Estos días están sirviendo para que la ciudadanía española conozca mejor a quienes dicen representarles. Desde los que dicen nosequé de una dictadura hasta las que nos hablan del derecho a la alegría (les falta crear el ministerio de la felicidad). Algo que, por cierto, se mimetiza con los columnistas, opinólogos y demás gentes a sueldo de la publicidad (institucional). Poco a poco los españoles van despertando ante los que nos han vendido como preparados, al final Felipe de Borbón sí va a ser “el preparao”, y no son más que vividores, personas con represiones psicológicas y agentes de la ideología dominante.
Rodríguez nos cuenta cosas de Sánchez porque le va el cargo en ello
Ayer la palma, en esto de dejar ver que son incapaces, se la llevaron los representantes del PSOE. Portavoces, ¿o portacoces?, y ministras diciendo tales boutades con la cara seria que es normal que la gente esté encabronada. Comenzando por la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, una vividora de lo público, se atrevió ayer mismo a decir lo siguiente: «Lo que mañana diga el Presidente del Gobierno será también lo que ocurra los próximos años porque ha demostrado que cumple su palabra».
Hay que tener desfachatez para decir algo así cuando los hechos históricos, la realidad, la verdad (la diga Agamenón o su porquero) es que la palabra de Pedro Sánchez vale lo mismo que una moneda de tres euros. No iba a haber amnistía y ¡zasca! Puigdemont iba a venir a España a pasar por la trena y le ponen escolta. Y así mil casos. O la ministra es imbécil o piensa que los españoles lo son. Aunque es posible que esté haciendo todo lo posible para seguir en el cargo.
Granados la protectora del parlamentarismo
Eva Granados, portavoz en el Senado, se quejaba ayer de que el PP había modificado el reglamento del Senado para, ¡Oh, dios!, poder cumplir con los dos meses de debate de las leyes en esa cámara. O lo que es lo mismo, poder debatir dos meses la proposición de ley de la amnistía. Se acogen a la literalidad de la Constitución para hacerlo. Por ello, dice Granados, es un «¡Día aciago para el parlamentarismo español!». Además, añade, el PP demuestra una «escasa cultura democrática y su desprecio a la Constitución». Las Proposiciones de Ley, que no Propuestas, por regla general y por la sustancia de las mismas no deberían ser nunca urgentes (tengan en cuenta que pueden ser elevadas hasta por un grupo de personas reuniendo firmas). El PSOE no se ha atrevido a hacer una propuesta de ley orgánica, esperando a que se formase el Gobierno, y pasa lo que pasa. Además, el propio PSOE ha reformado el reglamento de forma exprés para sus cosas en el Congreso hace… ¡¡¡dos meses!!!
Granado debería saber, por su licenciatura en Ciencias Políticas (aunque tenga la especialidad en Relaciones Laborales), que una de las cosas que tiene la democracia es que las mayorías parlamentarias son así. Hacen y deshacen. Cuando el PSOE ha hecho, por ejemplo, modificando la ley del CGPJ para que fuesen elegidos por los políticos los jueces, había que aguantar la fórmula democrática (hasta el presidente del Tribunal Constitucional dimitió por vergüenza). El PP podría haberla cambiado y no lo hizo porque no hay político al que no le guste mangonear a los demás poderes. Se acogen a la literalidad del texto y deberá ser el TC quien diga si es o no constitucional, no una senadora de designación autonómica (que ni votarla han hecho). Más cuando el PSOE utiliza la fórmula de la urgencia de manera torticera para hurtar el debate.
El que no podía faltar: Patxi
Para rematar la faena aparece quien acudió a una facultad una vez pero no llegó a terminar porque en política se vive de puta madre. Aunque no lo crean, un bachiller, tiene los santos de decir que tiene estudios aunque no terminó la carrera o algún curso. Sí, se habla de Patxi López. El hombre que reúne todas las artes políticas. Comió una vez en la facultad de Economía y le cataloga como economista; pasó por Políticas a ver a una chavala y ya es politólogo; se encerró en Derecho y ya es jurista; y así hasta dominar la medicina porque en su cafetería los bocadillos eran cojonudos. Al menos Santos Cerdán dice, de forma honorable y muy respetable, que tiene su FPII. Al menos oficio tiene y ha trabajado.
La imagen anterior es para valorar mejor las palabras que vienen ahora. López ha dicho que el PP se queja de que todo es ilegal, ilegítimo e inconstitucional si no le gusta (o gobierna cabría decir). Y es cierto. Si no ganan ellos les pasa como al tipo del anuncio de Scatergoris. Lo peculiar es que hable de respetar las cosas democrática: «Esto es democracia, un poquito de respeto, el imperio de la ley y las formas son para todos». En ese mismo instante su compañera Granados en el Senado, como se ha visto más arriba, tachaba al PP de inconstitucionales, de saltarse la ley y de día aciago para la democracia. ¿Los procedimientos y el respeto es para todos o para los demás? Por no hablar de salvar el culo a quienes no respetaron lo que él mismo ha dicho.
Sánchez Superstar
Y como no hay dos sin tres, López ha erigido a Sánchez como una especie de titán de la política. Nada mejor que agradecer al que le ha dado un puesto de trabajo porque en las empresas eso de haber pasado por facultades no cuela. «Si repasan la historia, Pedro Sánchez saldrá elegido con un respaldo mucho mayor que el de Felipe González, Aznar, Zapatero y Rajoy en muchas de sus legislaturas. Es un acuerdo transversal con 179 diputados». Se le ha olvidado Adolfo Suárez y Leopoldo Calvo-Sotelo (a este en su investidura le apoyaron 186 y no servía). Un titán, lo dicho.
Aznar siempre sacó más votos en investiduras que Sánchez. González solo una vez sacó menos pero porque no le hacía falta al tener mayoría simple (y los diputados de HB no acudir). Zapatero tuvo en una 183 y en la otra menos. Rajoy se quedó en 170 en una de ellas. Y la verdad es que es la primera vez que Sánchez pasa de 172 apoyos. Porque en diputados hasta el triste Joaquín Almunia sacó más que él perdiendo (125). Solo Alfredo Pérez Rubalcaba (110) con una crisis y las mentiras de Zapatero detrás logró menos que Sánchez en dos de los envites electorales, pues cabe recordar que llegó a intentar ser presidente con 90 y con 85 todavía quería hacer alguna. Con un parlamento más dividido que el actual, González en las primeras elecciones democráticas obtuvo 121.
Lo que sí es nuevo es que ya no sea un acuerdo de Gobierno progresista. O Patxi no se ha leído la circular que han mandado a todos los diputados, senadores y algunos controladores de sugus (así se llama a los activistas del PSOE en el propio partido), o ha querido engrandecer tanto la figura del que le da trabajo que ha dicho la verdad sin querer. En efecto, es un acuerdo transversal. Con la izquierda secesionista y con la derecha secesionista y racista. Lo cual apoya la tesis de la escasa catadura moral que se tiene en la actualidad dentro de las instituciones políticas (cabe recordar que el PP habló con Junts). Además, aquellos al lograr más diputados que Sánchez, no necesitaban pactar hasta con el señor del mazo del Congreso. Ergo, sacaban los votos necesarios… y hasta mayorías absolutas. ¡Qué cosas!