Está el personal muy tranquilo, como no creyendo que pueda ser verdad, ante el posible pacto PP-Junts para llevarse por delante a Pedro Sánchez y convoca elecciones. En política no se puede dar nada por seguro, ni por inseguro porque las circunstancias personales de cada cual hace muy extraños compañeros de cama. No sería extraño, por tanto, que el que no es presidente porque no quiere acabe pactando con el cobarde que se escapó para acabar con un gobierno completamente atrapado en la nada.
Tanto desde Génova como desde Waterloo se ha trasladado, sin rubor alguno, que no es descartable que acaben pactando una moción de censura con la única intención de convocar elecciones generales y quitarse de encima al actual presidente. Alberto Núñez Feijoo necesita cuanto antes un espaldarazo político porque en el PP son cada vez más los que piensan que ha sido un error su elección. Más que la propia elección, haber permitido hacer un equipo tan insustancial en un momento que requiere algo más de inteligencia, capacidad estratégica y fuste político. Incluso los que financian al PP bajo cuerda, esto es, ponen el dinero en ciertos medios de comunicación para que se alabe lo que haga ese partido, comienzan a dudar.
No haberse cargado a Carlos Mazón, o cuando menos haberle puesto en un aprieto real; no prepararse las entrevistas, dando la impresión de que es un cero a la izquierda; no apretar al Gobierno, en concreto al presidente, cuando tiene lo que tiene encima con algo más de inteligencia; confundir que la moderación no es lo mismo que no tener ideas y estar a verlas venir cuando en el mundo han cambiado los vientos; tragar con todo lo que digan desde la Unión Europea cuando es perjudicial para el país…, todo ello ha dejado en una posición personal mala al gallego.
En el lado de Junts tampoco son las cosas idílicas. Carles Puigdemont sigue sin poder pisar España porque sin la protección del gobierno le enfilarían hacia el juzgado y la prisión. Sánchez no puede darles más sin acabar mal y todo lo que se pudiese conceder a Cataluña lo acabaría gestionando Salvador Illa y sus socios de ERC, esto es, lo que consigan en Junts es beneficio para otros. El juego intraseparatista de partidos les es desfavorable pero podrían cambiar las tornas con un nuevo proceso electoral, primero a nivel estatal, y quien sabe si a nivel regional/local. Y como la independencia es imposible, ni con referéndum o sin él —ahí Sánchez estaría muerto—, no les queda otra que actuar en un sentido distinto al que han venido haciendo. Ergo no es descartable que pudiesen pactar la victoria del PP en una moción de censura rápida y dolorosa.
A ellos hay que sumar que Santiago Abascal, de Vox, ya ha afirmado sin rubor alguno por los pactos con los traidores a España, que si la moción es para convocar elecciones en cuanto se pueda, ahí tienen los votos de su partido. Porque, además, entienden que el viento de cambio les favorece de cara a un proceso electoral, el cual les permitiría, si no estar dentro del Gobierno, sí condicionarlo bastante. Lo que pedirían revertir se lo concedería el PP sin abrir mucho los ojos y lo que quisiesen hacer igual les permitiría ganar más votos, y situarse como verdadera alternativa de gobierno, pues el PP se achantaría por sus conexiones internacionales.
Si lo piensan fríamente, para todos sería una apuesta ganadora de ser correctos esos análisis. Sin embargo, pese a las dudas sobre el acierto analítico, todos los medios de comunicación, a derechas e izquierdas, piensan que en el PP son demasiado timoratos para lanzarse a algo así. Entienden que Feijoo es muy cobarde y que la sola posibilidad de no poder ganar, aunque contaría con una ingente colaboración desde todos los poderes fácticos, le atenaza y le impide dar pasos con decisión y valentía. Así que nadie cree que pueda lanzarse a una moción de censura electoralista. Pero ¿y si sí?