Andrés Pedreño, diputado regional, ha señalado que el gobierno regional no “se toma con la necesidad y la urgencia requerida” la contaminación de metales pesados que respiran día a día los vecinos del Llano del Beal, Portmán, La Unión y el Estrecho, donde soportan ocho mil partes superiores a lo permitido de plomo en el aire que respiran a diario”. Se aplican “medidas paliativas que dejan mucho que desear” porque ni han cumplido con “los mandatos de la Asamblea Regional de hacer un inventario de suelos contaminados, ni se ha intervenido de forma efectiva en los colegios y, lo que es más sangrante, la Dirección General de Minas sigue sin aparecer. Ellos son los que deberían obligar a los propietarios de los terrenos, Portmán Golf, a llevar a cabo la restauración”.
Pedreño y la diputada regional, María Giménez, se han reunido este martes con la Asociación de Vecinos, el AMPA y el científico José Matías para hacer balance de cómo se encuentra la situación en la Sierra Minera tras haber pasado más de un año desde que saltó la alarma ante los índices extremos de contaminación en la zona.
Andrés Pedreño ha explicado que los vecinos y vecinas de esta zona “están abandonados a su suerte” por el gobierno regional. “Es inexplicable” ha dicho el diputado de Podemos, “que lo que causa una enorme alarma científica, como es el grado de contaminación del aire y del suelo de la Sierra Minera, sea algo que deja indiferente al Partido Popular”.
Andrés Pedreño ha detallado que en los centros escolares sólo se ha actuado en una unidad del Llano. Se quedan “abandonados a su suerte los del Estrecho, La Unión, Portmán o la unidad que se encuentra en El Estrecho. Todavía no se ha hecho el diagnóstico requerido acerca de cómo es su situación para luego realizar una intervención adecuada. Y tampoco, ha añadido, “la Dirección General de Minas ha cogido el toro por los cuernos y ha obligado a la empresa Portmán Golf a hacerse cargo de la solución definitiva, que es la restauración medioambiental de los pantanos y los suelos contaminados que rodean toda esta zona”.
Por su parte, el investigador José Matías Peñas ha subrayado que los pueblos “siguen entrando los residuos. La pasividad de la Administración es evidente. No cumplen con los requisitos medioambientales europeos. A los hogares de la Sierra Minera entran a través del polvo metales pesados en una cantidad de 8080 miligramos por kilo. Está por encima de lo normal en 8.000 partes por millón. Soportan ocho mil partes de plomo en el aire que respiran a diario”.
Por otro lado, la diputada regional, María Giménez, ha alertado de que el Mar Menor también sufre la contaminación que existe en la Sierra Minera. Según Giménez, todos los contaminantes “que campan a sus anchas por estos pueblos, llegan a través de las escorrentías a la laguna. Y nos encontramos con que, aparte de toda la presión que sufre el Mar Menor, también se ve expuesto a los metales pesados y estériles de los pantanos y las balsas mineras”.