Son incontables las veces en que Pablo Casado, intentando aparentar cierta sofisticación intelectual o procurando ofrecer un discurso lejano de los insultos, mete la pata. Ha habido meteduras que le han llegado hasta el sobaco –aquella vez que aprovechando el confinamiento pidió el despido libre/gratuito-, otras han sido más sutiles. La que hoy se trae a estas líneas es de esas que mostrarían que su paso por las aulas, da igual si instituto o universidad, fue efímero y poco aprovechado. Igual por ello fue Harvardaravaca ya que hablan en inglés –ese idioma que dice aprendió de au pair en Inglaterra- y no es español, porque de este último, pese a defenderlo con ahínco de los “destructores socialcomunistas”, parece que no controla ni las personas del sujeto y su unión con las formas verbales.
Ayer mismo, mientras hacía la pelota a Felipe de Borbón como un cortesano más, escribió lo siguiente en su cuenta de twitter: “Se cumplen 45 años de la restauración de la monarquía, símbolo de nuestra continuidad histórica. El pueblo español la elegimos por referéndum constitucional como forma política del Estado, y al Rey como símbolo de su unidad y permanencia. Felipe VI nos representa impecablemente”. Si observan la parte que se ha destacado en negrita sitúa al “pueblo español” que pese a ser un sujeto colectivo es tercera persona del singular con un verbo que sería primera persona del plural “elegimos”. Un error gramatical enorme y que demuestra una vez más la escasa cultura lingüística del presidente pepero. Si hubiese utilizado la fórmula “Nosotros el pueblo”, como hace la constitución estadounidense, podría haber utilizado el verbo en primera persona del plural, pero no se equivocó de mala forma. Que igual escribió el mensaje mientras conducía por la Castellana madrileña, lo que sería sancionable y reprobable también. Puede decir que lo ha dictado al teléfono, pero entonces lo habría dictado mal.
Podrían pensar que esa equivocación es una estupidez y es meter el dedo en la llaga de la presunta incapacidad del muchacho. Podría ser, pero el resto del mensaje es para valorarlo en su justa medida. Más allá de que pretende quedarse la monarquía para su partido –en pelea con los neofranquistas y cortesanos de izquierdas-, como ha hecho con la bandera de España u otros símbolos patrios (el Cid se lo puede quedar porque era un mercenario como él), justifica la legitimidad monárquica no en la voluntad general del pueblo por mucho que la haya elegido sino en la permanencia y continuidad histórica. Los tradicionalistas, aunque en su mayoría son un tanto carlistas, estarán aplaudiendo a rabiar con tan manifiesto retroceso en lo constitucional hasta llegar a la pureza de los orígenes.
“Símbolo de nuestra continuidad histórica” escribe y habría que preguntarle ¿respecto a qué? ¿A la dictadura franquista? ¿A la Segunda República? ¿A la dictadura de Primo de Rivera? ¿A la Restauración? ¿A la monarquía saboyana? ¿A la Primera República? ¿Al felón destructor del orden constitucional Fernando VII? ¿A la borbonada o a los Austrias? ¿A los Trastámara? ¿A los godos? ¿A los romanos, suevos, vándalos, alanos, celtas, íberos…? Que un Borbón sea símbolo de continuidad de algo que se pueda catalogar como España, habiendo llegado a la restauración monárquica del brazo de un dictador sanguinario igual no es muy simbólico. Más cuando se está viendo cómo ese Borbón ha estado esquilmando a todo dios para pegarse la vida padre. ¡Si es que escribe él mismo lo de restauración!
Tomar como mito unificador, fundador y preservador de España a la monarquía borbónica es un chiste. Se sea de derechas o de izquierdas. Isabel II tuvo que exiliarse expulsada por el pueblo español por sus trapacerías masivas. Alfonso XIII, bisabuelo del actual, salió corriendo cuando en las grandes ciudades vencieron las candidaturas republicanas –aunque en general ganaran los monárquicos-. Si tanto quieren a España lo normal es quedarse y aguantar, no irse de najas a un emirato árabe a esconderse. España por suerte “es” a pesar de sus monarcas. No es un mito unificador la monarquía si es lo que desea hacer Casado, más bien lo contrario. Une más Del Bosque que Borbón. Y lo de la representación de forma impecable podría debatirse. En todo caso ni la borbonada es símbolo de continuidad de nada que tenga que ver con España –ya saben el dicho aquel de “Por un Borbón perdimos el peñón ¡Gibraltar español!”-, salvo que han estado en la cúspide del poder político, ni Casado tiene conocimientos de historia o lengua. Y de lo que dice que ha estudiado parece que tampoco…