Durante todos estos meses hemos oído hablar constantemente de que el Banco Popular no podría abrir sus sucursales el día 7 de junio porque no tenía liquidez para atender a sus obligaciones para sus clientes. Sin embargo, nadie había mostrado el documento que acreditaba esa situación límite. Incluso se llegó a dudar de si no se trató de una estrategia más para acelerar la intervención y la posterior venta por un euro al Santander. Ese documento existe y fue enviado por el secretario del Consejo de Administración, Joaquín Hervada a Luis María Linde, gobernador del Banco de España, Jaime Ponce, presidente del FROB, Elke König, presidenta de la JUR y a Danielle Nouy y Ramón Quintana del Banco Central Europeo.
En principio no habría ninguna irregularidad en que el CEO del Banco Popular solicitara tanto al Banco de España como al Banco Central Europeo una línea de liquidez de urgencia, entra dentro de sus funciones. Sin embargo, esa carta fue enviada el día 6 de junio a las 23.46 cuando en la sede de la JUR se estaba decidiendo sobre la intervención del Banco Popular y cuando se estaban entregando las ofertas para la compra de la entidad, según consta en el documento del FROB en el que antes de las 00.00 horas debían haberse presentado dichas propuestas.
En concreto, la carta de Sánchez-Asiaín confirma que se solicitó esa línea de liquidez porque, según la versión de Emilio Saracho, tal y como se recoge en el acta, si no se recibía esa inyección de liquidez el banco no podría abrir sus puertas el día 7 de junio, algo que, con las garantías que hubiera podido presentar el Popular no hubiese sido necesario. Sin embargo, esa liquidez la tenían ya concedida, tal y como se comprobó en el contrato firmado por el propio Sánchez-Asiaín con el Banco de España para una línea de liquidez de 2.000 millones de euros y que fue remitido por Miguel Escrig a Saracho y a tres abogados de Uria y Menéndez un par de horas antes de que el CEO del Popular enviara esta solicitud a Linde, König, Nouy, Quintana y Ponce.
¿Qué pretendían con esta solicitud? ¿No estaban seguros de que esa misma noche se fuese a intervenir al Popular y vendérselo al Santander por un euro? El plan ya estaba diseñado y, mientras se enviaba esa carta, en el FROB se estaban recibiendo las ofertas de compra. Realmente, esta carta no es otra cosa que una medida de presión para que el Proyecto Hipócrates se llevara a efecto esa misma noche. En el Popular ya tenían suficientes ofertas tanto para vender activos como para ampliar capital que provocaban que fuera urgente tanto la intervención como la venta al Santander.
Además, hay un hecho muy relevante en esta comunicación de Sánchez-Asiaín comparándolo con la otra carta que salió del Popular esa noche:
La carta de Sánchez-Asiaín es válida desde un punto de vista formal, con su antefirma correspondiente mientras que la que se utilizó para comunicar la inviabilidad, además de ir con una firma «presuntamente» falsa puesto que cuando se signó ese documento Emilio Saracho no se encontraba ya en la sede del Popular.
La sexta entidad financiera del país estaba sentenciada desde hacía meses, el sábado día 3 la JUR y el FROB ya habían decidido que el Popular iba a ser intervenido, tal y como demuestra la documentación del organismo presidido por Jaime Ponce publicada en Diario16. Esta petición de más liquidez no tuvo otro fin que aumentar la presión sobre Europa para que dicha intervención se produjera en el menor tiempo posible y que el Santander comprara por un euro su rescate.