En redes sociales están los troles y los que no son tan troles, vamos que actúan igual pero van de dignos, atacando a las feministas clásicas porque han lanzado una campaña a favor del voto nulo. No van a votar al Frente Obrero o a Falange Española y de las JONS, no, van a ejercer su derecho al voto de forma distinta. Las ha habido que muestran una papeleta donde califican de traidor a Pedro “el guapo” Sánchez, en otras muchas aparecen apreciaciones similares con Yolanda “Desbrozadora” Díaz. Tal vez si hubiesen puesto “Roma no paga traidores” no lo hubiesen entendido y son más directas. Menos imaginativas pero más directas.
Cuatro locas
Pues esto, que es una expresión democrática más, sustentada, además, en datos objetivos, ha molestado a las hordas del sumarismo inilustrado pero con másteres, quienes están atacando y vilipendiando a las feministas que muestran la campaña en sus redes sociales. Lo primero que hacen es acusarles de ser cómplices del fascismo –ese fascismo imaginado por los partidos de neoliberales con apariencia de progresismo, no el fascismo esteta y de acción, ni el fascismo de Pasolini, no, uno inventado– y, por ende, culpables de la más que probable pérdida de derechos humanos. Quitar la Ley Queer será culpa de las feministas y les perjudicará…
Eso se lo dicen a las feministas que están en contra de la ideología de género, ese mundo queer, deconstruido, interseccional y favorable a la prostitución y los vientres de alquiler. No se han debido enterar de que, desde el primer minuto, han estado en contra de esa ley, como lo estuvieron de la Ley del Sí es Sí por reducir las condenas. O los troles son muy tontos, no se descarta, o no saben lo que es el feminismo, lo más seguro. Los sanchistas también han aparecido en algún perfil pero alguna compañera les ha dicho que calladitos estaban más guapos.
Lo curioso es que culpen a estas feministas de provocar la llegada del fascismo –el totalitarismo postmoderno tampoco es que sea agradable– cuando dicen que, al fin y al cabo, “son cuatro locas”. Además de “viejas que no consiguen follar con ningún tío”. O “comepollas rancias”. Por no olvidar lo de “terfa muerta abono para mi huerta”. Demasiada preocupación por un grupo que no parece muy numeroso y que mejor que voten nulo a votar a Falange ¿no?
Los neorrancios aliados del fascismo
Lo mismo ocurre con mujeres y hombres que señalan a PSOE y Sumar como vendidos al poder otanista; por haber abandonado a su suerte a la clase trabajadora; por intentar hacer experimentos de ingeniería social y alimentaria con el precariado; etcétera. Otros traidores neorrancios que van a conseguir que el fascismo llegue a España. Gentes de una pureza extrema a los que ningún partido les parece bueno porque son tan puros que no tienen en cuenta todo lo que hacen por elles. Esta crítica la hacen desde sus muy burguesas casas, montados en sus patinetes de 1.000 euros y antes de irse de vacaciones a Bali. Utilizar a Marx para justificar sus mierdas postmodernas no sólo es un insulto a las luchas trabajadoras, sino un insulto a la inteligencia. Pasa como con Religión en Libertad, donde confunden feminismo con ideología de género y la culpa es de Marx (ya podrían estudiar un poco).
Todos culpables de la llegada del fascismo sin percatarse de que sus análisis subjetivistas y emotivistas son justo algo que hace que la clase trabajadora salga echando pestes de ahí. Primero porque son tan pomposos que hablan raro, en mensajes vacíos, pero raro. Y quien no habla raro es claramente un aliado del capital. Segundo porque lo material acaba transmutado en cuqui, biquiños y mucho brilli-brilli. Realmente lo que les molesta de un posible fascismo es que sería un totalitarismo, sin necesidad de la utilización de la fuerza bruta (sin estética, juventud, acción, ni nada atrayente), confrontador del propio totalitarismo.
¿Populistas o totalitarios?
Si se le preguntase a cada uno de los que dicen defender la Agenda 2030, o apoyar al sanchismo y al yolandismo que es lo mismo, cómo se van a llevar (o se están llevando) a la práctica esos postulados tan cuquis y bellos, el 99% no sabría qué decir. Se piensan que las tontadas de Alberto Garzón sobre comer insectos, carne fabricada por ordenador y cosas así son tonterías del mini-nistro. Y no. Como ha sucedido en otros momentos de la historia, al final son dos totalitarismos enfrentados, aunque en esta ocasión sólo está detrás el capitalismo. Unas fracciones a un lado y otras al otro, pero sin pisarse las mangueras. O, mejor dicho, dos o cuatro populismos enfrentados en una disputa agonística donde el pueblo en general no pinta nada. El populismo brilli-brilli, el kitchnerista, el evangelista y el nacionalista.
Mucho respeto por la democracia no parecen tener. La libertad de expresión, pensamiento y voto no la aceptan. Imagen entonces qué piensan de la igualdad o la fraternidad. Solo es posible la igualdad y fraternidad de clase, de su clase, el resto a buscarse la vida. Mientras la clase trabajadora a pagar por utilizar unas autovías que ya pagó con su trabajo. Y las mujeres a tragar con mujeres (lesbianas o no) con pene u hombres con coño sino quieren ser consideradas odiadoras y malas feministas. Pero las pollas femeninas no se las comerán ninguna de las que señalan, ni pondrán su culo cobrando por ello, ni dejarán su útero para gestar para un grupo de gays.