En Diario 16 hemos venido denunciando el peligro que acechaba a Las Salinas de Roquetas de Mar. El ansia urbanística del alcalde del municipio, Gabriel Amat, con supuestos intereses urbanísticos propios, a través de las redes de empresas familiares (más de 200) que están bajo investigación judicial, tenía como foco ese lugar paradisíaco de la localidad almeriense. Hoy, durante la Comisión de Cultura del Parlamento andaluz, la diputada Lucía Ayala defenderá una Proposición No de Ley (PNL) para que Las Salinas sean consideradas Bien de Interés Cultural (BIC).
Las manifestaciones realizadas por la ciudadanía, que no quiere seguir viendo cómo se destroza ese enclave natural y cultural, en la Ribera de la Algaida, han hecho plantearse a Podemos que ya era hora de que el Parlamento andaluz tome cartas en el asunto. De este modo, la formación morada presenta esta PNL en la que se solicita la incoación del expediente y estudio de la adquisición de los terrenos por parte de la Junta para su declaración BIC. Incluye esta propuesta la protección, restauración y puesta en valor del patrimonio salinero de Roquetas de Mar y la provincia, con acciones como la limpieza de la zona, la prohibición de práctica de deportes de motor en la misma o un plan de difusión. Todo ello realizando los estudios previos pertinentes y necesarios.
El alcalde Amat, sin lugar a dudas, moverá sus hilos llamando a sus “esbirros” Arenas y Moreno Bonilla para que ello no acontezca. Porque al PP almeriense, que es lo mismo que la persona que lo dirige, no le interesa la transformación de Las Salinas en BIC. Quieren aprovecharlas para seguir construyendo, seguir con el pelotazo, seguir llenando algunas carteras, aunque eso suponga la propia destrucción del entorno. Como afirma Ayala: “Es necesario apostar por el turismo cultural en la provincia para ofrecer alternativas al modelo obsoleto de sol, playa y especulación, tan característico de los gobiernos del PP”.
Una aprobación y una apuesta, desde la izquierda, que podría generar en Amat un infarto o algo similar. Pero que responder, al fin y al cabo, al deseo de miles de personas que quieren proteger lo de todos, lo natural, lo público frente al ansía depredadora del alcalde roquetero. Porque “hay que tener en cuenta el clamor popular de cientos de personas que exigen la protección de su patrimonio y su herencia histórica” como dicen en Podemos. Algo que nunca ha hecho Amat porque tiene aviesas intenciones y presuntamente son particulares según la instrucción del caso Amat. No les interesa que allí estuviese la producción de sal del poblado romano de Turaniana. ¡Ay si siguiese siendo ese el oro blanco roquetero de comienzos y mediados del siglo XX!