señor Casamayor. Fue un momento muy crítico para el partido, que asumimos con responsabilidad porque teníamos unas elecciones generales convocadas para el mes de abril, porque teníamos también unas elecciones autonómicas convocadas para el mes de mayo y teníamos candidatos y candidatas.
Y la crisis interna se agravó tras las elecciones…
Vimos la respuesta y la reacción de la dirección estatal ante las elecciones del 28 de abril, con una muy baja autocrítica; después vimos como desde nuestro punto de vista hubo un cierto castigo a las direcciones autonómicas por los resultados autonómicos y municipales. Y no se hizo valoración ni crítica de lo que supuso el resultado de las europeas, donde perdimos más de un millón y medio de votos. Y vimos además cómo ese punto de inflexión, los malos resultados electorales, ni siquiera llegó a recibir de la dirección estatal la propuesta que hicimos de buen grado en el Consejo Estatal de junio pasado de mantener una conferencia política que permitiera abordar todo ello con una voluntad de análisis político. Somos una organización política y no tenemos un debate político desde hace muchísimo tiempo. Nos lo merecemos, lo necesitamos. No ha sido posible.
¿Cómo ha influido en su decisión la negociación fallida con el PSOE?
Hemos tenido una negociación con el Gobierno de España en funciones del PSOE que ha sido infructuosa. Evidentemente, sabemos y somos conscientes de que el principal responsable es Pedro Sánchez, pero también somos conscientes de que desde la organización de Podemos se tenía que haber hecho un análisis crítico de lo que suponía renunciar a una vicepresidencia y tres ministerios. No ha habido ese análisis crítico, pero tampoco ha habido un debate interno sobre esto; es una cuestión que ha decidido exclusivamente Pablo Iglesias y sus personas más cercanas. No se ha debatido orgánicamente. El Consejo Ciudadano Estatal se ha reunido el 28 de septiembre. Es decir, durante todo el periodo de negociación ni una sola vez el órgano director y rector del partido entre asambleas ha tenido un solo debate ni información sobre la negociación con el Gobierno de España y esto es un planteamiento orgánico intolerable. Yo hice una llamada de atención en torno al 18-19 de septiembre, cuando se anunció que no había Gobierno y que se repetían las elecciones. No ha habido ningún tipo de respuesta por parte de la dirección estatal y advertí de que tenía que haber un acuerdo también, como lo advertían otros compañeros, por ejemplo Teresa Rodríguez en Andalucía. Lo que pasa es que yo no lo dije en público, no quise hacerlo, e hice todas mis declaraciones en privado. Pero claro, ya no tiene ningún sentido seguir intentándolo en privado. No hay vida orgánica dentro de Podemos, no hay democracia orgánica dentro de Podemos, y no tiene mayor sentido seguir en una organización en la que no puedes desarrollar un proyecto, donde a cualquiera que plantee una alternativa se le informa de que tiene abierta la puerta de salida. Antes de que me lo digan he tomado la decisión siendo consciente de que la situación era un poco insostenible porque el anuncio de la candidatura de Más País supone que fuera de Podemos se está desarrollando un proyecto político que ya quisimos impulsar algunos dentro de Podemos.
¿Se ha puesto en contacto Pablo Iglesias con usted para tratar el problema, para preguntarle por qué se va con Más País?
Yo le escribí una carta y unos telegrams; no he obtenido respuesta. Y por parte de la dirección estatal de Unidas Podemos solamente Ione Belarra se puso en contacto conmigo, me envió un mensaje, yo le contesté y no volví a recibir respuesta. Es decir que no ha habido contacto telefónico con nadie de la dirección de Podemos.
¿Cree que con Errejón el final del bloqueo político en España puede estar más cerca?
Esa es la clave, esa es la clave… No se trata de hablar tanto de programas políticos, los programas políticos están, pero lo que tengo muy claro es que las instituciones y la política sirven para resolver los problemas de la ciudadanía. Lo dije, yo creo que bastante claro, en la rueda de prensa. Hoy mismo he vuelto al instituto a retomar mis clases y seguimos con la misma realidad, con los mismos recortes, la misma situación de precariedad, con los mismos ajustes económicos en la escuela pública y lo mismo si hablamos de vivienda, de energía, de política medioambiental o de política fiscal. Hablemos de lo que hablemos prácticamente no ha habido ninguna mejora institucional en el conjunto del país desde el Gobierno de España y del Congreso de los Diputados en los últimos cinco años. ¿Para qué servimos los políticos si no conseguimos desbloquear la situación y hacer una política mucho más práctica? Desde ese punto de vista estoy convencido de que había una sensación de frustración y a todos nos lo trasladan en la calle, me lo dicen mis vecinos, mis compañeros me lo recuerdan: “¿Qué estáis haciendo, para qué sirve todo esto? No tiene sentido votar el próximo mes de noviembre si vais a volver a hacer lo mismo”. Estoy totalmente de acuerdo, la desazón, la frustración está ahí, y lo que plantea Más País es recuperar la ilusión, que las ideas se tienen que poner al servicio de las personas, para mejorar la vida de la gente, que aquí no venimos a calentar un asiento en el Congreso de los Diputados o a una Asamblea parlamentaria regional por muy cómodo que se esté, sino a mejorar cosas. Yo creo que esta candidatura va a cambiar el panorama político en el país y en la comunidad autónoma.
Es decir, que según usted, Unidas Podemos ha devenido en una herramienta política ineficaz, inservible, inútil…
Lo dije el otro día: Podemos no sirve para ayudar a las personas. Podemos ya no es esa herramienta útil en la que creímos en el año 2015. Se ha convertido, y lo dije así en la rueda de prensa, en un partido más, en un partido clásico que confunde los fines para los que nació con el corporativismo, con una deriva personalista en su grupo de dirección que está completamente inutilizada, que permanece ajena a lo que está ocurriendo en el conjunto del país. Lo dije de una forma muy gráfica: a mí me resultaba muy difícil seguir haciendo campaña por Pablo Iglesias, pero ya me resultaba imposible hacer campaña por Iglesias estando Íñigo Errejón. Iglesias sabía lo que nosotros pensábamos y creo que por eso no le ha cogido de sorpresa.
¿Cree que la crisis interna de Podemos es de ideas, de liderazgo o de exceso de carisma por parte de su líder político?
Es que yo no lo llamaría carisma. Iglesias tiene una dosis de liderazgo clara, una base electoral evidente, pero le ha faltado capacidad de liderazgo a la hora de decidir cuáles eran los objetivos más importantes del partido y a la hora de comunicarlos adecuadamente y a la hora de valorar si estar en un Consejo de Ministros era una cuestión importante o menos importante. Uno no viene a la política, y en general a la vida, a que las soluciones sean perfectas, uno sabe que las soluciones siempre son imperfectas. A veces es difícil nadar contracorriente y tomar ciertas decisiones pero ante la decisión de volver a repetir elecciones generales o alcanzar un acuerdo yo creo que era mucho más importante haber alcanzado un acuerdo por lo que puede suponer también para Podemos de reducción de peso político en el Congreso de los Diputados.
La pregunta concreta es si cree que el excesivo personalismo de Iglesias está pasándole factura a Unidas Podemos…
Lo dije, lo dije en la rueda de prensa… La pérdida de entidad democrática, la pérdida de Estado de Derecho en Podemos, ha ido paralela a una especie no tanto de personalismo como de bunkerización. Es decir, el liderazgo en cualquier faceta de la vida no es malo si es algo democrático. Cuando esas decisiones las toma solamente uno ya estamos hablando de monopolio del partido.
¿Qué tiene que decirle a los que opinan que Errejón es un político en manos del PSOE y del Íbex 35?
Esto de las teorías de la conspiración es un clásico de la izquierda. Cuando apareció Podemos recuerdo a compañeros de Izquierda Unida decir que éramos un invento de la CIA y que teníamos el apoyo de las grandes empresas mediáticas del país, que La Sexta nos apoyaba y que eso jamás hubiera ocurrido con Izquierda Unida. Y que por tanto teníamos tendencia a hacer política como el partido socialista. Es es un clásico dentro de la izquierda hablar de conspiraciones y supuestas tramas ocultas pero de lo que hablamos de verdad es de mejorar la vida de las personas. Yo nunca he militado ni votado al PSOE y estoy absolutamente convencido, porque conozco a Íñigo, que él no va regalar absolutamente nada y va a poner un precio alto a lo que significa la mejora de la vida de las personas. Pero lo que tampoco va a hacer es poner a su partido por delante de los intereses generales.