Cierto que la nevada que ha sufrido el centro peninsular no la habían visto en décadas. Cierto, también, que en esta política del espectáculo, la nevada permite hacer el mastuerzo a la clase política para ocultar su propio fracaso en la gestión, o simplemente para hacer el lelo aparentando. De repente los políticos de la derecha madrileña tienen palas en sus casas o aparecen como por arte de magia. Normal que la tengan aquellos que viven en entornos rurales, incluso en chaletazos apartados de mundanal ruido, pero viviendo en una ciudad ¿quién piensa en comprarse una pala de esas buenas para hacer la mezcla del cemento? Hay que contribuir al espectáculo ad maiorem gloriam dei.
Mientras tenían a la población encerrada en Hospitales, Centros Comerciales, carreteras y demás lugares públicos, los políticos bien que se escondieron para que no se notase su falta de previsión. Todos en sus cuevas pidiendo que las personas no saliesen a la calle, que fuesen precavidos, etcétera. En cuanto comenzó a despejar un poco el tiempo han aparecido, cuales osos después de hibernar, para pedir a la ciudadanía que se ponga manos a la obra y quiten la nieve. De esta forma se esconde la incapacidad de todas las administraciones involucradas para gestionar, no la nevada en sí que fue tremenda, sino el trabajo posterior. Quieren a la ciudadanía esmorecida en las calles haciendo el trabajo que deberían hacer los poderes públicos. Luis Garicano ha afirmado en su cuenta de Twitter que en otros países son los propios vecinos los que limpian las aceras. Las aceras enfrente de sus casas, no todas las aceras, los caminos circundantes, el asfalto o las carreteras. También es cierto que en esos otros países nieva bastante todos los años, en todo el país. Aquí, salvo zonas montañosas, la nieve sólo se ve en los baños de bares y parlamentos.
Ignacio Aguado, vicepresidente de la Comunidad de Madrid, ha aparecido con una pala en la puerta de su casa, más limpio que un jaspe, pidiendo a madrileñas y madrileños que hagan lo mismo. Como se muestran incapaces de limpiar la nieve, cuando ya ha parado la nevada, acuden al voluntariado como fórmula de tapar su mala gestión. En ningún momento dice Aguado, ni otros que le han seguido después –ya que son copiones y más si son de derechas-, que se han visto sobrepasados y que pese a poner a todos los equipos y personal a trabajar no llegarían a limpiar mínimamente las ciudades. Ni llaman a personal de refuerzo por ahorrar esos gastos extras a las empresas subcontratadas, ni tienen capacidad real por la privatización de numerosos servicios públicos. Deben ser los ciudadanos quienes limpien las ciudades. Y la acera frente a la casa sí, pero ¿el resto de aceras? ¿Dónde viven personas más mayores nadie les limpia? ¿Quién tiene una pala en casa que sirva para esos menesteres?
Pablo Casado no tiene pala en casa –imagínense ayer por la mañana a su equipo de comunicación buscando palas desesperados por un Madrid imposible-, pero tiene más cara que espalda para lanzarse a echar cuatro paladas y que parezca que está haciendo algo. Según ha contado en redes sociales, ha ido a cuatro centros sanitarios a quitar nieve para limpiar y que las personas puedan acceder a los mismos. En algún caso porque es un centro donde se vacuna contra el coronavirus. Lo curioso es que uno de los centros señalados estaba cerrado y no ponen vacunas, pero eso no puede impedir el postureo. Otro de los centros donde ha ido pala en mano sí tiene vacunaciones, pero como en la Comunidad de Madrid no vacunan tampoco es que importe mucho. Que el cartel de la puerta no tape la realidad. Lo paradójico es que Casado se haya podido mover por una amplia zona de Madrid capital y a esas zonas, pues son centros de salud, no haya ido nadie pues son servicios básicos. Quienes tendrían que limpiar las entradas de hospitales y centros de salud son los servicios públicos, no la ciudadanía. Una cosa es la acera como pedía Aguado y otra servicios básicos y necesarios. Sin darse cuenta las paladas de nieve de Casado estaban cargadas de mentiras e incapacidad.
Lo mismo se puede decir en otros municipios de la Comunidad de Madrid, donde gobierna la izquierda. Por ejemplo en Alcorcón, cuyo máximo responsable de los servicios de limpieza es el secretario general de Podemos, Jesús Santos, se han visto incapaces de limpiar las calzadas y las aceras. Especialmente en barrios donde la población es muy mayor, donde no hay palas como es lógico e, igual, votan al PP masivamente. En esto de ser estólidos, los políticos no se diferencian ideológicamente en muchas ocasiones. Unos con palas y otros con maldad de servicio. Cierto que la nevada ha sido excesivamente copiosa, pero la gestión posterior está siendo pésima y, además, quieren culpabilizar al Gobierno de lo que les pasa cuando ofreció a la UME desde el primer momento. Curiosamente las carreteras que no llegaron a colapsar del todo (a altas horas de la noche algunas sí), son las carreteras gestionadas por la Administración central como mostraron en Telemadrid. El problema viene porque están abusando del voluntariado (enfermeras y enfermeros voluntarios para hospitales o vacunar, voluntarios para quitar nieve, voluntarios para esto y aquello) mientras llenan los bolsillos con zendales a los de siempre. Pero hay que fardar de pala y de cara dura en la política espectáculo.